El título hace referencia a la famosa obra de teatro que Patxi Larrainzar escribió en 1978. Con la diferencia de que el original se refiere a la sustancia nutritiva de color blanquecino producida por las glándulas mamarias de los mamíferos hembras, y en el presente caso se confiere a la palabra el sentido de “golpe violento” que también se usa en el argot popular. Y se hace en plural porque ya son muchos los golpes que el Estado español dirige contra Navarra. La última de estas agresiones es la reciente amenaza de recurrir la Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética, aprobada el 22 de marzo de 2022, por unanimidad del Parlamento de Navarra.

Como la transparencia en el Gobierno español no pasa de ser una autentica chirigota, se desconocen, por el momento, los motivos en los que se basa el posible recurso. Si se sabe que de los 94 artículos de los que consta la Ley Foral, se recurrirían 9 artículos, dos disposiciones adicionales, una disposición final y el anexo que acompaña a la Ley. Pero la gravedad del recurso no está en el número de artículos recurribles, sino en la trascendencia de estos.

Así, se consideran objeto de posible impugnación por el Estado los artículos referentes al compromiso por establecer en el plazo de un año un mapa donde se señalen los suelos autorizables y prohibidos para instalaciones eólicas y fotovoltaicas, al objeto de asegurar su ordenada implantación. Los referentes al fomento de consumo del producto local y reducción del transporte de mercancías de larga distancia.

Los que obligan a incluir en los pliegos de contratación pública las huellas de carbono en los productos, servicios y suministros que se liciten. Los que toman en consideración la planificación y gestión del ciclo integral del agua, así como medidas para reducir la vulnerabilidad del sistema hídrico navarro. Los que contemplan medidas para combatir la pobreza energética y garantizar los suministros energéticos básicos a todas las personas. Aquellos donde se establece el plazo de dos años para que las administraciones públicas planifiquen e implanten en todo el territorio navarro una red de puntos de recarga para vehículos eléctricos.

La Disposición en donde se dice que el Gobierno de Navarra fijará los criterios, el procedimiento y los plazos para la transición, cierre o substitución de las centrales térmicas ubicadas en la Comunidad Foral de Navarra.

Se podrá argumentar, como ya se dijo en su día, que esta Ley Foral llegaba tarde, cuando los mostradores del Gobierno de Navarra están saturados por macroproyectos que recorren todo el mapa navarro de arriba abajo, a los que no se puede aplicar con carácter retroactivo las disposiciones de la Ley. Pero es preciso reconocer, por lo menos, sus buenas intenciones y el situar en el panorama, aunque lo dejase a un posterior desarrollo, cuestiones tan importantes como son la intervención administrativa sobre las centrales térmicas, la defensa del sistema hídrico, combatir la pobreza energética, establecer una ordenación del territorio respecto a las instalaciones eólicas y fotovoltaicas… Y, sobre todo, que respondía a un esfuerzo consensuado por todas las fuerzas del Parlamento para llevar a cabo, de alguna manera, aunque tarde y parcialmente, políticas públicas energéticas desde las instituciones. Por ello no se puede admitir esta nueva agresión desde el Estado español al accionar del Parlamento navarro. En este sentido, llueve sobre mojado, y el Gobierno de Pedro Sánchez está siguiendo la estela que marcó la última legislatura de Rajoy, cuando se denunciaron y se tumbaron 13 leyes emanadas desde las instituciones navarras, muchas de ellas por ser más progresistas y ambiciosas que las del Estado. Lo que supone un recorte de derechos a la ciudadanía navarra y un cuestionamiento de la autonomía de la Comunidad Foral para dictar sus propias leyes.

En lo que va de legislatura, el Gobierno de Navarra ha tenido que negociar con el Gobierno español el contenido de seis leyes navarras antes de que terminaran recurridas ante el Tribunal Constitucional, descafeinándolas en gran parte. Ese es el recorrido que ahora le toca a la Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética. Pasar a ser objeto de negociación en la Junta de Cooperación, integrada por tres representantes de la Administración del Estado y tres designados por el Gobierno de Navarra, para intentar solucionar las discrepancias por consenso. Lo que significa que si no se aceptan los planteamientos del Estado se acabará en el Tribunal Constitucional que, en el 80 por ciento de las ocasiones en que ha intervenido en los últimos años, las ha derogado o han quedado irreconocibles. Sin competencias y desarrollos normativos a nivel local o autonómico, resulta muy difícil avanzar en alternativas energéticas reales. La necesaria transición a las renovables tiene que ser democrática y vertebrarse a partir de lo local, eso significa que debe ser producto de un ejercicio real de soberanía ciudadana. Tenemos que crear, gestionar y distribuir desde las posibilidades locales de implantar energías limpias. Ello implica la toma de decisiones por parte de la ciudadanía sobre bienes comunes como son el viento, el sol, el agua, la tierra, la biodiversidad… Tenemos que preservar nuestro hábitat, nuestros montes, nuestra fauna, nuestra flora…, aunque ello nos suponga modificar nuestros hábitos de vida, nuestra movilidad, nuestro consumo, nuestra forma de producir, de trabajar… Pero todo ello basado en un ejercicio democrático de toma de decisiones y de participación de la sociedad. Es necesario levantar pactos sociales a nivel local y, en nuestro caso, a nivel de Navarra, para llevar a cabo acciones democráticas, públicas, planificadas y racionales que ayuden realmente a combatir el cambio climático y la crisis creada por el uso de los combustibles fósiles. Ello no es posible si no salimos de este callejón en que nos han encerrado, en donde únicamente recibimos “leches”, luchando con uñas y dientes por nuestra soberanía, nuestros derechos y nuestras libertades.

El autor participa en la plataforma Haize Berriak y en la Coordinadora Neeten (Nafarroako Energía Eraldatzen / Transformando la Energía Navarra)