Hay personas que no salen a la mar porque una vez se hundió un barco o, no salen de sus casas si cae lluvia porque esta moja y se pueden resfriar o, si hace niebla no se alejan 100 metros de su portal, no se vayan a desorientar o, tras un rasguño corren al hospital.

Pues bien; para aquellos/as que se alarman por el hecho de ver fuego, aunque sea el de una hoguera controlada por todos sus costados, les ruego serenidad. No me tengo por pirómano y estoy convencido de que a nadie le preocupa mas que se descontrole una quema que al que la provoca, por lo que anteriormente ha tomado medidas. Ninguna de las personas que corren impulsivamente a marcar el 112 quieren nuestros bosques más que yo. Movilizan precipitadamente a los medios y entorpecen el trabajo del que custodia las llamas y arrima madera buscando sanear la zona.

Sé que hemos vivido días complicados debido a los incendios en nuestro territorio, pero también sé que nuestro territorio, el navarro, es muy diverso. Y como el fuego no es ni malo ni bueno –todo depende del uso que hagamos de el– y no me gusta poner la venda donde no hay herida, en la noche de San Juan decidí tomar unas cervezas junto a una hoguera, pedir un deseo, saltarla, caminar sobre sus brasas…. y a la vez clarear una finca familiar.

Esa noche, en Isaba, en ese emplazamiento y con esas condiciones, no era posible prender nada mas allá de mi montón de ramas secas. No obstante, alguien debió de olvidar tomarse la Valeriana y una patrulla que hacía labores de vigilancia en la frontera con Francia, concretamente en el collado de Ernaz, fue alertada y acudió al lugar. Llegaron a las brasas, que me obligaron a apagar.

Recuerdo decir a mi abuela Leocricia tras abrirse la frente contra el asa de una bombona de butano: “La sangre es una aparatera” y yo añado que el resplandor de una llama también.

P.D. No salté la hoguera, ni pedí un deseo, ni caminé sobre las brasas. No me dio tiempo. Soy consciente de que para muchos/as, es ahora, con la publicación de esta carta cuando voy descalzo por las ascuas, pero ahí va mi deseo: Pido que se facilite de forma mas personalizada el hacer quemas controladas –si se dan las condiciones, claro está– agilizando permisos por parte de personal competente e independientemente de si estamos en febrero, agosto o juliembre.