Somos un grupo de vecinos de Burlada, cuarto ayuntamiento de Navarra, constituidos como Plataforma en Defensa de nuestro Archivo.

El pasado 10 de diciembre 2021 se inundó el archivo que estaba en el sótano del Ayuntamiento. Los documentos históricos estuvieron diez días sumergidos en agua y lodo.

El Archivo General de Navarra envió para hacer el salvamento al restaurador que trabaja con su institución. Solamente supimos que el archivo había sido congelado, técnica utilizada para evitar el desarrollo de mohos. Los documentos cuando se descongelan se seca mediante liofilización, deshidratación con una máquina que pasa de sólido a gas.

El 15 de febrero 22 mantuvimos una reunión con la concejala asignada por parte del equipo de gobierno para resolver esta situación, la oposición no fue llamada por los responsables del Ayuntamiento. Se nos dice que el archivo sigue congelado. Comentamos que en todas las publicaciones que hemos leído, casos prácticos de la UNESCO, profesionales con los que hemos hablado, antes del mes ya se empieza a descongelar. Nos responden que ha dicho el restaurador que se puede dejar dos años congelado y que no hay ningún plan de descongelación, ni restauración, que están a la espera.

Protestamos ante el Defensor del Pueblo y consejera de Cultura, ésta nos concierta cita el 22 de marzo con el director de Archivos de Navarra. El director de Archivos adoptó una posición claramente defensiva del restaurador cuando nosotros sólo pedíamos que se acelerara la descongelación. Nos negó una segunda opinión profesional, ya que según argumentó el restaurador era el único que podía hacerlo, que estaba tardando en elaborar el presupuesto porque tenía que construir una máquina liofilizadora. Le respondimos que el AGN había organizado en 2007 un congreso con ochenta restauradores documentales, que era inverosímil que fuera el único capacitado. Mientras, desde el Ayuntamiento de Burlada y Consejería nos contestaban a nosotros y al Defensor del Pueblo que los documentos se pueden dejar de dos a cinco años congelados.

Escribimos al Ministerio de Cultura, nos contestaron que ellos no podían precisar el tiempo de congelado, que el restaurador era un profesional reconocido, pero no el único, que las máquinas liofilizadoras se alquilan y nos dieron el nombre de la empresa que suelen utilizar los restauradores profesionales. Desde el servicio de restauración de la Biblioteca Nacional, el gran referente en el mundo de la restauración documental, nos contestaron que esta no es una situación compleja para un profesional, hay varios profesionales cualificados. El 12 de mayo mantuvimos una reunión en el Ayuntamiento con alcaldesa, secretaria, concejala responsable y portavoces de todos los partidos de la oposición para darles nuestros informes y todos los datos recabados en nuestra investigación demostrando que el restaurador no había actuado con corrección profesional. Ese día la oposición recibió el informe del restaurador con el presupuesto para proceder a la descongelación de los documentos y unos días después nos lo pasaron a nosotros. El presupuesto era 383.507 euros IVA incluido y comprendía la construcción de la máquina 95.000 euros más IVA, alquiler de local de mil metros, equipo de quince personas…

La empresa liofilizadora, recomendada por el Ministerio, que es la que suelen utilizar los restauradores, está en Barcelona, manda un camión congelador, carga, se lleva los documentos, los liofiliza en sus locales y los devuelven descongelados. A lo que hay que añadir el encarecimiento del proceso porque los paquetes se envasaron de una manera burda, con un gran tamaño no adecuado para la liofilización, por lo que hay arreglarlo con una técnica de separación. Con una parte del presupuesto del restaurador enviado por el Archivo General, es decir, los 83.507 euros que suponen “el pico” de su presupuesto podemos descongelar todo el archivo. La empresa liofilizadora que recomendó el Ministerio fue contactada por el restaurador que envió el Archivo General de Navarra, para construir la máquina liofilizadora. Se le ofreció para su caso el alquiler pero lo rechazó. Como la oposición no les había aprobado el presupuesto para proceder preparar la licitación para la descongelación, el equipo de gobierno nos dijo que habían contactado con el Departamento de Patrimonio del Ministerio de Cultura para que les ayudara en la licitación, curioso que nadie les llamara el diez de diciembre. Desde el Ayuntamiento nos convocaron a la Plataforma para participar en unos grupos de trabajo a los que acudimos con la mejor intención, pero nos dimos cuenta que no servían para nada. Mientras, era el director de Archivos de Navarra quien estaba en contacto con el Ministerio, como así nos respondieron por mail desde dicho organismo (que ellos sólo se iban a dirigir al Director de Archivos de Navarra).

Desde el Ayuntamiento se han puesto en contacto con restauradores porque el Ministerio les han respondido que ellos no van a preparar la licitación, pero que les van a dar un informe para hacerla, informe que desde que se les pidió a primeros de mayo, aún no han entregado. El cual no se necesita para nada. Al restaurador que realizó el salvamento no se lo dieron. Ni a otras empresas que ya han realizado el presupuesto. Ya hay una empresa que tiene ese presupuesto para preparar la licitación desde hace más de un mes y nadie en el Ayuntamiento que lo encargó lo recoge. Prepararon en quince días lo que el restaurador del salvamento tardó meses. Nuestro Ayuntamiento tiene graves problemas económicos, es deficitario.

El archivo hace tiempo que tenía que estar en su nueva ubicación, si no ha sido así ha sido por la falta de interés y de voluntad por quienes están llevando a cabo este proceso, que no hacen más que demorarlo. Alargar el tiempo de congelación es pagar todos los meses el alquiler de los congeladores, poder deteriorar aún más la documentación, más privarnos del uso del archivo.

En nombre de la Plataforma en defensa del Archivo de Burlada