Varios factores han sido descritos como motivadores del Estado de Bienestar. De su interrelación se obtienen resultados que concluyen en una mejora en la calidad de vida de sus habitantes, destacando por su relevancia: sanidad y educación. Los sistemas sanitarios predominantes en Europa se diferencian básicamente según se realice o no copago en el momento de usar los servicios. La manutención se hace a cargo de los Presupuestos Generales del Estado y es el predominante, afortunadamente, en España. Puede haber diferencias extra entre CCAA y ello repercute no en la calidad, pero si en la cantidad de prestaciones protegidas para los usuarios.

Los pivotes sobre los que descansa el sistema son:

1-Pacientes. La máxima económica de que la población hace un uso racional de los recursos, no siempre se cumple. Hay ciertos desequilibrios que, con frecuencia, son achacables a la naturaleza humana, o bien son hilachos adquiridos de la propia dinámica innata del sistema. Así, difícil entender que en el uso de los servicios de urgencia hospitalario, un porcentaje excesivo de pacientes se clasifiquen en triaje 5, significando que su lugar de atención preferente debiera ser un centro diferente al seleccionado. La corresponsabilidad implica minimizar la demanda innecesaria (ej:IRA)

Surge la pregunta si esto se puede prevenir con medidas de educación sanitaria. Y la respuesta es: si, pero. El ritmo de vida nos condiciona de tal manera el mañana, que obliga actuar en el hoy. Y más considerando que la espera media para ser atendido en un CS es 8,8 días (España) y unas listas de espera tan demenciales que el santo Job seria destronado como símbolo de paciencia

2-Medicos. Varios organismos (Ministerio de Sanidad, OCDE, Banco Mundial) ofrecen información sobre el número de médicos con cifras muy variables, porque cada organismo mide aspectos diferentes, resultando no comparable la unidad de análisis. Además, las comparaciones deben ser relativizadas, dependiendo de variables que los condicionan como dispersión geográfica, hospitalocentrismo, capacidad de gasto y otros

Las comparaciones entre países son (casi) irresponsables pues dependen, además, del modelo que cada país adopta para satisfacer las necesidades sanitarias de su población. Que Italia (Fuente: Banco Mundial) tenga un 100% más de médicos que España no significa que los indicadores de calidad en resultados sean un 100% mejores; ni mucho menos. Entre los países de la OCDE, España ocupa el cuarto lugar en número de medicos/habitantes, detrás de Austria, Noruega y Lituania.

Desde el año 2000, el número de médicos en España ha aumentado el 27 %, mientras la población ha aumentado el 8,5%.

En España existen 4,8 médicos por 1000 habitantes (Barómetro Sanitario 2022). Madrid (6,0), y Navarra (5,4), presentan tasas muy superiores a la media nacional. La tasa de médicos para albores asistenciales es 4,4 por mil, muy superior a años previos. Pero estamos en un país de contrastes, también en aspectos sanitarios: en atención primaria 0,8 por mil y 2,5 en atención hospitalaria

Mediáticamente, los gestores responden con un “no hay médicos” ante las quejas acumuladas día a día en el funcionamiento del sistema, fundamentalmente por listas de espera imparables o por ausencias no cubiertas. Pero, realmente no hay médicos? Nunca ha habido tantos como hoy, ni tampoco tantas facultades de medicina (46) como en la actualidad. Entonces, es que no quieren trabajar? La respuesta es compleja: nunca ha habido tantos médicos que emigran a otros países (4130 certificados de idoneidad en 2021) y/o están mal distribuidos (datos de INE: Navarra (5,4), Cataluña (4,8), Madrid (6,0).

Si nos basamos en la lista de espera de algunas especialidades, sí que observamos cuellos de botella, mientras en otras la gestión es más ágil. Basarse en la lista de espera para calificar una determinada especialidad como deficitaria en recursos humanos es limitarse a contar mariposas en el océano

En atención primaria, es común acordar un déficit claro en recursos económicos (ADSP: 211 euros por habitante y año) y médicos (0,8 por 1000 habitantes) con datos similares entre CCAA. Este déficit médico ya se observa en origen: se opta a realizar esta especialidad (casi) “a la fuerza” dado que son las ultimas plazas elegidas. Que no haya estímulos para realizarla conlleva ausencia de orgullo de pertenencia; varias factores juegan en su contra: ninguneados por sus compañeros, abandonados por los gerentes, deflaccionados por los pacientes, cargas de trabajo demenciales, sueldos abúlicos, escasez de tiempo para formación y nulo para actividades de investigación. En ningún caso el silencio debiera ser una opción y la soledad del manager transformarse en capitán del equipo

3-Listas de espera. Tienen entidad propia; resultado de la falta de pegamento entre las partes. Son a la vez la causa y el efecto de la inacción de unos y cansancio de otros, mediatizando variables como la satisfacción, sobreconsultas de atención, exceso no justificado de pruebas complementarias, etc con resultados tangibles de más/menos 14 millones de usuarios que han optado, como un clamor, por los seguros privados. La calidad de la atención primaria es bien valorada (7,8) pero el retraso de semanas/meses en la atención especializada hospitalaria conlleva un extra de dolor y preocupación (Fuente: SNS; Navarra-109 días, Madrid- 56 días) Y es que cuando el dolor aprieta, Sancho Panza se transforma en Thor.

4-Gestores. Pareciera como si los susodichos solo tienen ideas valientes (termino muy en uso) cuando están en la oposición. Si están en el poder, la autoridad desaparece pues se limitan a sobrevivir y a evitar cualquier actividad de riego. Sirva de ejemplo que en la oposición todos se posicionan contra la tan dicharachera productividad, que se olvida cuando tocan poder; incluso aumentan el presupuesto en esta actividad

Durante años los mismos han practicado el paseo militar como método de acción, distanciándose cada vez más de las necesidades de la población

La atención primaria es la matriz paradigmática sobre la que descansa el sistema, su piedra angular. Potenciar la misma devolviendo el orgullo que ello suponía y luchar contra su agotamiento debiera ser uno de sus principales objetivos. Y ello requiere potenciar la investigación, la formación y la autoridad. Implica tomar medidas de calado que conviertan la atención primaria no solo en algo apetecible, sino además representar un orgullo de pertenencia, en las antípodas de la situación hospitalocentrista actual.

En términos macro, se limitan a activar la proliferación de facultades de Medicina, muchas veces con estándares ajustados de calidad y a potenciar la llegada de profesionales médicos fuera del área europea sin títulos de especialidad homologados. Los malpensados intuyen en una mano negra que anhela volver a los años 80.

No quieren ser los héroes de los aplausos, pero tampoco los villanos paganos de la inactividad en gestión. Hacer cambios en la cartera de servicios se hace ineludible

Mantener el sistema sanitario público es garantía del Estado de Bienestar, colchón contra las desigualdades sociales, pero ello implica cambios sustanciales en la resolución de los conflictos, ya enquistados. La participación activa de los eslabones de la cadena es aval de un diagnóstico de situación realista y de un desarrollo adecuado de los tratamientos disponibles. Los Pactos de Toledo en salud representan un referente para la acción.

Catarsis vs. beneficencia.

El autor es médico. Servicio Navarro de Salud. Osasunbidea