La transexualidad –en lo que tiene de cotidiano, no de titulares– queda fuera de la realidad social, laboral, sanitaria, ocio-deportiva, escolar…, –a no ser que te toque cerca un caso–, ya no decir de lo afectivo, de la erótica.

El relato de la transexualidad, hasta ahora apenas escrito más allá de la imagen esperpéntica, relegada a la periferia de todo, carecía hasta hace poco de narrativas –conceptuales, visuales, biográficas–. Y es que frente al rechazo, la invisibilidad y el olvido vividos, nos encontramos escribiendo, en marcha, estas narrativas que han de ser positivas y tejidas desde todos los ámbitos.

El día a día de una persona, de una personita en situación de transexualidad –y de su familia– continúa siendo a día de hoy un continuo vivir en alerta, en estrés diario por el miedo a equívocos, a situaciones embarazosas, incómodas o insoportables… víctima de miradas, comentarios, cuando no reproches, cuestionamientos, agresiones verbales, físicas y exclusión –en el ámbito escolar, laboral y social, o incluso en el familiar–. No hay exageración, esta tensión está presente casi a cada momento.

No pretendamos que sean los héroes y heroínas que vienen a librarnos y a luchar como nadie contra los estereotipos y la escoria de la moral sexual que hemos ido construyendo a lo largo de siglos y en la que su influencia o autoría es prácticamente, si no totalmente nula. Porque no nos olvidemos que son los parias, la/os excluida/os, les sin nombre y sin lugar en la Historia si no es el de los márgenes.

Ahora vienen a poner supuestamente en peligro nuestro bienestar, más honestamente, nuestra fantasía de estabilidad y privilegios reales. Todo ello forjado y asentado en todos esos estereotipos y en esta moral sexual que venimos perpetuando y tejiendo –haciendo lo viejo nuevo, pero sin ánimo de que lxs últimxs de la fila vengan a hacerse un hueco entre nosotrxs–.

Sólo queremos que llegue un día en el que no presupongan/mos que lo van a tener peor por pertenecer al colectivo LGTBIQ+, que no temamos que sufran o incluso perderlo/a/es por ser quienes son, por los genitales que tienen, cómo se expresan o a quién desean.

Para y hasta que llegue ese día necesitamos unos servicios de atención directa a las personas LGTBIQ+ de calidad. Necesitamos la atención y el acompañamiento de quienes se vuelven referentes importantes –incluso transcendentales– en el día a día y desarrollo de quienes acudimos a elles. Necesitamos sus campañas de sensibilización e información para que nosotra/os y nuestros familiares y amigues LGTBIQ+ no tengan que estar exponiéndose ni partiéndose la cara por proteger y defender su derecho a ser quienes son.

Cualquier ataque –acción que lleve a la disminución de la calidad de vida y derechos– de las personas, ha de llevarnos a interrogarnos si efectivamente nos estamos colocando en el lado correcto de la Historia… o no. La respuesta, como la pregunta, es absolutamente relativa.

Al Partido Socialista de Navarra, a Podemos… que ahora impulsáis y toleráis un recorte en los servicios de atención a las personas LGTBIQ+, me gustaría invitaros a interrogaros sobre vuestro lugar en la Historia. Así como sobre la rocambolesca estrategia electoral en la que estáis adentrándoos, dando la espalda a un colectivo tan amplio y que tantos votos y respaldo os ha dado.

No hablamos de privilegios, sino de poder ser acompañades y acompañar a estas personas desde los márgenes hasta el punto de partida en el que otros nos encontramos, en lo relativo a ser vistas, respetados, dueños del espacio que pertenece a cada una por el hecho de ser, de existir, de enriquecer este mundo en el que el pegamento que nos une es la diferencia, la diversidad.

Es de seres humanos equivocarnos y lo es enmendar las equivocaciones: PSN y Podemos, haced el favor de subrogar a todas las trabajadoras del hasta ahora servicio de atención a las personas LGTBIQ+ del Gobierno de Navarra Kattalingune; seguid impulsando este servicio, desarrollando la Ley de igualdad social de las personas LGTBIQ+ e implementando según os comprometisteis su Plan de Acción. Valorad el trabajo desarrollado por estas profesionales que han colocado a Navarra como referente con su modelo de atención a las personas LGTBIQ+ ,y haced el favor de no dinamitar la continuidad y permanencia de este servicio como viene desarrollándose: con su nivel de desarrollo, de sensibilización, acompañamiento y atención descentralizada.

PSN y Podemos, estamos a tiempo, desandad y actuad con responsabilidad.

La autora es usuaria del servicio Kattalingune