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La deuda estatal, el Partido Socialista y el Convenio

La deuda estatal, el Partido Socialista y el ConvenioPatxi Cascante

El pasado jueves aprobamos en el Parlamento de Navarra el Proyecto de Ley de Cuentas Generales de Navarra de 2021.

Cuentas entre las que, lógicamente, se incluye la partida que Navarra abona puntualmente al gobierno estatal según lo estipulado en el Convenio entre la Comunidad Foral y el Estado. Recientemente, en diciembre de 2022, se había firmado entre las comisiones que representan a ambas instituciones el acuerdo por el que se establecía la aportación para el año base del quinquenio 2020-2024. Es esa aportación una de las partidas más importantes de los Presupuestos y, por tanto, de las Cuentas de nuestra comunidad. De ahí la importancia de las negociaciones, cuando toca renovarlo, para defender a ultranza los recursos de Navarra. Céntimo a céntimo, porque salen de los lomos de la ciudadanía. Y máxime todavía en unos tiempos tan duros, desde el punto de vista económico, como los que estamos viviendo. Siempre, por supuesto, desde el convencimiento propio en el autogobierno, en nuestra autonomía fiscal, solidaria a todas luces con el resto del Estado, pero sobre todo ahora.

Por ello, desde Geroa Bai, tuvimos que recordar una cuestión que planteamos hace dos años y que, sin duda, incide en las cuentas de esta comunidad a través del Convenio. Nos referimos a la redacción del artículo 54, titulado Cargas del Estado no asumidas por la Comunidad Foral, en cuya letra c) queda establecido que “se incluyen entre las mismas los intereses y cuotas de amortización de todas las deudas del Estado”. Es decir, desde Navarra tenemos que aportar religiosamente al pago de las deudas del Estado, sea cual sea su origen y su destino. ¡Y todavía hay quien nos tacha de insolidarios!

¿A cuánto asciende la deuda del Estado?

En noviembre la deuda pública estatal creció en más de 8 mil millones de euros respecto a octubre, de forma que pasó de 1,4 a 1,5 billones –con b– de euros. Supone el 116% del PIB.

Ya en febrero de 2021 –y es lo que trajimos a colación en el Parlamento el jueves– señalamos que la política financiera del Estado durante los últimos quince años, que había llevado a la deuda pública a cifras superiores al PIB, hacía que el importe de intereses y cuotas de amortización adquirieran un enorme peso en el cálculo de la aportación hasta hacerla injustificada desde la lógica del Convenio, y por ello instamos al Gobierno de Navarra mediante una moción, que fue aprobada, a preparar una modificación de la Ley 28/1990, por la que se aprueba el Convenio Económico entre el Estado y Navarra, en lo referente a la consideración como cargas no asumidas por Navarra de los intereses y las cuotas de amortización de todas las deudas del Estado.

A ello, y mediante enmienda de adición, se sumó el incluir también el impacto que pudiera tener sobre el cálculo de esa aportación la devolución de la deuda europea mancomunada y el pago de sus intereses. Es decir, pedimos que se revisara –recuerdo, en febrero de 2021–, el contenido de ese artículo porque estaba perjudicando claramente los intereses de Navarra, en cuestiones que “no había guisado” pero que sí “nos teníamos que comer”. Con patatas, como se dice popularmente. Una revisión, por tanto, con el objetivo de proteger nuestras arcas, de proteger el fuero y, en este caso, sobre todo el huevo.

Transcurridos dos años, y teniendo en cuenta que estábamos hablando del dinero público, desde Geroa Bai nos preguntamos ¿qué hay de lo de Navarra? Porque… debemos recordar que en 2022, algo completamente inhabitual, han sido varias las modificaciones realizadas del Convenio. Y, por tanto, las negociaciones habidas con la representación del Estado.

¿Se ha planteado algo sobre este respecto? Sabemos de su dificultad, pero, por eso mismo ¿se ha llevado a negociación? ¿Se ha comentado siquiera? Desgraciadamente, la respuesta es no, en negrita y con mayúsculas. Desde el PSN, más allá de las alharacas de su portavoz acerca de la nunca anteriormente dada complicidad entre ambas administraciones –la navarra y la estatal–, no han llevado este tema a negociar.

¿No se atreven? ¿No quieren molestar a los interlocutores del otro lado de la mesa?

Prima su “visión de estado” centralista, sobre la defensa del interés de Navarra. Porque la deuda estatal va a seguir incrementándose, máxime si se accede a la parte de préstamos –podían ser hasta 70.000 millones de euros– estipulada en los fondos Next Generation.

Amén de la subida de los tipos de interés, que, por derivada, tienen su afección a través de esa deuda ajena, y de la propia. Porque los tipos de interés están multiplicándose a pasos agigantados. Y deberíamos tomar buena nota de ello.

En Geroa Bai nos preocupa la deuda de Navarra. Nos preocupa la subida de tipos de interés y el impacto que va a tener en nuestras cuentas. Pero más todavía el que tengamos que asumir como propias unas deudas, en cuya asunción no participamos. No se nos invita al convite, pero sí a pagarlo. Y no estamos dispuestos a ello.

El autor es parlamentario de Geroa Bai