El pasado 1 de febrero este diario se hacía eco del informe de gestión 2022 de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (MCP) en el que se afirma que “el sistema de contenedores de tarjeta estaba teniendo ya estupendos resultados y debido a ello la basura que llega al vertedero de Aranguren alcanza su mínimo histórico. Concretamente el informe de la MCP de 2022 venía a decir que la cantidad depositada en el vertedero de Góngora, 100.874 toneladas, ha sido un 8,84% menor (109.797 toneladas) que la depositada en 2021”. Es, según recoge el balance, “el mínimo vertido anual desde el inicio del vertedero de Góngora en 1992”.

El informe continúa diciendo que “este importantísimo descenso de la basura enterrada en el vertedero supone además menos emisiones de CO2 a la atmósfera, que no es cosa baladí, porque el vertedero de Aranguren se encuentra en segundo lugar de las emisiones de gases de efecto invernadero de toda Navarra. Y otro aspecto muy positivo es que esta reducción ha supuesto que al vertedero de Góngora en 2022 han entrado 2.000 camiones menos transportando residuos. Y estos números van a seguir mejorando porque nos falta de implantar un tercio de los contenedores inteligentes en la zona urbana”. Y, “además de contaminar menos, reducir los vertidos en Góngora supone menos dinero a pagar, ya que la Ley Foral de Residuos establece un canon de vertido por enterrar, en este caso la MCP en el vertedero de Góngora, los residuos provenientes de la fracción resto (no contaminantes sin tratamiento previo)”.

Por otra parte, según el balance de la MCP, “este 2022 se ha recogido separadamente 74.381 toneladas, un 51,25% del total de residuos generados, frente a las 67.684 toneladas (44,7%) de 2021, que supone que nos encontramos alcanzando ya los objetivos establecidos en el artículo 25 de la Ley/2022 de Residuos y suelos contaminados para una economía circular de recogida separada de residuos municipal (que marca un mínimo de un 50% en 2035). Los nuevos contenedores tienen la llave de este éxito”. Y finalizaba el informe, diciendo que “tras la implantación de los contenedores con tarjeta, ha subido también un 18,56% la recogida separada de envases, un 10% la de ropa, y respecto a la de vidrio, ya consolidada, la Comarca de Pamplona se mantiene en un porcentaje de separación del 75%. Los datos ponen en evidencia las bonanzas del nuevo contenedor”.

Aparentemente parece que ha habido algunos buenos resultados, aunque hay diversos aspectos que no reflejan ese éxito y que voy a enumerar a continuación, así como algunas cuestiones en que hay que mejorar como bastante, y como pondo en el título del artículo, “no es oro todo lo que reluce”.

En primer lugar, en el informe como ha ocurrido en algunos otros, se habla indistintamente de recuperación y recogida selectiva de residuos, cuando son conceptos totalmente diferentes. En la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular se viene a decir que la recuperación de residuos es el conjunto de acciones cuyo objetivo es recuperar el valor económico de los residuos mediante su reutilización, remanufactura, rediseño, reciclado y recuperación de materiales secundados o de energía, mientras que la recogida selectiva de residuos es la práctica a partir de la cual se discriminan los materiales que pueden ser reutilizados (o reciclados) de los que son basura. Por tanto, al hablar como dos términos que son iguales, existen una confusión muy clara en la MCP.

En segundo lugar, no se dice nada de que se está vertiendo un 30% de los residuos sin ningún tratamiento previo en el vertedero de Góngora, cuestión que está prohibida por la UE, y cuyos incumplimientos han sido denunciados por diversas asociaciones y organismos ecologistas, aunque la realidad es que son 15 las comunidades autónomas las que lo hacen, pero Madrid, Asturias y Navarra son líderes y están a la cabeza en esta infracción.

En tercer lugar, en el informe de la MCP se dice que en 2022 “se han recogido un 51,25% del total de los residuos generados, que supone que está alcanzado ya los objetivos establecidos en el artículo 25 de la Ley/202 de Residuos y suelos contaminados para una economía circular de recogida separada de residuos municipal, que marca un mínimo de un 50% en 2035”. Pero eso no es cierto. En realidad, es un 29%, ya que en el informe de la MCP las cuentas no están bien hechas. Se trata de calcular los materiales o recursos puestos en el mercado en relación con el total de los residuos generados, cuestión que como tal aparece en el Inventario de Residuos del Gobierno de Navarra.

En cuarto lugar, está muy bien que el contenedor marrón de recogida selectiva de materia orgánica esté funcionando bien, aunque la recogida de materia orgánica y el desarrollo del compostaje iría mejor si se aumentase el compostaje doméstico y el comunitario, aunque también hay que decir que Navarra es líder en esta materia en el Estado español seguida de Euskadi, pero todavía hay un margen de mejora muy grande.

En mi opinión, la piedra angular para la mejora de la gestión de residuos en la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona radica fundamentalmente en el aumento de las materias recicladas y de esta forma cumplir con los objetivos marcados por la legislación, y ello ha de venir de la implantación del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), que funciona muy bien en otros países europeos como Dinamarca o Alemania, y que está contemplada en la Ley Foral 14/2018 de Residuos y su Fiscalidad, pero que no se ha puesto en marcha; en el impulso mucho mayor del compostaje doméstico y comunitario del que he hablado anteriormente, abandonando las plantas de Tratamiento Mecánico Biológico (PMB), como ya se está haciendo en la UE; e introducir sistemas eficientes para reportar los datos, en cuanto a cantidades, calidades y destinos de los materiales recogidos, pudiendo disponer de caracterizaciones periódicas que sean públicas en aras a la transparencia, trazabilidad y compromiso con la ciudadanía.

El autor es experto en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente