El Parlamento de Navarra aprobó una ley pionera de Reconocimiento de Víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia Católica. El Parlamento español encargó al Defensor del Pueblo la investigación conducente a la elaboración de un informe sobre las denuncias por abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia Católica.

Ninguna de las dos ha contado con la colaboración de la Jerarquía católica a pesar del exhorto realizado por el Papa Francisco.

Tampoco les ha movido de su negativa la publicación del reconocimiento de abusos sexuales en casi todos los países de Europa. Ellos verán.

El desarrollo de los trabajos de ambas comisiones comienza por la recopilación de los casos de abusos sexuales.

Tras el reconocimiento debería venir la reparación del daño causado.

En Navarra se aplicó inmediatamente la ayuda sicológica a las víctimas de pederastia en la Iglesia. La eficacia de este apoyo ha demostrado lo acertado de la decisión del Departamento de Asuntos Sociales del Gobierno de Navarra. Gracias.

La reparación sicológica es muy importante pero los daños causados en nosotros las víctimas, van mucho más allá.

Por eso ahora la Comisión del Defensor del Pueblo se ocupa de concretar cual es la visión de reparación entre las diversas asociaciones que representamos a las víctimas.

AVIPIREN, la Asociación de Víctimas de Pederastia en Instituciones Religiosas de Navarra, compartirá la visión de reparación que aquí presentamos.

La propuesta del DDP (Defensor Del Pueblo) comienza por el reconocimiento de que los daños como irreparables. Sin embargo, pregunta: ¿Qué significa reparar? Parece un oxímoron, la relación de términos contrarios. De cualquier forma, reparar puede tener varios sentidos:

Repara quien reconoce el daño causado.

Repara quien pide perdón en nombre propio o como representante del abusador.

Repara quien reconoce que miró para otro lado o encubrió a quien abusó de nosotros.

Repara quien, teniendo responsabilidad directa o indirecta en los abusos, atiende la demanda de las víctimas en todos los aspectos. La necesidad de información sobre lo que se hizo con los pederastas, por qué no se actuó contra ellos y tampoco nos ofrecieron apoyo sicológico ni protección.

En los pocos casos en que se ofreció compensaciones económicas se hizo para que no se supiera nada de lo sucedido, como prueba la propuesta conocida estos días y realizada por los Salesianos a cambio del silencio del abusado.

Por último, repara más quien se adelanta a que la acción de la Justicia o de la iniciativa política le obligue a reconocer su delito.

Repara quien pone a disposición de ambas sus archivos y la identidad de quienes ejercieron la pederastia.

Ninguna de estas acciones ha realizado la Jerarquía Católica Española.

¿Por qué reparar? Por justicia con los abusados, por demanda social y, según la moral cristiana, por caridad.

Entre los que sufrimos los abusos hay personas con un enorme deterioro emocional que están siendo tratadas psicológicamente y continúan en un penoso estado.

También la sociedad necesita saber que la Iglesia reconoce, pide perdón y repara los daños de los abusados cuando éramos niños.

Los católicos no deberían aceptar las excusas y subterfugios que su Jerarquía aplica. Deben también saber que el Papa, la máxima autoridad de la Iglesia Católica, ordena facilitar la investigación de aquellos hechos.

¿Para qué reparar?

Para consolar, reconocer a las víctimas y ayudarlas.

Para que la Iglesia Católica, que se erige en referencia moral de la sociedad, pueda sanear su imagen y demostrar lo ético de su magisterio.

Hay que reparar para evitar que vuelvan a suceder estos delitos, que no pecados, en su propio seno.

¿Quién debe reparar? Sin ninguna duda, quien causó el daño, la Iglesia Católica.

Es quien no hizo nada por denunciarlo, al contrario, disimuló, ignoró los hechos y encubrió a sus clérigos y a las personas que en su ámbito practicaron la pederastia.

Creemos que ante la postura de negación planteada por la Jerarquía Católica el Estado debería exigir a esta por todos los medios nuestra reparación.

¿A quiénes y cómo se debe se debe reparar?

A todas las víctimas y de la manera que sea más adecuada al hecho denunciado.

Si el delito no ha prescrito, lo deberá establecer la justicia penal que juzgará los hechos, establecerá la sentencia y la indemnización correspondiente a cada víctima.

Defendemos el derecho a la imprescriptibilidad de los delitos de pederastia. Inglaterra, Chile y Argentina tienen declarada la imprescriptibilidad de los delitos sexuales contra menores.

En España la nueva Ley Orgánica 8/2021 del 4 de junio prolongó la prescripción de los delitos graves contra menores hasta que la víctima cumpliese 40 años.

Casi todas las víctimas que nos movilizamos contra la pederastia en la Iglesia Católica española tenemos entre 60 y 80 años. Estamos fuera de plazo.

La justicia responde a nuestras denuncias con un “no ha lugar, está prescrito”.

Así pues, nos queda la vía extrajudicial como mecanismo de reparación.

En Navarra la ley de Reconocimiento de las Víctimas de Abusos Sexuales ha sido un primer paso. La justicia restaurativa nos ofrece el reconocimiento de nuestra condición de víctimas y la rehabilitación sicológica, personal y social.

También se debe indemnizar económicamente a las víctimas por el daño causado.

Al igual que en los casos de abusos sexuales juzgados se condena al agresor a la indemnización económica de la víctima, así debería hacerse con los casos prescritos.

La negociación de las indemnizaciones podría establecerse a la manera de los juzgados de conciliación.

Los sicólogos forenses tienen la capacidad de evaluar el daño generado en los adultos que fueron abusados sexualmente de niños. Ellos podrían cuantificar las compensaciones económicas correspondientes.

También se podría dejar abierta la opción de que la víctima pudiera optar a compensaciones no económicas si así lo considerase.

La Justicia Canónica.

La Jerarquía Católica nos aconseja denunciar en las oficinas episcopales.

¿Cómo creen que nos podemos sentir acudiendo a quien protegió a nuestros abusadores?¿Creen que sus manifestaciones pueden darnos confianza?

Tenemos malas experiencias de las reuniones que hemos mantenido, no se han interesado por nosotros y para recibirnos fue necesaria la intermediación de cristianos responsables.

No conocemos la vía canónica lo suficiente pero lo anteriormente expresado nos hace desconfiar. Creemos además que es claramente, una justicia de parte.

Otras cuestiones importantes sobre la reparación.

Reparación sugiere la acción de arreglar algo roto. Encaja perfectamente en lo que nos ocupa, sin embargo, a nadie le gusta adquirir algo reparado, se teme un daño oculto o un riesgo permanente.

La segunda acepción de la Real Academia de la Lengua Española habla de “desagravio, satisfacción completa de una ofensa, daño o injuria”.

Las víctimas de pederastia de la Iglesia Católica hemos sufrido las tres:

La ofensa de ser negados e ignorados.

El daño de ser agredidos sexualmente en nuestra niñez.

La injuria de ser acusados de falsedad, ser enemigos de la Iglesia, de actuar por venganza. Incluso de tener solo intereses económicos al presentar nuestras demandas de verdad, justicia y reparación.

*En nombre de la Asociación de Víctimas de Pederastia en instituciones religiosas de Navarra