Vengo leyendo desde hace días opiniones publicadas en medios de comunicación o recibidas por redes sociales que propagan que el cambio climático es una estafa o que nos encontramos en un periodo interglaciar en el que el calentamiento global y el cambio climático es debido fundamentalmente a causas naturales. Hace más de 15 años escribí yo varios artículos de opinión donde creo que dejaba claro que el calentamiento global y el cambio climático al cual nos enfrentábamos se debían a las emisiones de gases de efecto invernadero por las actividades del hombre sobre nuestro planeta.

Vuelvo a afirmar que todos los climatólogos y publicaciones científicas están de acuerdo en que el cambio climático actual es causado por la actividad humana: el 100% de las transformaciones climáticas actuales son provocadas por el hombre. Es colosal e inequívoco. Este es también el resultado del último informe del IPCC (Intergovernamental Panel on Climate Change) o, en español, GIEC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU), creado en 1988 para facilitar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias de respuesta. 

“Es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, los océanos y los continentes”, nos dice el informe del IPCC de agosto de 2021.

¿Cuáles son los gases de efecto invernadero y cuál es su contribución? Dióxido de carbono (CO2, 75,3 %), metano (CH4, 17,9%), óxido nitroso (N2O, 4,5%), gases fluorados (CF2CL2, SF6, NF3, 2,3%), según el anterior informe.

Las emisiones de gases de efecto invernadero de las sociedades humanas se estiman en lo equivalente a 2.430 millones de toneladas de CO2 del año 1850 a 2019.

¿De qué sectores vienen los gases de efecto invernadero a nivel mundial? Industrias (24%), producción de electricidad y calor (23%), construcción (17%), transporte (15%), agricultura y sector forestal (11%), y aportación del suelo (11%).

Al igual que muchos, creo que debemos tener cuidado con los discursos equivocados que niegan el fenómeno del cambio climático o le asocian principalmente a causas naturales, y que están adornados con supuestas virtudes científicas pero que no están certificados por quienes han estado trabajando en el tema durante muchos años. Esto es importante para no alimentar el discurso negacionista en el debate sobre el cambio científico y sus causas, que nos lleve a pensar que ya está superado hace años.

Tenemos que seguir concentrando nuestro esfuerzo intelectual, de investigación, desarrollo e innovación científica y tecnológica para conseguir los medios más asequibles, que sean técnica y económicamente más viables. Todo con el fin de mitigar los efectos del cambio climático mediante una transición energética sostenible de los combustibles fósiles actualmente en uso a energías limpias con mayor eficiencia y ahorro en el uso de la energía. Además de parar la deforestación y aumentar la forestación, y reducir las emisiones de metano de las explotaciones de combustibles fósiles y vertederos, así como de óxido nitroso y gases fluorados. Aparte de disminuir el consumo de carne, sustituyéndolo por un mayor consumo de productos vegetales proteicos alternativos y proporcionar mejor alimentación a los rumiantes para reducir sus emisiones de metano.

El mayor desarrollo tecnológico, consiguiendo precios más baratos, indujo un rápido desarrollo de las energías eólica y solar. Ello se ve ahora no solamente como una forma de hacer la transición energética más sostenible, sino también como un instrumento para garantizar la producción de electricidad. Esperamos aún más avances, y especialmente ahora en el desarrollo de la fabricación del hidrógeno verde para su uso en la industria y en el transporte de alto consumo energético, así como medio de almacenaje de energía excedente a precios competitivos. El mayor desarrollo en el uso de las bombas de calor está también de actualidad.

Este gran esfuerzo está dando sus frutos y hay buenas noticias que nos indican sobre el terreno que, en 2022, la capacidad de producción del parque solar europeo aumentó en un 25%, una cifra significativa. Las energías eólica y solar están produciendo más electricidad juntas por primera vez que el gas o el carbón. Las ventas de bombas de calor, que permiten prescindir de combustibles fósiles para la calefacción, se duplicaron en Polonia y Bélgica, y aumentaron un 56% en Alemania y un 50% en Finlandia. Las ventas de vehículos eléctricos baten un récord (representan el 12% de los vehículos nuevos).

Termino con la síntesis que hizo GIEC de sus trabajos durante los últimos ocho años publicada el 20 de marzo, donde muestra que los efectos del cambio climático, a causa de las actividades humanas, son generalizados, sin precedentes durante milenios de años. Los impactos son cada vez más devastadores, globales y, ahora, a menudo irreversibles. Si bien las vidas de miles de millones de personas ya están afectadas, las emisiones continuas de gases de efecto invernadero aumentarán las amenazas a la producción de alimentos, el suministro de agua, la salud humana, las economías nacionales y la supervivencia de gran parte del mundo natural. Pero el IPCC también asegura que todavía hay una oportunidad de limitar el calentamiento global a 1,5°C en comparación con el período preindustrial, siempre que haya un salto hacia adelante en una lucha solidaria y justa a nivel mundial contra el cambio climático, donde países pobres con menos emisiones están sufriendo sus efectos más devastadores. Las opciones para lograrlo, pero también para adaptarse al cambio climático, son numerosas, efectivas y están disponibles ahora.

*El autor es doctor en Ciencias Químicas, director de sustainable development over-seas programme