Pasadas varias semanas desde las últimas elecciones municipales en las que nuestro grupo municipal, Lekunberriko Taldea, no pudo conservar la mayoría en el Consistorio, quiero dar las gracias a las 422 personas que con su voto nos mostraron su apoyo a 4 años de gestión y duro trabajo. Igualmente, agradecer a todas las personas que, en nombre propio, y también en representación de sus organizaciones, me han trasladado personalmente su reconocimiento y agradecimiento por nuestro trabajo y gestión, pero también por el trato recibido. Y qué decir de la familia…siempre al lado. De verdad, son muestras de afecto que llegan muy adentro y que recordaré y recordaremos para siempre.
La gestión municipal es la más cercana a la sociedad, y quienes pasamos por el ayuntamiento sabemos de antemano que hay personas que son conscientes del sacrificio personal y profesional que supone dar el paso, dejar de lado una carrera profesional y exponerte a la crítica constante. Una crítica que es legítima y bienvenida cuando se confrontan proyectos para tu pueblo por parte de otras fuerzas, o cuando de manera noble se intentan corregir proyectos y acciones municipales. Y una crítica no tan legítima cuando está cargada de intereses personalistas y hasta fruto de matrimonios políticos extraños de ideologías enemigas entre sí. De todo hay en un pueblo, y de todo ha habido también en Lekunberri.
La democracia y las elecciones tienen dos elementos fundamentales: El juego de mayorías (Lekunberriko Taldea obtuvo 422 votos ante los 483 de Bildu), y la alternancia en el gobierno o alcaldía. Nuestro grupo ha llevado en todos estos años a Lekunberri de concejo a ayuntamiento, con todo lo que supone. Las generaciones más jóvenes podrán confirmar con sus mayores que Lekunberri tiene su singularidad con respecto a todo su entorno, en su desarrollo social, económico y cultural hacia un mundo rural vivo, en el que se puede nacer, desarrollarse, trabajar y disfrutar en él toda una vida. Aquello que soñaron todas las generaciones de Lekunberriko Taldea para llevarlo a cabo con gestión transformadora, y que he tenido el honor como alcalde para traerlo a la fecha y hora de la alternancia. Para entregar el testigo a los siguientes, con un pueblo singular por su calidad de vida.
Una alternancia que para llamarse cambio necesita de un modelo alternativo, y para una correcta valoración y evaluación dentro de 4 años partirá de una situación de pleno empleo, un polígono industrial con una treintena de empresas a pleno rendimiento, sumergida en un ambicioso y necesario proyecto de Comunidad Energética Industrial –la primera de Navarra– para paliar el reto energético y medioambiental, y los consiguientes retos económicos y sociales; una amplia red de servicios públicos asumidos con los presupuestos corrientes; y un nivel de dotaciones y servicios público-privados tanto para el conjunto de vecinos como visitantes, que tejen un sistema socioeconómico envidiable a la vista de cualquiera, y de un gran atractivo para turistas, empresarios, clientes y personas buscando nuevas y mejores oportunidades para desarrollar su proyecto de vida personal y profesional.
Una alternancia que parte de una organización municipal que en estos 4 años ha tenido que reorganizarse y reforzarse para hacer frente a los cambios y retos constantes de la vida municipal y vida en general, y que, desde luego, su nivel de trabajo, de adaptación al cambio, rendimiento y atención al público ha sido sobresaliente. Mi eterno agradecimiento a todas las personas trabajadoras del Ayuntamiento y sus empresas públicas.
Una alternancia que comienza con un ayuntamiento saneado económicamente, con un dinamismo y actividad inusual para una población de 1.700 habitantes, con una excelente relación y vasos comunicantes con el Gobierno de Navarra, empresas públicas, entidades locales e instituciones de todo tipo a nivel foral, estatal e internacional, y que en este último aspecto ha sido reconocido además como uno de los mejores pueblos del mundo en materia de turismo sostenible por la Organización Mundial del Turismo (OMT). No hemos tenido el premio de la renovación en la alcaldía, pero tenemos el honor y el orgullo de haber dejado a Lekunberri reconocida por sus premios.
Y una alternancia con el listón de trabajo muy alto en dedicación y desempeño de sus concejales delegados, con una actividad, agenda y proyectos desarrollados que necesitarían de varios artículos para solo poder nombrarlos. Mi reconocimiento y agradecimiento también a Ioseba, María Jesús, Mikel, Vicente y Uxua.
La alternancia es cambio cuando se produce con diferencias mayores de votos que las habidas, y sobre todo cuando –en este caso Bildu– muestra otro modelo para Lekunberri. En Lekunberriko Taldea soñamos antes para lograr lo realizado, y seguimos soñando en mejorar Lekunberri con el modelo de éxito que nos ha traído hasta aquí. Los cambios son cambios, adaptaciones al medio, y no son ni mejores, ni peores, sino como cada uno y cada una los perciba y con el prisma con el que quiera percibir. Nosotros y nosotras desde luego damos el relevo orgullosos y orgullosas de nuestra dedicación a Lekunberri, en cantidad y calidad, y del trabajo, sacrificio y gestión desempeñados. Lo hacemos desde la esencia democrática de la alternancia; y desde un rol diferente al llevado a cabo hasta ahora, estaremos atentos y vigilantes para que los cambios que se realicen sean en la línea de desarrollo humano social sostenible que se corresponde con la singularidad de calidad de vida de Lekunberri. Trabajaremos en esta línea en la confianza democrática de futuras alternancias.
La vida es cambio, y la inteligencia la adaptación a los cambios; y como escuché en una ocasión: “las cosas que nos pasan no son quizás lo que queremos, pero con el tiempo entendemos que es lo que necesitamos para seguir creciendo en esta vida”.
Seguimos cambiando, seguiremos avanzando. Seguimos.
*El autor es exalcalde de Lekunberri