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La carta del día

Un aparcamiento innecesario

Un aparcamiento innecesarioJavier Bergasa

Oír la noticia de la suspensión temporal de la obra de construcción del parking calle Sangüesa (Plaza de la Cruz), fue un motivo de alegría por cuanto suponía haber escuchado el clamor popular en contra de su realización, algo a lo que no estamos acostumbrados. Lo primero es felicitar a los colectivos y personas individuales que con su trabajo y tesón han conseguido que se visualice este desaguisado.

Al seguir la rueda de prensa y las explicaciones de la alcaldesa, la alegría duró poco y se tornó en una profunda decepción. Diría más, me parece un insulto a las miles de personas que pacíficamente y con argumentos han mostrado su discrepancia. Porque insulto es tratar de mezclarlos con “los de siempre” o hacer referencia a los altercados que esporádicamente se suelen producir y de los que ella es la principal responsable para que no ocurran. Una rueda de prensa llena de falsedades, mentiras y simpezas, como el miedo a cruzar la plaza, o acciones de boicot puntuales y sin autor conocido que puede que se hayan producido, pero que no se pueden cargar a quienes pacíficamente luchan por una ciudad mejor. Todo en un intento de deslegitimar a los oponentes repartiendo mierda. Creo que no vendría mal un ejercicio de empatía y respeto para con sus conciudadanos que son de todos los colores y sus reivindicaciones razonables, legítimas y democráticas, hay que recordarlo.

Esta es mi queja. Pero para entender un conflicto hay que recurrir al dicho: “Si quieres conocer la verdad, sigue el rastro del dinero”. La profusión de argumentos contrarios ha sido abrumadora y no voy a repetirlos, no así los favorables que se limitan al adecentamiento de la Plaza de la Cruz, algo que se puede hacer prescindiendo del socavón, y que suena más a burda excusa para justificar el chandrío de que unos pocos vecinos quieren un parking. Y aquí está el meollo de la cuestión, algo de lo que se habla poco para la importancia que tiene. Quiénes son los que quieren y quiénes los que no quieren, las razones de unos y los intereses de otros. Y en medio el Ayuntamiento que cede un terreno público –de todos los pamploneses– a algunos profesionales para que, con el añadido del aparcamiento a la puerta de casa, hagan negocio privado con la venta de pisos de lujo para más sustanciosa venta. Me sorprende un Ayuntamiento tan predispuesto a apoyar esta propuesta ¿Por qué ese interés, a mi juicio desmesurado, en permitirlo y defenderlo a capa y espada? ¿Sería receptivo a otras propuestas de otros colectivos?