Tras un largo año esperando la nueva Orden Foral que regule las jornadas de los centros de Educación Infantil y Primaria de Navarra, el pasado 24 de julio nos topamos con la noticia del Departamento de Educación para su implantación el curso 2024-2025. Tal y como lo hizo el verano pasado, llama a participar aportando propuestas de mejora mediante el canal de Gobierno Abierto.

Quien haya tenido el gusto de leer el borrador, se dará cuenta enseguida de la dirección que se le quiere dar a esta Orden Foral. Llama la atención que, aunque no hayan dado detalles sobre la supuesta evaluación realizada, aquellas medidas que hemos venido reclamando durante todo este tiempo se hayan visto lamentablemente empeoradas o ninguneadas. Por desgracia, en los procesos participativos en los que las familias puedan decidir seguirá exigiéndose tres quintos del censo total de votantes para poder implantar tanto la jornada continua como la flexible (nos parece razonable pedir una mayoría cualificada como puede ser la del 60% de los votos emitidos en vez del censo total). Además se implantará la jornada partida en aquellos centros que no soliciten el procedimiento para el curso 2023-2024 y el Departamento tendrá potestad para elegir el horario de los nuevos centros de creación, entre otras medidas. En cuanto a la gestión del transporte escolar o las becas del comedor no se plantea ningún cambio, aún sabiendo que este aspecto condiciona el voto en futuros procesos de elección del horario y también se reserva el poder de anular la decisión alcanzada en los procesos participativos si los centros escolares comparten servicios como el transporte con otros centros.

Una vez más, y después de más de 14 años en modo experimental, el Departamento procede a no hacer pública sus evaluaciones internas sobre jornadas escolares, ni tiene en cuenta las propuestas mayoritarias de los agentes de la comunidad participativa. Un proceso que duró varias semanas el curso anterior, donde federaciones de APYMAs, sindicatos y demás agentes por amplia mayoría exigieron medidas como: pasar a una mayoría simple en las votaciones, que el comedor pasará a ser espacio educativo, no discriminar al alumnado con las extraescolares del mediodía, o que a los centros con alumnado transportado se les ofrecieran soluciones actuales, dejando de seguir anclados en regulaciones de transporte o comedor que datan de hace 20 años.

Las novedades planteadas en el borrador, sobre todo, suponen un esfuerzo superior a quien elija la modalidad de jornada continua: exigir que haya dos actividades de las tardes por día en jornada continua en función de alguna de las áreas propuestas (además de tener que incluirlas en la PGA e informar a las familias trimestralmente a través de las tutorías), incrementar el horario de la jornada continua en dos sesiones más, delegar la decisión final al Departamento de Educación, restar al claustro su capacidad de decisión en el proceso, exigir únicamente un 25% del Consejo Escolar para comenzar el proceso para revertir el horario...

A nosotrxs nos parece una tomadura de pelo en toda regla. Han esperado a que pasaran las elecciones para poner encima de la mesa aquellos aspectos que ya en las Jornadas Escolares de Navarra dejaron ver. Lo que no se entiende es el verdadero porqué. ¿Qué intereses hay en establecer la jornada partida en todos los centros cuando más del 85% de los centros ha optado por otro horario? ¿Por qué quieren cuestionar todas las decisiones adoptadas por la Comunidad Educativa todos estos años y volver a exigir que las familias voten de nuevo si quieren mantener una jornada diferente a la jornada partida?

Está claro que Educación apuesta por un horario en concreto (la jornada partida) y visto el camino, si antes nos parecía que pedían mucho, ahora nos piden, aún si cabe, mucho más.

Tal y como recomendaba el Defensor del Pueblo, los porcentajes exigidos en los procesos participativos deben respetar el sentir de la mayoría de la comunidad educativa. Sin embargo, exigir las ⅗ partes del censo total de votantes es injusto y los resultados que se obtengan no van a respetar el querer de la mayoría, ya que como venimos recordando en más de una ocasión, en las consultas que se han realizado a lo largo de estos años, la mayoría de las familias han votado por la jornada continua y sin embargo se han mantenido las jornadas partidas cuando dicha opción ha sido claramente minoritaria. De nuevo, vistas las propuestas planteadas, está claro que apuestan por sus propios intereses, por los de los lobbys-empresas privadas de comedores (para el bien de las concertadas o privadas) y por una vuelta atrás en el poder de decisión o autonomía de los centros tal y como también otorga la LOMLOE. No nos tomen por tontos. Es hora de dar pasos adelante y plantear soluciones, no de mantener la regulación experimental de hace 14 años aún más restrictiva, si cabe.

En todo este tiempo, hemos solicitado poder participar en el proceso para realizar aportaciones y hemos solicitado reuniones con el Departamento en más de una ocasión, pero no hemos sido atendidos. Por lo que exigimos que el Departamento, tal y como dijo, cumpla su palabra y nos reciba.

Firman este artículo: Ilazki Baratze Baqué, de Erreniega CPIP-Zizur; Ana Belén García García y Marco Rivera Martínez, de CPIP San Pedro de Mutilva; Izaskun Martínez Alkat y Beatriz Martínez Erro, de CPIP Puente la Reina-Gares HHLIP; y Susana Rodríguez López y Claudia Angélica del Río Gajardo, de CPIP Azpilagaña-Iruñea. Grupo de familias ‘Cambio de jornada. Hacia una votación democrática’.