El pasado 18 de agosto dio comienzo, con la toma de posesión de los nuevos consejeros y consejeras, un nuevo gobierno de coalición plural y progresista, una nueva legislatura llena de retos, de proyectos y de problemas por resolver. Y quizá el departamento de Salud sea el que debe enfrentarse a todos ellos con más urgencia, en un contexto de cansancio, desgaste y con un claro empeoramiento de la percepción por parte de la ciudadanía tras la pandemia y sus consecuencias.

Lejos de este escenario, como mínimo complicado, debía encontrarse el doctor Fernando Domínguez cuando desde Geroa Bai le propusieron volver a tomar las riendas del departamento con el mayor presupuesto del Ejecutivo foral. Sin dudarlo, Domínguez dio un paso al frente, aceptó el reto y se ha rodeado del mejor equipo para conseguir solventar algunas cuestiones clave como las listas de espera, la nueva Ley foral de Salud, el dimensionamiento de Atención Primaria o la Empresa Pública de Transporte Sanitario, tal y como explicó en sede parlamentaria hace unos días. Un acto de “valentía” reconocido por los diferentes grupos.

Sin embargo, algunos estamentos de la sanidad navarra, vía carta al director a este periódico, en vez de, por una vez, alentar, acompañar y proponer para que la salud de todos y todas vuelva a los niveles de hace unos años, prefieren comparar y lanzar datos falsos de gestiones pasadas.

Las listas de espera, problema que se arrastra desde hace muchos años ya, es sin duda uno de los caballos de batalla de esta legislatura. Pero si alguien sabe cómo bajar los tiempos de demora, como ya ha demostrado, es el consejero Domínguez. En contra de lo publicado por la máxima representante de SATSE este fin de semana, durante la legislatura de 2015-2019, con Domínguez al frente, las listas sí bajaron, y bajaron considerablemente. Concretamente se pasó de 49.457 personas esperando una primera consulta en agosto de 2015 a 38.056 personas en espera en julio de 2019. 11.401 personas menos esperando, cifra que llegó a bajar hasta las 27.862 personas en junio de 2018, y que volvió a empeorar el último año de legislatura debido a una huelga de médicos que frenó el sistema.

También, por poner otro ejemplo, se trabajó por la colaboración entre Atención Hospitalaria y Primaria, con un proyecto piloto de análisis de casos clínicos por vía telemática que, en dos meses, descendió un 38% las derivaciones de primeras consultas y logró un 100% de satisfacción por parte de los profesionales que participaron en él. Un resultado lejano a la “sobrecarga laboral” y “agravios comparativos” descritos en la misma carta.

Dos ejemplos, entre otros muchos. Si lo nuevo-viejo de Sanidad consigue estos datos, bienvenido sea lo nuevo-viejo a este Gobierno. Y bienvenida sea la colaboración de todas las partes para darnos cuenta de que nuestra sanidad, aunque algunos se empeñen en no reconocerlo, es la mejor del Estado.

En representación del Grupo de Salud de Geroa Bai