Excelencia es el término que más utiliza el actual consejero de Educación de Navarra cada vez que tiene ocasión. Lo hizo nada más tomar posesión del cargo y continúa haciéndolo en cada uno de los ejercicios de autocomplacencia a los que nos tiene acostumbrados cuando se trata de hablar sobre su labor al frente del departamento. Recientemente, el presidente del consejo escolar publicaba también una carta que llevaba por título Compromiso con la excelencia educativa.

Esa búsqueda de la perfección del proceso de enseñanza aprendizaje para que cada alumno y alumna pueda alcanzar el máximo de su capacidad en ese proceso es tan loable como ambicioso. En ese camino, una de las principales medidas a reforzar es la relación entre profesorado y alumnado.

John Hattie, profesor de educación de la Universidad de Melbourne, efectuó un estudio sobre neurociencia en educación concluyendo que uno de los factores que más impacto positivo tienen sobre el aprendizaje del alumnado es la relación o feeling que se crea entre enseñante y estudiante. Es clara, por tanto, la repercusión positiva que tendría una bajada de ratios para facilitar dicha relación.

Otro elemento clave en el camino a la excelencia es el prestigio que se le otorga al profesorado, como señala Xavier Prats-Monné, exdirector general de Educación de la Comisión Europea en el análisis que hace sobre los buenos resultados que obtiene siempre en PISA Soria. “El principal factor que determina el éxito de los estudiantes es tener buenos docentes. Esa es la clave. Es algo consistente en todos los rankings. Los profesores tienen que estar motivados”.

En cambio en nuestra comunidad cada vez es mayor la desmotivación que impulsa el propio departamento entre el profesorado. Se le somete a la asunción de infinidad de proyectos y programas, que pueden resultar muy interesantes, pero que no cuentan con la dotación horaria correspondiente. Como decía en la reciente entrevista concedida a DIARIO DE NOTICIAS el filósofo y maestro en Azagra, Gregorio Luri, “Hemos bombardeado al profesorado con nuevos conceptos, y al mismo tiempo les hemos cargado de burocracia. Cuando la carga es excesiva, la gente intenta solucionarlo como puede”.

A esto debemos sumar también la inaceptable pérdida de poder adquisitivo de los docentes desde 2010, que ha sido del 16 % (una pérdida acumulada media de 40.000 euros). Dicho de otro modo, en la última década, el profesorado ha trabajado 15 meses gratis. Para que esa merma de alguna manera fuese compensada, los y las docentes deberíamos estar cobrando de media unos 500 euros más al mes.

Si añadimos la coyuntura actual, en la que en los dos últimos años alimentos, como por ejemplo el aceite, han subido un 73% o la leche un 45%, sumada a la subida del coste de los carburantes y el ascenso del Euribor, hacen que la situación sea ya insostenible.

Gran parte de estos problemas podrían solucionarse mediante una reforma fiscal ambiciosa, lejos del actual modelo navarro, donde se acaban de aprobar medidas totalmente insuficientes e injustas. La presión fiscal de Navarra está 1.900 millones de euros por debajo de la media europea, por lo que si se hiciera una reforma ambiciosa, se dispondría de recursos suficientes para hacer frente a los actuales retos del sistema educativo.

Pretender llegar a la excelencia en la enseñanza sin aumentar el gasto es, además de ingenuo, injusto, puesto que, aunque pueda resultar paradójico, no gastar más tiene un coste; el sobreesfuerzo que debe llevar a cabo, como siempre, la clase trabajadora.

Es el momento de que este nuevo gobierno aumente el gasto en educación para poder llevar a buen puerto todas las medidas necesarias que faciliten la mejora tanto del sistema educativo en su conjunto como las condiciones laborales del profesorado . Los presupuestos comenzarán a cerrarse ahora y es primordial presionar para que el gasto en educación aumente lo suficiente para poder bajar las ratios de forma lineal en todas las etapas, hacer efectiva la recuperación del poder adquisitivo o reducir tanto la temporalidad como la sobrecarga laboral y burocrática a la que desde hace años se somete al profesorado.

La excelencia no es algo que se vaya a encontrar en los saldos de las rebajas de enero.

*ELA Hezkuntza