Quienes firmamos esta carta somos trabajadoras del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea que realizamos nuestra atención pública como telefonistas en las centralitas de los centros hospitalarios.

Desde hace casi dos décadas este servicio se viene prestando por personal que realiza idéntico trabajo, pero perteneciente a dos niveles de encuadramiento y sueldos diferentes, lo que supone una discriminación salarial reconocida así por tres resoluciones del Defensor del Pueblo –¿cuántas más hacen falta?– y un informe del Insituto Navarro para la Igualdad (INAI).

Una desigualdad idéntica a la que venía ocurriendo con el personal administrativo, que se solucionó con un acuerdo en 2018 que incluía hacerlo también con nuestro caso, pero que finalmente no se realizó por no cumplirse el objetivo de déficit presupuestario.

El pasado 6 de junio un representante del grupo parlamentario de Contigo-Zurekin, al que agradecemos haber visibilizado nuestra situación, preguntó en el Pleno del Parlamento sobre las intenciones del Gobierno de Navarra al respecto y que usted, señora consejera, tuvo a bien responder.

Por encima de las palabras amables esperamos el máximo rigor de los representantes públicos, y equidad y justicia social en sus actuaciones. En ese sentido debemos decir que su respuesta tuvo mucho más de buenismo y de excusas que de rigor, y que no vino a ser más que la prolongación de una actuación del gobierno con nuestro colectivo carente por completo de equidad y justicia social.

Respecto al informe del INAI proclamó usted su compromiso con el feminismo y la igualdad. Hablar es muy fácil, el propio Netanyahu aseguró que el ejército de Israel es el que actúa con mayor moralidad de todos los del mundo. Pero las palabras no valen de nada si no se acompañan de hechos, y usted y su gobierno solo pueden presumir de inmovilismo con nuestra desigualdad. Degradan a instituciones como el INAI y el Defensor del Pueblo, al demostrarse que el resultado habría sido el mismo sin sus informes y resoluciones, avalando así el discurso de ciertos sectores en auge que menosprecian y cuestionan la utilidad de dichas instituciones.

Argumentó usted que Navarra está vinculada al cumplimiento de estabilidad presupuestaria sin que se pueda aprobar un incremento salarial de su personal superior al autorizado conforme a la Ley de Presupuestos Generales del Estado y que eso les impide ejecutar esta reclamación… pero, ¿y el personal al que el año pasado se le incrementó su sueldo en cuatrocientos euros mensuales o al que se subió un diez por ciento sin que viniera contemplado en la Ley de Presupuestos?

Dijo también que es momento de abordar una solución integral a todas las reivindicaciones de los distintos colectivos con la reforma del Estatuto. ¿Es que acaso todos los colectivos partimos de la misma situación? No. Ni todos los colectivos se encuentran en un caso de desigualdad salarial por realizar el mismo trabajo, ni su situación viene de tan lejos, ni cuentan con el aval de un acuerdo que ya se produjo en la Mesa General, ni les apoyan varias resoluciones del Defensor del Pueblo o un informe del INAI que habla de discriminación. No, señora consejera, si resulta lógico priorizar las atenciones sanitarias en función de su gravedad, es igual de razonable pretender que las soluciones a los problemas laborales se atiendan en función de su magnitud –este es de discriminación– y de su antigüedad, y de este se van a cumplir ya dos décadas. De nada les servirá a las compañeras que tienen próxima su jubilación la futura aprobación de su dichoso Estatuto. Ni como compensación moral ni mucho menos en sus pensiones.

Es llamativo que invoque “soluciones integrales” en vez de individuales y que nos quiera remitir a la aprobación de un nuevo estatuto cuando hace poco más de medio año que aprobaron incrementos para el personal del Servicio de Emergencias, entre otros al personal operador de SOS Navarra, por conceptos tales como conseguir un tiempo de respuesta telefónica más rápido.

Resulta evidente, pues, que las soluciones integrales del estatuto y el cumplimento de la estabilidad se destinan solo a quienes ustedes quieren.

Por nuestra parte, hacerle saber que ya hemos comunicado a la Dirección de Profesionales nuestra decisión de dejar de realizar tareas de ejecución, propias del nivel C, y limitarnos a ejercer solo aquellas por las que nos retribuyen. Si ello supone un empeoramiento en el servicio que prestamos a la ciudadanía y a otros profesionales del SNS-O será responsabilidad de la Administración que usted dirige.

Son demasiados años de buena voluntad no correspondida. Y no se preocupe, que ya volveremos a realizarlas, según cómo quede, cuando se apruebe el estatuto.

Las autoras son telefonistas de las centralitas del Hospital Universitario de Navarra en Pamplona, Hospital Reina Sofía de Tudela y Hospital García Orcoyen de Estella