Proceso de oposiciones de maestros/as en Navarra
Injusto. Esa es la palabra a destacar. Injusto para las y los miembros del tribunal y las y los aspirantes.
Injusto. Trabajar 12 horas diarias en la corrección de exámenes.
Injusto. Trabajar 7 días seguidos. La primera semana de domingo a sábado. Y el 25 de julio, día de fiesta, también estaba abierta la posibilidad de trabajar.
Injusto. Soportar una carga enorme. Ser responsable de la distribución de las plazas del funcionariado y soportar la presión de los y las superiores. “Tenéis que corregir muchos exámenes y tenéis que terminar para esta fecha. Ustedes vean cómo”. ¿Cómo? Trabajando 12 horas diarias. ¿Esas son las condiciones adecuadas? ¿Podemos ser justos y justas corrigiendo continuamente los exámenes de los candidatos y las candidatas que trabajan tanto y se juegan tanto? ¿Es justo para ellos y ellas corregir sus exámenes en esas condiciones? No son condiciones dignas para un proceso tan importante. En este punto hay que decir que se preveía que no se presentarían todos y todas los candidatos y candidatas. ¿Y si así hubiera sido? Los días no tendrían suficientes horas para finalizar el proceso en el plazo previsto.
Y qué decir de la carga y responsabilidad de las/los presidentas/es de los tribunales. Días y días tras salir del centro escolar han tenido que reunirse para preparar las rúbricas de los exámenes (entre otros trabajos). Incluidos sábados, si era necesario... Si la responsabilidad de los miembros de los tribunales es grande, qué decir de la de ellas/ellos…
Quien conoce un poco el mundo de la enseñanza sabe que es una profesión tan bella como fatigosa y que en junio tenemos unas vacaciones absolutamente necesarias. Pues no... Ni para los compañeros y compañeras de tribunal ni para los candidatos y candidatas…
Desde arriba se nos dijo que estarían a nuestro lado en todo momento para ayudarnos en lo que necesitáramos. ¿Realidad? A veces a la hora de pedir ayuda o cuando teníamos problemas, la respuesta recibida fue “En vuestras manos”. Pero, una vez en nuestras manos y tomada alguna decisión significativa, hemos encontrado límites por su parte para llevarlas a cabo. ¿Qué es entonces “ayudar” y “depender de nosotros y nosotras”? Además, muchas de las dudas surgidas estamos convencidos y convencidas de que son las que se repiten año tras año, ante las cuales la toma de nuevas decisiones cada año, también perjudica la coherencia del proceso, haciendo imposible para los candidatos y candidatas saber qué esperar y cómo prepararse en torno al periodo de oposición, y por supuesto, aumentando, como es natural, la rabia por el proceso.
Injusto. Poner a un candidato o candidata “0” o bajar la nota y no poder decir por qué. ¿Conclusión? Malestar de los compañeros y compañeras de tribunal y rabia del candidato o candidata…
Injusto. Condicionar un curso escolar. Candidatos y candidatas estudiando y con dificultades para afrontar el día a día y miembros de los tribunales sin poder cerrar el curso adecuadamente. Afectados: niños y niñas y calidad educativa.
Injusto. Agrupar en un mismo proceso un concurso oposición y una lista de contratación de maestros y maestras.
Injusto. Poner en danza todo el sistema educativo y gastar una fortuna para unas pocas plazas. Sería mejor invertir ese dinero en las necesidades cotidianas de las escuelas.
Quizá no se pueda conseguir un proceso del todo justo. Pero sí más justo. Llevamos mucho tiempo pidiendo exámenes tipo test. ¿No es posible? Cada dos años se pone en marcha este laborioso proceso por unas pocas plazas. ¿No es más sensato hacerlo cuando hay más plazas? ¿No se puede hacer el proceso en otro momento del curso y liberar a las/los miembros del tribunal para llevarlo a cabo, quitándoles de encima la carga de trabajo? Tenemos modelos cercanos. Incluso el temario, ¿no se puede unificar y establecer uno oficial sin excluir a las personas que no pueden pagar una academia?
Más justo. Yendo de la mano, entre todos y todas, se puede mejorar.
Firman este artículo: María Antonia López Méndez, Francisco Javier Ruíz Jiménez, Leire Legaz Arozarena, Isaak Martínez Ortiz, Virginia Oteiza Elizalde, María Aranzazu Martínez Alcat y Edurne Oyaga Munarriz En nombre de los miembros de los tribunales de Educación Infantil Euskera