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Colaboración

El Ayuntamiento de Pamplona en la prevención de inundaciones

El Ayuntamiento de Pamplona en la prevención de inundacionesPatxi Cascante

De entrada, ya advierto que este escrito está dirigido a todo el arco político pues todos han estado presentes en alguno de los eventos de inundaciones y/o alertas que se han producido durante muchos años atrás (hasta la histórica de diciembre de 2021 y la siguiente alerta de, creo, enero de 2022), por lo que, a su lectura (si lo leen y lo saben entender), mírense al espejo de las responsabilidades y no sigan practicando el deporte nacional de “la responsabilidad es tuya, pues yo solo pasaba por allí o lo heredé”. Que ya está bien. Y no voy a hablar de pretender que las administraciones puedan hacer frente a fenómenos meteorológicos extremos (salvo lo correspondiente a alertas tempranas y la activación de los oportunos protocolos para preservación de la seguridad ciudadana), pues quien piense así no sabe de qué está hablando.

Leo, a 14 de noviembre, las indicaciones de las obras para la protección ante inundaciones de la Rochapea y San Jorge, respecto a que comenzarán a final de este año. Es decir, de entrada, tras tres años del último evento con daños materiales a infraestructuras públicas y propiedades privadas. Tres años. ¿Es posible que una administración (del color que sea) pueda tardar tanto tiempo en poner en marcha unas obras que, según indican, van a estar realizadas en un plazo de tres meses? Pues, remitiéndonos a los hechos, sí es posible… aunque es indignante. Máxime, como he dicho, dada la sucesión de eventos en el tiempo con unos perdedores básicos, como son los que compraron sus pisos y/o montaron sus negocios en edificaciones en zonas inundables (edificaciones permitidas por las diversas administraciones). Este tipo de información, de puesta en marcha de obras, intuyo que obedece a reaccionar ante la gente en base a su posible alarma ante los hechos desastrosos acaecidos en nuestro país con las últimas tormentas.

Ciñéndome a las cuestiones que van a abordar con esas obras, no seré yo quien indique que no van a servir para nada. Colocar, como van a hacer, los antirretornos que no existen en los extremos de los colectores de salidas al río de las aguas pluviales (curioso, por decirlo suavemente, que tras tantos eventos se constate ahora esa falta) evitará la entrada del agua del río, en retorno, a los viales, inundándolos a través de la salida del agua por los propios elementos de recogida (rejillas que se ven en los viales). Pero siguen olvidando el disponer los mismos sistemas en las salidas de los aliviaderos que existen del colector principal (de recogida de los diversos colectores unitarios: pluviales + fecales) que vehicula todo hacia la EDAR de Arazuri. Aliviaderos que, con el nivel de crecida, se verán anegados penetrando el agua hacia ese colector y, para entendernos, “llenándolo”, creando un “obstáculo” al normal desagüe de los colectores zonales tributarios a él y, en consecuencia, sobre todo si se da la circunstancia de lluvias persistentes sobre las zonas tributarias (como sucedió en la histórica de diciembre de 2021, donde muchas calles se anegaron sin llegar el nivel del río a ellas), se producirá la puesta en carga (llenado) de esos colectores tributarios, el empuje y levantamiento de las tapas de registro y la salida del agua anegando los viales y, de coger nivel mínimo, penetrando en los garajes a través de los respiraderos situados a nivel de acera y en paredes a ras de ella (que seguimos con la manía de construirlos así en muchas edificaciones) e inundándolos (incluidas otras instalaciones de servicios, etcétera). Incrementándose drásticamente el efecto, si la cuenca vertiente de esas zonas, constituida por múltiples colectores, terminan desembocando, como sucede, en una sola tubería que no puede ser capaz de evacuar los caudales generados y, encima, se encuentra con el obstáculo referido del colector principal lleno, como hemos comentado antes. Colector que, incluso (al margen de los aliviaderos), ya se ve “alimentado” directa e instantáneamente en el momento del desborde del río en la zona baja del polígono de Landaben, al entrar su agua en aquél a través de los imbornales de acera, pues la casi totalidad de los colectores de esta zona son unitarios.

Y esto, que junto con otras cuestiones, lo vengo repitiendo desde que estudié esas zonas en mi trabajo como autónomo para informes de protección en empresas y comunidades, sigue sin tenerse en cuenta (y mira que, al margen de reuniones a las que me llamaron, se sacaron copias de los planos realizados explicando todas las casuísticas). Me gustaría no tener razón, de verdad, pero tengo el pleno convencimiento de que la tengo (ahí están los directivos técnicos de SCPSA para desmentirme si no es así) y, por eso, trato una vez más de que salgan de su zona de confort, se remanguen, y estudien debidamente las distintas casuísticas y pongan en marcha el necesario plan de obras para eliminar el mayor porcentaje de problemas. Bajo mi punto de vista, y al margen de las protecciones con antirretornos en cualquier infraestructura de evacuación que pueda quedar anegada por el nivel de crecida del río, pasa por ejecutar las obras en el polígono de Landaben (al menos en la zona inundable), que lleven a la disposición de redes de saneamiento separativas en su totalidad (a salvo de disponer, por quien procede, alguna obra de recrecimiento general que evite la entrada del río), pasa por ejecutar redes separativas en la zona de la Rochapea (calle Ochagavía como eje para que pueda entenderse la cuenca vertiente a la que me refiero) para eliminar los caudales de pluviales al colector existente final de zona (y al propio colector principal C2), y pasa por establecer, para apoyo de evacuación del existente (implementando los puntos de recogida viaria, en su mejor disposición, pues son insuficientes), un nuevo colector de salida directa a la zona del embarcadero junto al puente de Oblatas que evite el continuo anegamiento de las zonas de la rotonda y anexos de edificación, con sus afecciones (obra que, salvo imponderables, se puede plantear mediante perforación dirigida -PHD- desde la propia rotonda, sin que se afecte al tráfico rodado, etcétera).

Y para terminar, comento una cosa de la información leída que me ha dejado “perplejo”, máxime cuando se indica que las obras a ejecutar “cuentan con el visto bueno de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona”. Y es lo referente a “se cambiarán las tapas de registro para evitar que se levanten por la presión del agua”. Espero que no se refieran a colocar tapas acerrojadas de modo fijo, pues, de hacerlo, se podrá generar que el empuje del agua levante tapa con cerco y zona anexa o termine reventando el colector por su punto más débil, provocando los correspondientes daños generales.

A ver si este escrito, si se publica, genera la reacción de estudios y obras necesarias.

El autor es ingeniero técnico asesor en el ámbito del agua (abto. y snto.)