Con fecha 26 del pasado mes de noviembre, Jesús Sarasate Olazarán realizó un artículo a este medio que me dirijo, titulado “El “Monumento”. En su inicio, lo encabezaba argumentando lo siguiente: ¿Cuando se va derribar el Monumento? Aquel que fue edificado para conmemorar el triunfo de la Cruzada e inaugurado por el enano saltarín, a la vez que las casuchas de la Txantrea, construidas en domingos y fiestas de guardar.

Me sorprendió tu denominación, “las casuchas” –a nuestras casas, viviendas–, construidas en domingos y fiestas de guardar. En mi modesta visión, considero que te has deslizado sin detectarlo. He consultado el Wikcionario (el diccionario libre), la palabra “casucha” y me responde con ésta descripción : Casa en mal estado, muy pequeña o endeble. Su uso: despectivo.

Aquellos valientes hombres trabajaron con mucho esfuerzo y dedicación en la construcción de sus casas-viviendas, soportando recuerdos sobre sus cabezas, transcurridos 14 años del golpe de Estado contra la República legalmente elegida y constituida, siendo obligados con amenazas de fusilamiento, si no ase enrolaban en sus filas franquistas. La Iglesia, con poder compartido con los golpistas, presionaba con su religión, instando acudir a misa los domingos, muchos de aquellos futuros vecinos txantreanos acudían forzados de madrugada a su misa, el obispo Marcelino Olaechea les dio su autorización.

Las primeras casas-viviendas que construyeron los padres de las hijas/os que hoy siguen viviendo en ellas se construyeron con mucho interés, a conciencia, robustas, amplias, donde aquellas familias numerosas crecieron en buena armonía txantreana, con espacios para cultivar su huerta, crianza de animales en gallineros y espacios verdes. Qué gran mérito tuvieron aquellos padres trabajadores obreros, que finalizando su jornada laboral, acudían a levantar sus casas-viviendas, incluso en sus pertenecientes días de descanso.

Llegué a la Txantrea, el 14 de agosto de 1955 del pasado siglo, finalizada la construcción de la segunda fase, vivimos con normalizada amplitud en nuestras casas-viviendas, relacionándonos amistosamente con otras familias numerosas. Los Martínez con 12 hijas/os, los Undiano y los Tirapu con 10 hijas/os, respectivamente, los recuerdo perfectamente, incluso aquel diploma de natalidad, pendiendo de la pared izquierda, en la entrada de la casa de ésta última familia. A día de hoy, continúo habitando en la mencionada segunda fase, manteniendo incluso actualmente, contactos y buenas relaciones con hijas/os de aquellos esforzadas/os fundadores de la Txantrea,

En este barrio luchador y reivindicativo ayer y hoy, se vivía y se vive en sus casas-viviendas, cómoda, satisfactoria y tranquilamente (Txantrea el barrio de menor ruido de Pamplona/Iruña), muy cercano nuestra capital y al monte Ezkaba, nos beneficiamos de sus naturales y sanos vientos, dándose la natural transmisión que nuestras/os hijas/os viven también en nuestra Txantrea. Con orgullo, alegría e ilusión, esperamos la celebración el próximo mes de marzo, de nuestro 75 aniversario.