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Tribunas

Mejorar la sanidad pública es proteger la salud

Mejorar la sanidad pública es proteger la saludIban Aguinaga

Si dependiéramos de la sanidad privada, sólo las personas más ricas podrían acceder a los servicios sanitarios ya que la sanidad tiene unos enormes costos que, en casos graves, casi nadie podría soportar. Lo tendrían mucho peor quienes no vivieran en las metrópolis, que es donde se concentran las instalaciones en las que se prestan los servicios privados de salud, ni un solo centro de atención primaria en poblaciones rurales, ni un solo hospital comarcal, ya que no rentan. Lo tendríamos mucho peor todos y todas porque no siendo la prevención un nicho de negocio, pandemias y otras enfermedades camparían a sus anchas.

Afortunadamente, gozamos de un sistema público de salud universal, justo y solidario que es imprescindible preservar. Un sistema sostenido con fondos públicos a través de los impuestos, que cuenta con profesionales al servicio de la administración pública y cuya finalidad es prevenir y curar la enfermedad, así como promocionar la salud de toda la ciudadanía.

El Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea se ha ido adaptando en mayor o menor medida a las nuevas necesidades sanitarias, al aumento de demandas sociales, a los avances científico-tecnológicos, a los nuevos riesgos para la salud, etcétera. Por otro lado, padece carencias, tales como algunas ineficiencias e ineficacias, la saturación en algunos servicios, así como algunas disfunciones organizativas y estructurales que influyen en la atención a la ciudadanía y que es urgente abordar.

Cierto es que cualquier ciudadana o ciudadano que necesite atención sanitaria urgente, a quien se le ha detectado una enfermedad grave o es víctima de un grave accidente, es atendido con celeridad y profesionalidad óptima. Sin embargo, otras situaciones reciben, en la actualidad, respuestas sanitarias deficientes.

Hay mucho trecho entre la excelencia y la deficiencia, desde los servicios sanitarios que van bien, los que no van tan bien y algunos que van mal. Las respuestas sanitarias son buenas en la atención hospitalaria, las urgencias hospitalarias y extra hospitalarias tales como accidentes, catástrofes, la atención a enfermedades graves, la atención a personas con enfermedades crónicas, la salud pública, la prevención de enfermedades. Cierto es que que siempre se puede ir a mejor.

Señalamos, en particular, servicios sanitarios que precisan mejoras urgentes en relación a su eficiencia y eficacia. Es el caso de la atención primaria, y en particular la atención en algunos centros de salud, la falta de optimización del uso de los recursos hospitalarios o las largas listas de espera en la atención especializada y quirúrgica.

La atención primaria, que quedó muy al margen durante la lucha contra la pandemia, ha sufrido un retroceso importante principalmente desde entonces. En la era de las telecomunicaciones, en algunos centros de salud, es un batalla obtener una cita por teléfono para el mismo día y vía telemática se obtiene cita para más de 20 días después. Por ejemplo, quien se acuesta o amanece enfermo ha de hacer larga cola desde primera hora de la mañana a la puerta de algunos centros de salud para ser atendido ese día y, en su caso, cursar su baja laboral. Esta es una situación que limita la accesibilidad, sobre todo a las personas más mayores y que sin ninguna duda genera inequidad en la atención.

El Defensor del Pueblo, en septiembre pasado y respecto a un centro de salud concreto, recomendaba al Departamento de Salud que analizara en profundidad las dificultades y retrasos que se estarían padeciendo para la obtención de citas en condiciones y en un tiempo adecuados, adoptando a continuación las medidas necesarias para mejorar el servicio.

El Informe de la Cámara de Comptos sobre la accesibilidad a la atención primaria en salud 2018-2023 constata el empeoramiento en el acceso de la ciudadanía a la atención primaria, sobre todo en las consultas de medicina familiar de los centros urbanos. Respecto a la accesibilidad telefónica, constata tras un muestreo que el 60% de las llamadas se concentran de ocho a nueve de la mañana y que del 42% del total se rechazaron por saturación de líneas, aunque se acabó atendiendo al 81% de las personas que llamaron. Se señala, también en este informe, que el número de pacientes por profesional es adecuado. En medicina familiar, los facultativos tienen 1.287 pacientes frente a los 2.000 que marca como máximo la normativa. En pediatría son 882, mientras que el máximo es 1.500.

Cierto es, tal y como señala la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública de Navarra, que los problemas que aquejan a la atención primaria en salud son comunes en todo el territorio estatal y dentro de la delicada situación que se atraviesa, la sanidad navarra –y en concreto la Primaria– sigue siendo una de las más fuertes entre las comunidades, lo cual no quiere decir que esté bien, es evidente que existen ámbitos de mejora y para ello necesitamos la implementación de políticas valientes. Sí, señor Domínguez, valentía para adoptar medidas estructurales y organizativas. ¿Qué esta pasando en la atención primaria y por qué?

Respecto a la evidente ineficiencia e ineficacia en el uso de los recursos hospitalarios y en la atención especializada, están muy relacionadas con el horario estándar establecido para algunos actos de salud: intervenciones quirúrgicas o pruebas diagnósticas que conllevan la realización de horas extraordinarias –peonadas– por algunos profesionales cuando se realizan por la tarde, o bien la derivación a la sanidad privada. Es muy razonable aseverar que, reorganizando las jornadas laborales ordinarias, se optimizarían los recursos, tanto humanos como materiales, mejoraría la situación de las listas de espera, disminuirían las derivaciones y tendríamos un sistema público de salud más autónomo.

El consejero de Salud ofrecía, en sede parlamentaria, datos sobre las retribuciones del personal médico en Navarra. “La retribución media bruta anual de un especialista en Navarra es de 84.994 euros en Atención Hospitalaria y de 81.613 en Atención Primaria. 1.470 profesionales cobraron el año 2023 más de 75.000 euros brutos, es decir, más que los altos cargos del Gobierno de Navarra; 521 cobraron más de 100.000 euros brutos anuales y 38 de ellos cobraron más de 150.000 euros brutos, llegando a 246.000 euros el que más cobró”.

Parece ser que estas altas retribuciones se deben en cierta medida a la falta de médicos y al propio sistema que tiene establecido Salud para paliarla, por el que se permiten, por ejemplo, a cirujanos realizar intervenciones quirúrgicas por las tardes, médicos del SUR (Servicio de Urgencia Rural) sustituciones en Primaria que se cobran a precio de hora extraordinaria. ¿Por qué las intervenciones quirúrgicas no urgentes por la tarde no son actividad ordinaria? ¿Por qué el personal médico no hace turnos, también por las tardes, como lo hace el personal de enfermería o celadores y así se rentabilizarían los recursos materiales?

Ninguna duda respecto a establecer salarios justos para el personal sanitario en función del tipo de jornada y dedicación. Es evidente que si la jornada partida o variable, por ejemplo, se ha de retribuir. Faltaría más. Ciertamente hay tarea al respecto y no solo en el Departamento de Salud, corrigiendo la moda de establecer mejoras a trabajadores y trabajadoras en algunos servicios de las administraciones públicas generando agravios comparativos con otros, que no es objeto de este artículo pero que es otra cuestión que se ha de corregir.

Señalamos cuatro ámbitos de actuación que consideramos urgente para abordar y resolver la problemática que describimos someramente. En primer lugar, inspecciones y auditorías de todos los servicios sanitarios para detectar fortalezas y debilidades: lagunas de eficiencia y eficacia, disfunciones, qué va bien y por qué, qué no va tan bien y por qué y que va mal y por qué para detectar las deficiencias y los ámbitos de mejora. Por otro lado, urge disminuir al máximo las peonadas, convirtiendo la actividad extraordinaria en ordinaria con jornadas laborales ordinarias; elaborar listas de espera reales con tiempos de respuestas óptimos en función de las diferentes situaciones y también, cómo no, la educación de la población para un uso óptimos de los servicios sanitarios.

Firman este artículo: Cristina Lainez, José Antonio Mancho, Mila Ros, Luis Sánchez y Marisa De Simón Foro Mercedes Colás