Tudela es ya una ciudad diversa y con una larga trayectoria de encuentro y convivencia entre diferentes culturas. Hoy la inmigración es un fenómeno cotidiano que forma parte de nuestra ciudad, por eso es necesario que hablemos de cómo podemos abordar el reto que se nos plantea: la convivencia intercultural.
Porque el verdadero riesgo no es la inmigración, sino la exclusión. No es la multiculturalidad, sino el abandono. No es el diferente, sino la falta de respuestas compartidas porque la convivencia no se garantiza con alarmas, sino con política pública, liderazgo social y compromiso institucional.
No podemos permitir que la desinformación, el odio y el abandono institucional acaben fracturando nuestra ciudad. Aquí no caben discursos incendiarios, ni el señalamiento sistemático de quienes han venido a construir una vida mejor. Aquí no caben quienes quieren sacar rédito político enfrentando a unos contra otros.
Cuando hablamos de interculturalidad nos referimos a la relación en condiciones de igualdad que se da entre las personas de dos o más culturas. Este tipo de relaciones favorece el diálogo y el entendimiento, la integración y el enriquecimiento de las culturas.
Porque la convivencia no es automática y natural, no cae del cielo. La convivencia se construye cada día: con un ayuntamiento que pone a la ciudadanía (a toda su ciudadanía sea o no migrante) en el centro de su política municipal.
Por eso no basta con hablar de convivencia, hay que hablar de modelo de ciudad.
¿Queremos una Tudela que vigile desde cámaras, o una Tudela que confíe en su gente?
¿Queremos barrios fragmentados o barrios donde se hable, se celebre y se comparta?
¿Queremos políticas que se decidan desde un despacho, o que nazcan de la escucha activa a quienes conviven a diario?
Los y las socialistas lo tenemos claro: llevamos muchos meses reclamando la figura de concejal/a de barrio para que escuche y atienda desde la cercanía. También solicitamos un plan de convivencia municipal, y por fin recientemente se ha presentado el diagnostico de convivencia de Tudela.
Personas de 84 nacionalidades vivimos en Tudela. Es el momento de decidir si queremos coexistir o si queremos convivir.
Estamos en condiciones de demostrar que podemos convivir si las instituciones se implican, si la ciudadanía participa, y si la política se hace desde la altura de miras que exige el momento actual.
Porque, insisto, lo que está en juego no es sólo la convivencia, es el modelo de ciudad que queremos construir. Debemos abordar el reto de la cohesión social desde diferentes perspectivas, pero promoviendo espacios comunes de relaciones.
Debemos desterrar las noticias falsas, porque cuando se manipulan los datos migratorios, lo que se siembra es odio. Y no podemos caer en esa trampa, porque la inmigración no es un problema, es una realidad.
Y tenemos el deber de gestionarla con responsabilidad, justicia y eficacia, no con eslóganes vacíos ni noticias manipuladas. Necesitamos soluciones, y para eso hay que mirar de frente a lo que está ocurriendo, escuchar y actuar con coherencia y valores.
Utilicemos el diagnóstico realizado a través de entrevistas, encuestas, foros de reflexión para conocer la situación de la convivencia intercultural en Tudela, para mirar de frente a lo que ocurre y actuar con coherencia y valores.
Desde el PSN apostamos por una Tudela viva, justa, inclusiva y orgullosa de su pluralidad. Y estamos decididos a seguir trabajando, desde las instituciones y desde la calle, para que el miedo nunca nos quite lo que más vale: la confianza mutua.
No necesitamos más miedo ni más noticias falsas. Necesitamos más inversión, más escucha y más convivencia.
La autora es portavoz del PSN-PSOE en el Ayuntamiento de Tudela y parlamentaria del PSN-PSOE