Aunque sobre el genocidio y la ocupación militar, y consiguiente colonización que está llevando a cabo Israel contra los palestinos/as de Gaza y Cisjordania, está casi todo dicho, el Partido Carlista, con ánimo de contribuir a la reflexión colectiva que lleve a acciones públicas y visibles (manifestaciones, negación de apoyo político, voto, a los que aceptan la actual situación, objeción fiscal a los gastos militares...) que ayuden a terminar con esta vergüenza, anima a la gente y a la opinión pública a que, por encima de la saturación e impotencia, no se deje de hablar de Gaza y Cisjordania, e insiste en que es preferible el diálogo frente a la violencia para dirimir y disolver los problemas en la convivencia social.
Porque lo que Israel está haciendo no es una guerra, ni un acto de defensa propia; en Gaza y Cisjordania sólo hay un ejército, el de Israel, que está destruyendo viviendas, escuelas, hospitales, infraestructuras energéticas, de comunicación, redes de abastecimiento y de saneamiento..., para impedir que se pueda vivir en ese territorio, y matando a gente normal, tan normal y digna de respeto como los ciudadanos judíos y árabes de Israel, mediante bombardeos, balas de matar..., y dificultando al máximo que las personas que allí viven, malviven, puedan satisfacer sus necesidades básicas, comer, beber, dormir..., con el apoyo descarado del actual Gobierno de los EE.UU, y la complicidad de Europa, del mundo árabe, de Rusia, y de Asia. Dice muy poco en favor del ejército de Israel lo que está haciendo en Gaza y Cisjordania; o dice mucho, en su contra, acerca de su eficiencia (rescate de los secuestrados israelíes por Hamás y otras milicias palestinas, y acabar con Hamás) en estos 23 meses de ataque inmisericorde y cruel, inhumano, a la gente que allí malvive. ¡Hasta vamos a tener “razón” los que reclamamos el diálogo para buscar la paz, acerca del sinsentido de los ejércitos y los gastos militares que detraen los recursos económicos necesarios para las inversiones en infraestructuras civiles que facilitan cubrir las necesidades básicas del ser humano y de su recorrido vital satisfactorio desde la cuna a la tumba! Si el empresario Trump sueña con Rivieras mediterráneas en Gaza, y con “casas bonitas” para los gazatíes y visitantes, que las haga; en Escocia es propietario de dos “resorts” con campos de golf, y no ha necesitado destruir Escocia para ello, ni vaciarla de sus gentes.
Los ciudadanos/as israelíes, que comparten con los palestinos/as su idioma y su odio semitas, ante su realidad cotidiana de sensación de amenaza y sobresalto, y que les ha convertido en una sociedad militarizada, tal vez podrían hacer un ejercicio de reflexión sobre su visión de la vida y darle, así, una oportunidad a la paz y a una mayor justicia en su convivencia con sus convecinos palestinos/as, que no son ni invasores ni extranjeros en su tierra, compartiendo ciudadanía y respetando la suficiente autonomía de las diferentes comunidades. Entretanto, y para empezar a andar, se podría partir de la aceptación y cumplimiento de los “Acuerdos de Oslo”, y por la construcción de la solución de los “dos estados”, con el acuerdo básico de ir logrando sucesivos acuerdos para compartir el mayor número posible de infraestructuras, derechos y obligaciones, con el objetivo de una convivencia en el marco del respeto a la legalidad internacional y a la Carta de los Derechos Humanos, Civiles, y Políticos. Tal vez ese sea el camino hacia la mejor versión del “Gran Israel”, frente a la visión racista, asesina..., y suicida también, de sus actuales dirigentes políticos, y amos económicos.
Shalom, Salam.
En la habitual concentración de los martes en la plaza del Ayuntamiento en defensa de las gentes de Palestina, de la mano de Yala Nafarroa, el 11 de febrero pasado, se cantó esta jota reivindicativa y acogedora:
Desde la tierra hasta el mar,
Palestina, Palestina...
Desde la tierra hasta el mar.
La Europa civilizada no tiene humanidad,
No tiene humanidad.
Palestina, Palestina...
Firman esta carta: Jesús Mª Aragón Samanes, secretario del Partido Carlista-EKA de Navarra; José Mª Porro Sainz, secretario general de EKA; José Lázaro Ibáñez Compains, secretario general federal del Partido Carlista