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Prevención de la salud y seguridad laboral

Prevención de la salud y seguridad laboralJavier Bergasa

Este mes de noviembre se cumplen treinta años de la aprobación y entrada en vigor de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales. Tres décadas después, esta norma continúa siendo la piedra angular de la seguridad y la salud en el trabajo en España y un referente en el impulso de una auténtica cultura preventiva.

Desde su entrada en vigor se han conseguido avances legislativos, se han desarrollado planes de acción como las Estrategias de Seguridad y Salud, tanto nacionales como autonómicas, y se crearon las figuras del delegado/a de Prevención y del Comité de Seguridad y Salud en el Trabajo, esenciales en la participación en materia de seguridad y salud de los trabajadores y las trabajadoras en los centros de trabajo.

A destacar también que esta ley fue aprobada como una ley de mínimos, pudiendo mejorarse a través de la negociación colectiva, y completándose aquellos aspectos más técnicos mediante la normativa reglamentaria de desarrollo. El reconocimiento por parte del legislador de la importancia de la negociación colectiva reviste de sentido la participación de los sindicatos tanto en el ámbito institucional, como a través de sus representantes en el ámbito de las empresas.

El balance de estos 30 años de nuestra normativa de referencia es sin duda positivo, ya que se ha conseguido uno de sus objetivos esenciales que era pasar del enfoque reactivo de reparación del daño, a un enfoque proactivo y a trabajar en prevenir el riesgo y por el bienestar integral del trabajador.

La ley de 1995 supuso un punto de inflexión e incorporó una nueva cultura de prevención y la responsabilidad de las empresas. A lo largo de estas tres décadas se han incorporado en el ámbito del trabajo los términos de seguridad y salud laboral, así como los efectos de la legislación, que ha conseguido reducir casi a la mitad la cifra de muertes en accidentes de trabajo: de las cerca de 1.500 muertes en 1990 a las 677 registradas el año pasado. Pero una sola muerte por causa laboral siempre será demasiada.

Las todavía demasiado altas tasas de siniestralidad e incapacidades temporales vinculadas a esta nos recuerdan que la prevención, en muchas empresas y sectores de actividad, sigue siendo una tarea a implantar y desarrollar más eficazmente y que todavía queda mucho trabajo por hacer.

Tras estos años de andadura de la ley vemos que son menos los trabajadores y trabajadoras expuestos a riesgos físicos o químicos, pero prevalecen otros riesgos emergentes como los relacionados con las nuevas formas de organización del trabajo, el cambio climático o los riesgos psicosociales.

Para el PSOE y el Gobierno de España lo más importante ha de ser la salud del trabajador y su seguridad y bienestar, que han estar en el centro de las políticas públicas de las instituciones competentes en la materia, así como las políticas preventivas de la empresa creando entornos de trabajo seguros y saludables. Porque ello repercute positivamente en la compañía reduciendo la siniestralidad, mejora la salud del trabajador, su entorno y la proyección a clientes o colaboradores.

Tres décadas después de la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, tenemos que seguir trabajando para conseguir la implantación de una verdadera cultura preventiva en las empresas con el objetivo final de reducir y conseguir eliminar la siniestralidad laboral. E igualmente haciendo una constante revisión crítica y autoevaluación de cara a mejorar los instrumentos de prevención.

Porque la prevención de riesgos laborales se encuentra en un momento de transformación: refleja una transición hacia modelos más digitales, humanos y adaptativos. La digitalización, la inteligencia artificial, la atención a las diferencias generacionales y la apuesta por servicios internos son tendencias que están redefiniendo los riesgos laborales en el ámbito laboral.

Igualmente, el enfoque en la salud mental y el bienestar emocional es prioridad clave en los nuevos sistemas de PRL. El estrés laboral y los trastornos asociados, como la ansiedad o el burnout, han ganado protagonismo en los últimos años. Planes integrales de bienestar o cultura de desconexión digital se establecen como nuevas líneas de trabajo claves.

Son cuestiones que el Gobierno de España está trabajando en una mesa de diálogo social con los interlocutores sociales cuyo objetivo compartido es actualizar la normativa en materia de seguridad y salud para dar respuesta a las nuevas realidades, coincidiendo con el mencionado trigésimo aniversario de la aprobación de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de riesgos laborales.

Una norma que ha ido tremendamente positiva, pero requiere cambios para que, junto con estrategias institucionales y actuaciones nivel sectorial y empresas, nos permita avanzar hacia un entono laboral que aspire siempre a la excelencia en clave de motivación, dignidad y seguridad.

El autor es senador por Navarra y portavoz de Trabajo PSOE-Senado