Para las y los socialistas El 25 de noviembre es una fecha señalada en el calendario para el recuerdo, la denuncia y el compromiso:
Para el recuerdo de las mujeres asesinadas por el mero hecho de ser mujeres. No señalo cifras porque, desgraciadamente, mientras escribo este artículo, las noticias sobre nuevos asesinatos machistas no cesan. Mujeres cuyos proyectos de vida fueron rotos a manos de sus parejas o exparejas. No son números, son personas con nombres y apellidos, con vidas truncadas por quien un día dijo quererlas, o por el padre que las engendró.
Hoy es un día para abrazar: a sus familias, a las supervivientes y a quienes están a punto de dar el paso y gritar con fuerza “No estáis solas”.
Es también un día de denuncia. Navarra no es ajena al contexto internacional, europeo y estatal en el que crecen discursos autoritarios y negacionistas de la violencia machista, discursos que rompen consensos fundamentales sobre los derechos de las mujeres. Lo decimos alto y claro: defender la igualdad y combatir la violencia machista es defender la democracia. No hay lugar para la indiferencia ni para la equidistancia: o estamos con las víctimas o nuestro silencio las envuelve en desprotección.
Y es un día de reafirmación y compromiso colectivo de la sociedad navarra con una vida libre de violencia para las mujeres y las niñas.
La violencia de género es la expresión más extrema de una desigualdad histórica. Es una violación de derechos humanos: un ataque directo a los valores democráticos y a la dignidad de las mujeres, que son maltratadas y asesinadas por el mero hecho de serlo. Las mujeres no somos un colectivo: somos la mitad de la población. Eliminar la violencia machista no es combatir una simple lacra ni una enfermedad que curar; es desmontar una violencia estructural arraigada en la cultura y en la conciencia social. No son hechos aislados. Es una cuestión de Estado, de Comunidad, que va más allá de una responsabilidad política: es un imperativo ético.
España y Navarra han avanzado con firmeza en esta lucha, gracias al empuje del movimiento feminista, a políticas públicas sostenidas y a un marco legislativo robusto. La red tejida entre instituciones y sociedad civil ha permitido resistir incluso en los momentos más adversos.
La renovación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género ha supuesto un hito: por ser respaldado por la inmensa mayoría de los grupos parlamentarios —con una deshonrosa excepción— y por reconocer nuevas formas de violencia hacia las mujeres: la violencia económica, digital y vicaria. Además, incorpora una dotación presupuestaria de 1.500 millones de euros para los próximos cinco años.
En coherencia con el Pacto de Estado, el Gobierno liderado por Pedro Sánchez ha aprobado un anteproyecto de Ley Orgánica de medidas frente a la violencia vicaria, una violencia ejercida contra las mujeres a través de quienes más aman: sus hijos e hijas. Legislar esta realidad es un clamor social. Con esta ley, las y los socialistas queremos visibilizar, prevenir, sancionar y erradicar esta violencia, poniendo siempre en el centro a las víctimas, nunca a los agresores. Nunca un agresor podrá ser un buen padre.
Otra forma de mutación de la violencia machista es la violencia digital, que golpea especialmente a las mujeres jóvenes y a quienes participamos en el espacio público. Como socialistas, nos sumamos al manifiesto elaborado por la red de técnicas de igualdad y al llamamiento a construir un entorno digital libre, igualitario y seguro.
La dura realidad nos obliga a mantenernos en guardia. Frente al negacionismo y los discursos que trivializan el dolor de las mujeres, las y los socialistas reiteramos nuestro compromiso inquebrantable con el avance de políticas públicas que protejan y reparen a las víctimas, que eviten cualquier retroceso y que garanticen una respuesta integral, eficaz y especializada. Es necesario seguir invirtiendo en prevención, educación, formación, atención especializada, protección institucional y justicia con perspectiva de género.
En Navarra contamos con herramientas sólidas: el III Acuerdo Institucional, que asegura la máxima coordinación entre instituciones para ofrecer una atención de calidad en los ámbitos sanitario, educativo, social, policial, jurídico y judicial; el Plan de Acción que desarrolla la Ley Foral para actuar contra la violencia hacia las mujeres, una ley pionera que reconoce, por primera vez, la trata y/o prostitución como forma de violencia; el Plan de Coeducación 2024-2028, que consolida un modelo de escuela que previene las violencias sexistas y elimina desigualdades; y una red de atención en la que destaca el compromiso y la profesionalidad de los Equipos de Atención Integral a las Víctimas, desplegados por el territorio, y del Centro de Atención Integral a las Violencias Sexuales, operativo desde abril de 2025.
Crecen los discursos autoritarios que cuestionan consensos fundamentales sobre los derechos de las mujeres. Defender la igualdad y combatir la violencia machista es defender la democracia. Negar la violencia o desacreditar a quienes trabajan con las víctimas, además de inaceptable, es profundamente peligroso. Las mujeres no vamos a permitir que nos devuelvan a tiempos de silencio, al “calladita estás más guapa”, a la invisibilidad. No vamos a permitir que se nos ataque por feministas ni que se retroceda en derechos conquistados.
A quienes cuestionen la libertad, la igualdad y la seguridad de las mujeres, nos tendrán enfrente.
Este 25 de noviembre, sumamos nuestra voz a quienes gritan: “No estás sola” y “Tolerancia cero a la violencia machista”.
La autora es Portavoz de Igualdad PSN-PSOE en el Parlamento de Navarra