El primer equipo femenino de Osasuna buscará este año, una vez más, el ascenso a la máxima categoría, ése que lleva un lustro acechando y en ocasiones, como en la pasada temporada, acariciando.

El equipo comenzó ayer una pretemporada de 40 días para llegar en óptimas condiciones al debut –el 9 o 10 de septiembre en el campo del Athletic B–. En estas semanas, disputará varios amistosos, con especial atención a la Copa de Euskal Herria, en la que se medirá el 12 de agosto con el Eibar y el 20 con el Athletic, en busca de la final del 3 de septiembre.

Osasuna ha sufrido las bajas de Patri Zugasti (que ha fichado por el Athletic), María González, Mar Torras, Jaione Larráyoz y Leyre Fernández, y ha intentado paliarlo con altas como las de Ariadna Sánchez, Elena Valej y Yaiza Relea. Pero la principal novedad en Osasuna femenino es el debut del entrenador Iosu Domínguez, sustituto de Kakun Mainz.

Exentrenador del Mulier y de Lagunak, lleva ocho años sin entrenar a un equipo femenino y afronta el reto “con una ilusión enorme. Mi objetivo particular es disfrutar y que el equipo funcione, para sumar cuanto antes los 30 o 35 puntos, asegurar la permanencia y luego pensar en otras cosas, si es posible en el ascenso. El bloque se mantiene y la plantilla está muy compensada y queremos estar a la altura de lo que hemos heredado, un equipo al que sólo le ha faltado el ascenso, y que en la pasada temporada estuvo tan cerca dos veces que los dos palos fueron muy fuertes. Hay que recuperar las cabezas y la ilusión. Pero sin que el ascenso sea una mochila llena de piedras encima de las jugadoras, sino de nosotros, los técnicos”.

El técnico navarro tiene clara su filosofía: “Quiero un juego como el del equipo masculino: un equipo agresivo, intenso, correoso, que se parte el pecho, que se come la hierba...”.