"Hay peligro de que un altavoz se caiga. No puede pasar", nos informó un miembro del club que custodiaba la entrada a Grada Lateral junto con dos policías nacionales. "¿Y a dónde vamos?", preguntó mosqueado un padre con su hija. "Por ahí (señalando a la derecha de la puerta 1), por allá (Tribuna Sur)…". La indicación era clara: buscaos la vida. Así que más de 300 rojillos nos vimos obligados al exilio. Tras fichar algunos asientos libres -que resultaron ocupados- y repetir la pregunta del millón: "¿Está libre?", mi hermana y yo acabamos en Tribuna Sur. Como en la primera parte no hubo emoción, el aburrimiento hizo mella en el seguidor. "Pues me parece que Aranda está más delgado, ¿no crees?", le preguntó un rojillo a otro. La afición estaba atenta a todo y no pasó desapercibido un zumbido en un altavoz que comenzó a herir la sensibilidad de algunos seguidores. "¡Uuuuu, uuuu!", comenzó silbando un exaltado, al que se le unieron varios. Y para completar el cantoral, el ya habitual "Izco, Camacho, kampora" y "Rojillos, echadle huevos". Parece que la apelación al aparato reproductor funcionó, porque en la segunda parte llegó el gol por medio del Rifle. Sin embargo, poco duró la alegría ya que el Levante empató y la afición se desinfló. Como el padre que no sabía dónde dirigirse en busca de un sitio, los rojillos también nos preguntamos: ¿A dónde vamos?
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