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"Lo que he vivido en Osasuna me ha dejado una gran huella"

El delantero uruguayo Walter Pandiani se despidió ayer de Osasuna en una conferencia de prensa multitudinaria, en la que estuvo presente el presidente Patxi Izco, los directivos Pascual, Vizcay y Purroy y varios empleados más. No tuvo ni una mala palabra, sólo agradecimientos

"Lo que he vivido en Osasuna me ha dejado una gran huella"

pamplona. Pandiani se despidió ayer de Osasuna ofreciendo una conferencia de prensa en el Reyno de Navarra. Luego se despidió de Patxi Izco con un abrazo muy emotivo en el que el presidente no pudo contener las lágrimas. Abrazos que volvió a compartir con el resto de los directivos, empleados y algunos periodistas. Sus últimos gestos fueron pisar el césped del Reyno y saludar a los empleados del estadio, y luego dirigirse a Tajonar para volver a despedirse de sus compañeros, que partían hacia Polonia, y de todos los empleados del club que trabajan en las instalaciones rojillas. Durante su intervención en la rueda de prensa sólo tuvo palabras de agradecimiento porque se sentía orgulloso de haber conocido y estado en este club y en esta tierra.

¿Qué sentimientos le afloran en el momento de su despedida?

Siento una tristeza completa y tremenda porque hoy es mi último día aquí. He estado con mis compañeros y lo he pasado bastante mal y, a la vez, bien, porque me han trasmitido muchísimo cariño. Todo lo que he pasado aquí me ha dejado una gran huella. He sentido el apoyo de todo el mundo, sobre todo cuando he pasado malos momentos. Tengo un sentimiento de felicidad, agradecimiento, tristeza y, sobre todo, estoy contento con el trabajo que ha hecho mucha gente que no se ve, los que te ayudan para que no nos falte nada y están siempre al pie del cañón: Iñaki Urtasun, Ramón, los médicos, los fisios, María y Guillermo del gabinete de prensa, los empleados de los campos, la directiva, el presidente, que ha sido un fenómeno conmigo, y por supuesto a los periodistas, que siempre han apoyado al equipo. También ha estado ahí el respaldo de la afición, cuyo comportamiento ha estado por encima de lo esperado. Lo que he vivido aquí no lo he vivido en ningún otro equipo, salvo en el Peñarol. Nunca ha tenido una palabra negativa en cuanto al juego del equipo. No podré olvidar su despedida en el último partido; su demostración de cariño. Por último, no puedo olvidar a mis compañeros que me han hecho vivir cuatro años inolvidables. Chapeau al vestuario. Hay un grupo muy unido y merece estar siempre en Primera por la gente que hay, ya que somos una piña y una familia muy grande que nos hace sacar todo adelante.

¿Cómo valora sus cuatro años en Osasuna?

Soy muy ambicioso y aquí vine con ganas de triunfar, de sumar una nueva experiencia positiva, a darlo todo desde el primer minuto tal y como me enseñaron desde pequeñito. No pensaba estar tanto tiempo por aquí, pero ahora me voy triste por no continuar. Son muchos años y he pasado todo. El primer año jugué poco por mis problemas de rodilla. Luego se subsanaron. Cuando llegó Camacho viví dos años formidables. Le tengo que agradecer que me diese la vida. De todas formas, también pude entrar pronto en el grupo por lo profesional que fui, porque cuando no entraba en los planes de Ziganda, seguí entrenando al 100% a la espera de mi oportunidad. Ésta me llegó con el cambio de entrenador y la aproveché. Además, también tuve suerte al marcar goles y eso me dio confianza y fuerzas. Los dos años con Camacho fueron espectaculares. Agradezco a Camacho y Carcelén que me diesen la confianza.

¿Cuáles son sus mejores y peores recuerdos de estos años?

Mis recuerdos son buenos. Ya sabía que no iba a renovar hace cinco o seis jornadas y no he bajado los brazos en ningún momento porque quería que este equipo se quedase en Primera. He luchado y tirado del carro en el mismo sentido que todos porque deseaba más que nadie que este equipo se quedase en Primera. En estos años he hecho goles importantes. Han sido muchos los momentos para el recuerdo: el gol al Barcelona en el Camp Nou, el golazo de Juanfran al Madrid que nos dio la salvación. Las cosas negativas no las quiero ni recordar.

¿Cree que podía haber seguido un año más? ¿Entiende la decisión de no continuar en Osasuna?

Yo entiendo esa postura porque no soy ningún niño. Tengo 35 años. Tenía una posibilidad de renovar si jugaba un número determinado de partidos, pero no ha podido ser. No hay que reprochar nada porque no he cumplido el objetivo cuando firmamos el contrato. Sólo tengo palabras de agradecimiento hacia el presidente y el cuerpo técnico.

¿Cuál va a ser su futuro?

Estoy en compás de espera. Hay varias cosas: dos equipos de España, de Primera, y varios clubes fuera. Estoy valorando todo y espero poder decidir antes de irme de vacaciones.

¿No se retirará en el Peñarol?

No lo sé. No me quiero volver loco. Es una ilusión y un objetivo que tenemos mi hijo y yo. Recuerdo que disfruté con los colores del Peñarol siendo mi hijo la mascota del equipo. Los dos queremos vestir esa camiseta algún día.

Se despide de Osasuna. ¿Qué se lleva de Pamplona?

Me hubiese gustado jugar esos 20 partidos para renovar. Me hubiese gustado retirarme el día del Villarreal marcando un gol, o anotando ante el Getafe el gol de la salvación. No pudo ser porque Ustari me sacó el balón bajo los palos. Hubiese sido espectacular, pero no pudo ser.

¿Va a volver?

Me voy, pero volveré, porque tengo muchísimos amigos. Esto es una familia y poco va a cambiar de aquí a 20 años por la forma de ser de la gente de aquí.

¿Cómo ve el futuro de Osasuna?

Igual que siempre. Es una plantilla que está siempre en las mismas condiciones. Hay que ser realista. No es fácil llegar a la Champions. Fue una hazaña para este club, pero no todos los años son de color de rosa. Este club está bien organizado y tiene plantilla y jugadores para aspirar a la permanencia. Los futbolistas tienen mayores aspiraciones. A mí me ha tocado jugar la Champions y la UEFA, y eso es impagable.

¿Ve a Kike Sola como su posible sucesor en Osasuna?

Sí. Siempre lo vi. Siempre he estado a su lado, hablándole, aconsejándole para que nunca bajara los brazos. Tuvo sus idas y venidas a otros equipos. Ha regresado muy maduro, con la cabeza bastante cambiada. No tuvo la posibilidad con Camacho, pero siempre estuvo ahí al pie del cañón, entrenando y trabajando esperando su oportunidad. En esa mejoría de Kike me anoto un punto, pero está claro que es él el que ha hecho todo el esfuerzo para quedarse. Luego tuvo suerte con las lesiones de compañeros y con que Leka no estuviese en buenas condiciones. Además tuvo la fortuna de marcar goles y de que el nerviosismo no le jugase una mala pasada. Él igual no se ha dado cuenta de lo que significa ser el pichichi del equipo, y cuando se dé cuenta igual recuerda alguna de las cosas que yo le dije. Es un pibe muy humilde, con muchas fuerzas y ganas, y en un par de años lo tendremos en un equipo grande. Y, presi (hablaba a Izco, sentado en los asientos de los periodistas), lo lamentaremos.