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Se vende

Se vende

HE garabateado sobre el papel una posible alineación de Osasuna y el primer sentimiento ha sido de impotencia, de frustración. Ricardo; Azpilicueta, Cuéllar, Sergio, Monreal; Juanfran, Javi Martínez, Raúl García, Camuñas; Webó y Soldado. Después de trazar la última o, la perspectiva del tiempo y las leyes del mercado han hecho más profunda la depresión. Quisiera, sin embargo, rebelarme. ¿Por qué hoy el osasunismo no disfruta de un equipo tan solvente? ¿Esta fiel afición nunca va a poder presumir, durante cuatro o cinco años, por mucho que se trabaje la cantera y haya acierto en las contrataciones, de un plantel con parecidas prestaciones? Se va Monreal al Málaga (¡¡¡al Málaga!!!, si se lo cuentan hace un año piensa que le toman el pelo...) y lo primero que te preguntas es: ¿no es posible contener esta sangría? A los nombres les pongo cifras de lo que pagaron por ellos. Azpilicueta, 6 millones de euros más dos según objetivos; Monreal, otros 6 millones; Cuéllar, 3,5 millones; Juanfran, 4,5 millones más Ibrahima; Javi Martínez, 6 millones a la tierna edad de 17 años; Raúl García, 13 millones de euros... Los ingresos por traspasos suman casi 40 millones de euros. Con estas operaciones, ¿no queda margen de maniobra económico para hacer un esfuerzo y tratar de retener a alguno de ellos -jugadores de casa la mayoría- con el objetivo de que fuera el puntal de un proyecto un poquito más ambicioso? Porque luego se han pagado cifras importantes por la ficha de otros futbolistas (casi todos ellos han cumplido de sobra, hay que reconocerlo...) o se ha malgastado dinero en la adquisición de delanteros que no marcan un solo gol que dé puntos... Sin incidir en que la mayoría de esas operaciones de venta se cerraron por bastante menos de lo estipulado en la cláusula de rescisión (pero me dirán también que hay que medir el riesgo de una huida gratis cuando acaben contrato o de que no acepten la cláusula que plantea el club y firmen una renovación a la baja...). Sé que pienso como un aficionado acalorado (de ahí las contradicciones) no como un dirigente frío (quizá sea también una ventaja). De las cuentas del club, conozco la información facilitada a la asamblea de compromisarios: 59,2 millones de deuda total (27 a corto plazo). A pesar de vender futbolistas, la cuantía apenas ha mermado. Eso, a bote pronto, quiere decir dos cosas; una, que se gestiona mal o, dos, que todos los clubes profesionales de fútbol viven por encima de sus posibilidades (lo que también sería una mala gestión generalizada y consentida). Sin descartar la primera, pienso en el caso del Racing de Santander, que adeuda 1,7 millones a algunos jugadores de la plantilla y al que una denuncia por impago le colocaría al borde de la Segunda B; o en el ambicioso proyecto de Agapito Iglesias en el Zaragoza, dinamitado tras el descenso a Segunda y ahora acogido a la Ley Concursal como otros clubes de Primera. En que, en suma, aquí todo el mundo gasta (o promete que va a pagar), te arrebata jugadores o impide que fiches a otros con quienes había entabladas conversaciones; y, a pesar de todos esos obstáculos, tienes que tratar de competir cada domingo de igual a igual, pero tu con los recursos limitados de una sociedad deportiva y los otros con los de una supuesta sociedad anónima que gasta euros a espuertas en el periodo invernal. Y luego están los futbolistas; sus deseos reales de seguir o de marcharse que no coinciden con sus manifestaciones públicas, la ambición de abrirse nuevos caminos, de firmar contratos que duplican lo que aquí ganan, que tampoco son cuatro pesetas... Con todo ese lastre, ahí sigue Osasuna, once temporadas consecutivas sobreviviendo en la Primera más exigente de la historia, con periodos de angustia, pero también con días de gloria, que parece que se nos olvidan. Miro otra vez la alineación; todas las preguntas abiertas no caben en este artículo (¿y si ahora también perdemos a Camuñas...?) y alcanzo una sola conclusión rotunda: hay que seguir invirtiendo en cantera. Por filosofía, por necesidad, por identidad, hasta por credibilidad. Cada euro gastado acaba reportando beneficios, incluso con aquellos críos que no alcanzan el segundo equipo. Un estudio realizado el pasado año concluía que Osasuna era el vigésimo club europeo que más futbolistas aportaba a otros clubes de Primera división (21, por 44 el Real Madrid). No sé qué pensar, si es un enorme mérito o una lamentable pérdida de recursos y energía. Quizá la solución, en un plazo no muy lejano, la acabe aportando el Málaga...

Se va Monreal al Málaga (¡¡¡al Málaga!!!, si se lo cuentan hace un año piensa que le toman el pelo...) y te preguntas: ¿no es posible contener esta sangría?