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El pegamento francés

Raoul es el cuarto jugador del Promesas que debuta esta temporada con el primer equipo

El pegamento francésMikel Saiz

Raoul Loé (31-1-89, Paris) debutó ayer con el primer equipo de Osasuna en Liga. No lo parecía. El francés ratificó la impresión que ofreció en la Copa contra el Barcelona y fue de lo mejor del equipo. Loé fue el pegamento para que el equipo no se partiese en dos.

Mendilibar tenía que cubrir la baja de Patxi Puñal. No es fácil encontrar a alguien que dé un perfil parecido al de Huarte. Además, Nekounam había tenido partido internacional y le podía pasar factura tanto el encuentro de entre semana como el viaje. Así pues Mendilibar optó por alinear en el doble pivote a Lolo y Raoul Loé. Una pareja que sorprendió a muchos, ya que ante la baja de Puñal se esperaba que Nekounam estuviera.

Pero Mendi tenía otra idea en su cabeza, prefiría tener dos jugadores de brega y lucha para ganar el centro del campo. Así pues Mendilibar hizo debutar a su cuarto jugador del Promesas esta temporada tras Satrústegui, Marcos Pérez, Roberto Torres y Raoul Loé). El centrocampista galo ya había demostrado en el partido copero contra el Barcelona alguna de sus virtudes: presión, rapidez, corte de balón y no se complica en exceso para no tener pérdidas cercanas al área.

Desde su 1,92, Loé estuvo certero por alto y aprovechó la largura de sus piernas para llegar a cortar balones que parecían imposibles. Pero además también sirvió para lanzar las contras con un par de robos, como en los minutos 34 y 35. Pese a que no es su principal virtud, demostró que jugando como hombre por delante de la defensa puede crear más de una contra.

Además, no solo sus recuperaciones cerca del área rojilla (ayer celeste) fueron importantes; su presión a la salida del balón mallorquinista supuso que Osasuna recuperase el balón cerca de la portería.

En una de esas, en el minuto 46, recuperó el balón en los tres cuartos del campo local y abrió a la banda derecha. De ahí al área y, tras una serie de rebotes, gol de Cejudo.

Loé además hizo coberturas a los laterales cuando estos se fueron al ataque y dio seguridad en cualquier balón dividido. No se complicó la vida cuando el balón estaba cerca del área, aunque se le vio algún regate interesante en la medular.

Tampoco se vino abajo en los minutos finales del encuentro, con el marcador en empate, cuando un chaval joven podría haber acusado la presión. Por allí andaba también por entonces Roberto Torres, su compañero en el filial, que casi decanta el partido con un zapatazo desde fuera del área. Dos demostraciones de que la cantera está muy viva y que Mendilibar cuenta con ella.