pamplona - La comisión gestora de Osasuna mantendrá el lunes una reunión con la consejera de Hacienda, Lourdes Goicoechea, para tratar de la delicada situación por la que atraviesa el club y que pone en peligro su viabilidad. El encuentro, previsto para la jornada de ayer, quedó finalmente pospuesto por problemas de agenda de la consejera.
Osasuna debe afrontar pagos importantes para el 31 de julio si no quiere ver comprometida su participación en la Segunda División la próxima temporada y, en el peor de los casos, afrontar un descenso administrativo por impago.
En declaraciones a Onda Cero Navarra, el miembro de la comisión gestora y encargado de mantener los contactos con Hacienda, Luis Ibero, fue claro al exponer qué requiere Osasuna en estos momentos. “Lo principal con Hacienda es un plan de viabilidad con el que empiecen a cobrar”, dijo. “Nosotros también necesitamos generar caja a corto plazo para poder afrontar una serie de pagos. Es fundamental ponernos de acuerdo sobre el plan de viabilidad”.
Osasuna se encuentra ante una delicada situación en la que va a necesitar comprensión por parte de la administración para que, con el margen de maniobra mínimo que le va a otorgar la obtención de recursos por las operaciones que realice con varios jugadores -los traspasos que se pueden concretar en breve-, pueda afrontar los pagos que van a permitir su inscripción en Segunda. Si Hacienda se lo lleva todo -lo poco que entre ahora-, no hay opción.
Osasuna se ha encontrado que una de las cuentas que tiene mancomunadas con el Gobierno está bloqueada porque debe 8.800.000 euros a Hacienda correspondientes IRPF e IVA acumulados y sin pagar de la campaña 2012-13. Si a este nuevo agujero se une que Osasuna debe pagar 400.000 euros a la Seguridad Social, que 5,2 millones debe pagar a los jugadores y hay otros 2,1 millones corespondientes a operaciones con otros clubes no abonadas -traspasos no pagados-, resulta que el club debe hacer frente a más de 16 millones de euros antes del 31 de julio. Todos son pagos ineludibles, pero lo que busca la gestora es flexibilidad en el Gobierno para poder pagar otras deudas que estrangulan cualquier movimiento posterior. En la reunión del lunes casi habrá que pedir clemencia, mientras que el foco de la responsabilidad comienza a quemar a otros.