Vitoria - La afición rojilla volvió a responder ayer en Vitoria-Gasteiz. A pesar de todos los sinsabores deportivos, institucionales, económicos y judiciales, mil seguidores osasunistas se desplazaron a la capital alavesa para dar su aliento a su equipo de forma incondicional.
Ciertamente fueron menos hinchas que los que se habían inscrito para el partido del 7 de febrero aplazado por el temporal de hielo y nieve. Sin embargo, ahí estuvieron mil rojos, demostrando que “Osasuna nunca se rinde”, uno de los lemas más repetidos en su masivo desplazamiento.
Fue un viaje escalonado al ser jornada laboral. Los primeros en salir de El Sadar fueron los autobuses programados para las 15.45 horas. Les siguieron los de las 16.30 y, finalmente, los de las 18.30 horas. En total 500 aficionados se desplazaron en viaje organizado. Entre medio, otro medio millar de seguidores se desplazó en decenas de vehículos privados.
Quizá por ello, el ambiente en el centro de Vitoria fue menos bullicioso y llamativo que en otras temporadas, aunque se dejaron notar con sus cánticos, bombos, banderas, camisetas y bufandas por la Cuchillería y calles adyacentes en una tarde destemplada.
El punto más álgido fuera del estadio estuvo cuando se reunieron en uno de los bares cercanos al estadio los miembros de la peña Indar Gorri de Osasuna y los de la peña Irautza del Alavés. Organizaron una manifestación hacia el estadio en el que desfilaron unas mil personas detrás de la pancarta común Football fans = 0 y coreando eslóganes de apoyo a Osasuna, Indar Gorri y en contra de Tebas. Algunos de ellos compartieron posteriormente grada, la del Fondo Sur, durante todo el partido. Sin embargo, la mayoría de los más de mil aficionados rojillos se concentró en la grada opuesta, la grada Cervantes, donde no pasaron precisamente desapercibidos entre los 12.171 espectadores que se dieron ayer cita en Mendizorroza, la mejor entrada de la temporada.
Daba gusto verles animar desde el calentamiento hasta el minuto 6, en el que Osasuna encajó el gol en contra de Barreiro. Eso no desanimó a nadie y siguieron animando y coreando los típicos lemas como si nada hubiese ocurrido. Incluso en el minuto 12 los hinchas de los dos equipos unieron sus voces para gritar con fuerza y unánimemente “Tebas vete ya”.
El buen ambiente duró durante todo el partido. Es más, hubo mucho más calor y animación en la grada rojilla que en el terreno de juego, aunque la afición también tuvo su gran bajón cuando el equipo navarro encajó el segundo y el tercer goles. Fue Osasuna el que realmente enfrió un poco los ánimos de su hinchada, aunque la afición mantuvo el tipo y sus cánticos hasta el final. Incluso algunos siguieron su particular fiesta hasta altas horas de la madrugada en Vitoria, ya que algunos autobuses tenían prevista su salida a las 6.30 horas. Eso sí, la mayoría regresó a casa nada más concluir el mal partido visto ayer en Mendizorroza, pensando que su apoyo no fue suficiente para que Osasuna reaccione. Al menos, los jugadores tuvieron la delicadeza de felicitarles, ovacionarles y regalarles sus camisetas. La verdad es que esta afición se conforma con poco y la pena es que este equipo, hoy por hoy, no hace méritos para merecérsela. Incluso los jugadores del Alavés ovacionaron a los hinchas rojillos por su extraordinario comportamiento ayer en Vitoria. Fueron los únicos que sacaron buena nota en el partido de ayer.