Pamplona - La Cámara de Comptos remitió ayer al Parlamento de Navarra un informe sobre las actuaciones de la Hacienda Foral en relación con Osasuna y la aplicación de la Ley Foral 26/2014, aprobada en diciembre con los votos de UPN, PSN y PPN, para la reestructuración de la deuda tributaria de la entidad navarra, un análisis en el que la Cámara de Comptos, primer organismo del Estado que fiscaliza las relaciones de un club de fútbol con Hacienda, considera que la Hacienda Foral actuó “conforme a la normativa vigente” en sus aplazamientos de los pagos tributarios de Osasuna, aunque se muestra crítica con la citada ley por varios motivos, entre ellos, que no garantiza “suficientemente” el pago. El informe, elaborado por iniciativa de la propia ley, contempla la forma de reestructurar la deuda tributaria del club, que se redujo de 52,8 millones de euros a 20,6 tras la aplicación de la dación en pago de algunos bienes de Osasuna.

El informe advierte que el Gobierno avala ante los bancos unos préstamos garantizados con unos bienes que ya son suyos y que el resto del pago a 30 años se garantiza con unos ingresos “de difícil estimación y dudosa materialización”, como derechos de televisión y traspasos de jugadores.

Comptos también lamenta que la ley intente resolver la situación particular de un contribuyente “generando una imagen de situación privilegiada del club frente al resto”, que no contemple la participación de la Hacienda Tributaria de Navarra en la tasación y que se excluya a las piscinas de Tajonar de los bienes que pasan a ser propiedad del Ejecutivo foral (aunque luego se hipotecaron a favor del Gobierno para garantizar el aval de 4 millones que el Ejecutivo concedió al club tras la aprobación de la ley). Y es que la tasación realizada por el club a través de una empresa privada situó el valor de los bienes inmuebles de Osasuna en 43 millones de euros, cifra aceptada por el Gobierno de Navarra para la dación en pago, pese a que la valoración que hizo Hacienda era 12,5 millones menor que la aprobada finalmente por el Ejecutivo Foral.

El informe señala que la situación financiera del club se ha ido deteriorando progresivamente en los últimos años y la conclusión es que la financiación de Osasuna durante los últimos años se basaba en los préstamos con entidades financieras, a cambio de la hipoteca de sus bienes, y en el impago o aplazamiento de sus deudas con la Hacienda Foral.

En 2003 el club tuvo que saldar su deuda con la Hacienda Foral para conseguir un aval del Gobierno de Navarra que le permitiera acceder a un préstamos de 18 millones de euros, pero desde esa fecha Osasuna “incumplió de forma reiterada y continua sus obligaciones fiscales”. Así, Comptos revela que, cuando el club necesitaba disponer de certificados de estar al corriente de sus obligaciones fiscales para presentarlos ante instancias deportivas, se ponía en contacto con la Hacienda Foral para solicitar aplazamientos, para lo cual ofrecía en garantía su patrimonio, ya hipotecado en su mayor parte por los créditos firmados con entidades financieras. Dichos aplazamientos se realizaban de manera excepcional apelando a la salvaguarda de los recursos públicos, argumentando desde la Hacienda Foral que era mejor aplazar que no cobrar o quedarse con los bienes del club. En este sentido, Comptos considera que Hacienda actuó “conforme a la normativa vigente”.

50 millones sin pagar El informe señala también que de 2005 a 2014 Osasuna pagó a la Hacienda Foral 50 millones en impuestos, la mitad de lo que le correspondía, y que en los últimos ejercicios se observa un “mayor esfuerzo” del club por cumplir con sus obligaciones fiscales, especialmente en 2013, cuando abonó 12,5 millones. A partir de 2012, los responsables de Osasuna se plantearon la necesidad de alcanzar un convenio con la Hacienda Foral y, tras el descenso a Segunda División, la Junta Gestora del club se dirigió directamente a los grupos parlamentarios para buscar una fórmula que le permitiera pagar su deuda y sobrevivir financieramente.

En esta línea, en diciembre de 2014 el Parlamento aprobó la reestructuración de la deuda a través de la cesión de sus bienes y un aplazamiento máximo de 30 años de la diferencia entre el valor de dichos bienes y la deuda total, a lo que se sumó la concesión por parte del Gobierno de un aval de 4 millones y la cesión al club del estadio de El Sadar y Tajonar para un periodo de 30 años.

El club tiene otra versión En cuanto a la previsión del pago de la deuda, de los 52,8 millones, 43,5 corresponden a la tasación aprobada, pero el valor de los bienes realmente recibido por el Gobierno de Navarra suma 32 millones, porque el resto está afectado por cargas hipotecarias. Por lo tanto, Osasuna tiene una deuda de 20 millones con la Hacienda Foral que se aplaza a 30 años y que está prevista saldar por dos vías: los ingresos por derechos audiovisuales y traspaso de jugadores; y la liberación de los bienes hipotecados a medida que el club cumpla sus compromisos con las entidades financieras, una vía en la que siempre se ha amparado la actual directiva de Osasuna para justificar que la deuda real con Hacienda es de 10 millones de euros, siempre según los miembros de la junta que encabeza Luis Sabalza. - Efe/J.L.