¿Yahora qué tono le ponemos a esta derrota en el móvil? La letra de la canción del grupo El sueño de Morfeo que el entrenador rojillo lleva en su teléfono es estimulante, desde luego. Esas referencias a lo que “hay que aprender”, “lo que tienes es lo que das”, “mi destino es elegir”, etc. etc. etc., incluso el ritmo que sube de menos a mas, sugieren un efecto vigorizante antes del partido. No descarto que sirva también como terapia para esta inesperada derrota rompe planes. Es lo que tiene la música: te hace meditar. Pero no creo que el ambiente en Lugo, después de este 2-0, estuviera como para ponerse a cantar. Osasuna no solo rompió la racha de resultados, sino la secuencia de buen fútbol que venía desplegando en los dos últimos encuentros. La mayor tenacidad del rival e incluso el estado del terreno de juego sacaron del lance a los rojillos. Pese a lo mucho que el equipo se aplicó en la presión desde el inicio del encuentro y en la segunda parte, los jugones apenas presentaron sus credenciales. Otegui solo intervino en una combinación en la primera mitad, a Berenguer le taparon los espacios, Merino nunca tomó el mando y Roberto Torres aparecía más enredado en faltas y golpes que en el contacto con la pelota. De las Cuevas compareció para romper entre líneas pero nunca encontró quien le devolviera bien el balón o alguien desmarcado para filtrarle un pase. Había muchas expectativas puestas en este partido, tanto por parte del equipo como de la afición, confiados en que después de un golpe en la mesa, vendría otro y luego otro, y otro más. Ayer noche, cuando silbaba el móvil, los mensajes repetían que había perdido Osasuna. Sin más músicas.

Visualizar, otra terapia.- Tan importante como la estimulación con la música es la visualización. En el caso del fútbol, visualizar las jugadas, recrearlas en la mente. Desde que está en Osasuna, y han pasado casi dos meses, Urko Vera habrá imaginado cientos de veces su primer gol como rojillo: “Viene De las Cuevas por la derecha, me la pone en el primer poste y remato de cabeza. Gol, gol gol...”. Así salió ayer, el ariete giró el cuelo, pero el esférico tomó la dirección equivocada. El balón no piensa. Y ese momento no llega. Ahí debió cambiar la suerte del partido, pese a que el Lugo había tenido oportunidades más claras en la primera parte que abortó Nauzet. Pero fue poco después de ese remate fallido de Urko Vera cuando el cuadro local se apoderó de los tres puntos en dos jugadas felices. Visto y no visto.

Hay que seguir soñando.- Morfeo (el dios griego, no el grupo musical) es el dios de los sueños. El osasunismo había crecido en ilusiones tras los partidos contra Zaragoza y Córdoba porque su equipo había trenzado un fútbol de fantasía. Ayer parecía que lo anterior era una ficción porque ninguno de esos valores (el juego por las bandas, la contención defensiva, el domino del balón y las ocasiones de gol) hizo acto de presencia. Pero lejos de caer en el desánimo y pensar que nos rendimos a las tretas de Morfeo, habrá que seguir peleando. Y soñando. Ya lo dice la canción que Martín lleva en el tono de su móvil: “La vida siempre suma y sigue...”. Y el sueño aún está por llegar.