Pamplona - Los más veteranos del fútbol solían llamar al penalti como “la suerte de los once metros”, pero esa metáfora ha quedado totalmente desfasada en el mundo actual. Osasuna es fiel ejemplo de este cambio. Los rojillos se han convertido en uno de los equipos que menos goles de penalti recibe y eso no se debe a la suerte (o a que no les piten). Richard Sanzol, entrenador de porteros de la primera plantilla, es el encargado de estudiar a los rivales para dar información a sus porteros. “Pero el mérito es de ellos”, cuenta un Sanzol que ha conseguido que Nauzet, Sirigu o ahora Sergio Herrera se conviertan en unos auténticos parapenaltis.

Richard Sanzol es uno más en el cuerpo técnico de Diego Martínez. El exportero rojillo es el encargado de la preparación de los guardametas. Sanzol, una persona de la casa, decidió hace tres años implantar una nueva metodología para trabajar con los guardametas que, sin duda, le está dando muy buenos resultados, especialmente a la hora de afrontar una pena máxima. “El penalti es una acción muy específica que es diferente a cualquier otra. Es una jugada de uno contra uno, sin contrarios, siempre desde la misma distancia y obviamente estudiamos a los posibles lanzadores del equipo rival e intentamos dar información al portero del posible lanzador. No es ningún secreto, es una parte del análisis del rival. Es una acción muy clara y se puede entrenar ya que siempre es lo mismo: el lanzador contra el portero y la batalla psicológica previa. Con todo ello, intentamos dar unas claves al guardameta”, cuenta el navarro.

Para lograr dar la información precisa, Sanzol ve durante la semana horas de vídeos de los rivales, para luego cortar y sacar lo que me parezca más importante al portero. “No metemos mucha información a los porteros, por lo que soy yo el que se ve los vídeos y los corto. Luego, cuando sabemos la alineación del rival, damos la información de los posibles lanzadores con vídeos e intentar que tengan las máximas claves posibles. Pero luego el mérito es de ellos, de los porteros, que son los que toman la decisión en el momento del lanzamiento”, afirma.

Obviamente, Sanzol no está ajeno a la racha por la que atraviesa Sergio Herrera o la que pasó hace dos temporadas Nauzet. En estos momentos es cuando el trabajo y las horas invertidas dan sus frutos. “Te das cuenta que no es trabajo en vano. Es un entrenamiento más, como el físico o el psicológico. Con la tecnología que tenemos al alcance podemos preparar al portero para que se enfrente a esta situación y, obviamente, cuando ves que se para un penalti sientes que no ha sido en vano el trabajo y sirve para ayudar al equipo”. De hecho, esta capacidad para detener penaltis no es algo exclusivo del actual inquilino de la portería rojilla, Sergio Herrera. En las temporadas anteriores, Sirigu detuvo dos penaltis en el Calderón y Nauzet realizó una gran temporada el año del ascenso. En todos los casos, el denominador común es el trabajo de Richard Sanzol. “La metodología que uso con todos es parecida. Estos últimos años, por medio de la tecnología, te vas empapando un poco y haces tu trabajo. Al final, parar el penalti es trabajo del portero, que es el que está ahí en ese momento, pero antes intentamos hacer un trabajo en común para facilitarle eso. Cuando yo fui portero tenías una intuición de por donde lo podía tirar el delantero y eso sigue contando, pero ahora además se les da más información. Si va dando frutos, nos convence más del trabajo diario y semanal que hacemos”, afirma un Sanzol que es muy valorado dentro del organigrama técnico, tanto de Diego Martínez como antes lo fue de Enrique Martín. De hecho, es ya habitual que los guardametas, cuando detienen alguna pena máxima, se acuerden del trabajo de Sanzol para ayudarles en esta función. “Los que me ayudaron fueron Richard (Sanzol, preparador de porteros) y Manu (Herrera, segundo portero). Antes de jugar el partido haces un estudio, ves las intenciones que puede tener cada jugador... cómo han sido los anteriores penaltis. Más o menos tenía una idea clara por dónde podían tirar y salió bien”, comentó Herrera tras realizar una actuación histórica con tres penaltis parados. “Son palabras que se agradecen, Sergio tiene una gran humildad, pero el 90% del mérito es de ellos”, asegura un Sanzol que siempre, incluso en su época de jugador, ha sido muy modesto.

Además, reconocido por algún rival, la cantidad de penaltis que ha parado Herrera y el conocimiento de que Sanzol los estudia, les ha obligado a cambiar su forma de tirar, algo que les hace sentirse especialmente inseguros. “También se trata de crearles dudas. En un penalti cuenta mucho ganar la batalla psicológica al lanzador. Con la tecnología que hay ahora mismo es más fácil y todos los equipos analizan al rival colectivamente, por lo que también se puede hacer individualmente y en acciones puntuales. El portero tiene mucho que ganar y poco que perder y si logra limarle la confianza y ponerle nervioso, es algo que llevas por delante”, comenta.

No es extraño ver a Sanzol grabando diferentes ejercicios sobre el césped de Tajonar para luego poder analizarlos para mejorar. Este tipo de trabajo está muy en la línea del resto del cuerpo técnico actual, pero Sanzol ya lo hacía incluso antes de que llegasen ellos esta temporada. El navarro disputó siete temporadas en el primer equipo de Osasuna, hasta el 2005, pero está claro que el fútbol actual no tiene mucho que ver con el que había cuando él jugaba. “Ha cambiado mucho, como el fútbol en general. Ahora se puede ver mucho fútbol y recoger muchos datos. Hay otro trabajo que no se ve, además del de campo, oscuro y a la sombra que cuando da sus frutos la recompensa es grande. Toda esta tecnología ayuda mucho al portero que en mi época no había. El fútbol va avanzando y hay que aprovecharse de todas estas nuevas tecnologías para que el portero tenga la máxima información posible y, por tanto, sea mejor”.

Así que la próxima vez que Herrera u otro portero de Osasuna detenga un penalti, que nadie piense que ha sido por suerte, sino por todo el trabajo oscuro que hay detrás y que tiene nombres y apellidos: Richard Sanzol.