Pamplona - Osasuna cerró un 2017 que pasará a la historia del club como un año muy malo en muchos aspectos del club, pero especialmente en lo deportivo, con un descenso rozando cifras históricas para mal. Solamente lo social y lo económico hacen que el año que se cerró no sea muy malo. Ahora, el club afronta un 2018 con la necesidad de instaurar un proyecto estable, por lo menos en lo institucional, pero que ya nace con el objetivo de ascender a finales de esta temporada.
Deportivo
Descenso y reconstrucción
El año 2017 ya empezó torcido después del segundo tramo del 2016. Vasiljevic no consiguió enderezar el rumbo (Caparrós estuvo 5 días del año) y el equipo descendió dando muy mala imagen y evitando el farolillo rojo solo en los últimos encuentros. Llegó Braulio y, de su mano, Diego Martínez. Entre ambos dieron un buen lavado de cara a la plantilla con 11 fichajes. Con tanto movimiento y gasto (más que en Primera), desde las altas esferas del club se ha marcado como objetivo el ascenso a corto plazo. Los rojillos, con un encuentro menos, se encuentran octavos y se enfrentan a un mes de enero que se vaticina como muy importante para el devenir de la temporada rojilla.
Institucional
Inestabilidad y no elecciones
Si en el plano deportivo el año no ha sido bueno, en el institucional ha sido inestable. La publicación de los pagos a Vasiljevic que desveló DIARIO DE NOTICIAS provocó que la Junta convocase elecciones al sentirse “hartos”. El proceso, que se ha alargado desde marzo hasta noviembre, se retrasó para evitar conflictos con la planificación deportiva. Se alargó tanto que hasta hubo otra crisis en la directiva cuando dimitió Pedro Baile y desveló que Canal cobra más de lo que decían. Hasta octubre, cuando ya no había más remedio, Sabalza no quiso confirmar que se presentaba. Pese a que sufrió un importante revés con la baja de Alfonso Ramírez, el directivo mejor valorado con mucha diferencia, Sabalza optó a la presidencia en unas elecciones que no llegaron ni a la campaña electoral. La polémica por los preavales envolvió tanto a la candidatura de Víctor Álvarez como a la de Juan Ramón Lafón. Llegado el momento, la Junta Electoral rechazó los preavales de ambos y proclamó a Sabalza, que no tenía que presentarlo. Veremos si el 2018 trae la paz institucional a Osasuna. Necesario es, sin duda.
SOCIAL
Récord de socios
La parte más positiva del año ha sido, sin duda, la protagonizada por los socios. Pese a la temporada pasada, los rojillos formaron colas y colas para lograr un abono para la temporada que empezaba en agosto. EL Sadar ha alcanzado la cifra máxima marcada por la junta directiva navarra, de unos 15.910 abonados, por las limitaciones del campo rojillo, de poco más de 18.000 asientos, y las entradas reservadas para diferentes compromisos de la entidad con clubes convenidos y patrocinadores. La contrapartida de esto es que se está notando un campo cada vez más frío en los últimos encuentros, algo que el club debe de conseguir revertir para recuperar una de las esencias de Osasuna, que no es otra que convertir a El Sadar en un fortín.
Económico
La tele ayuda a la rebaja de la deuda
El plano económico también ha sido favorable, pero hay que tener en cuenta que Osasuna ingresó la pasada temporada la friolera de 42 millones de euros por la televisión, algo que le permitió afrontar la deuda con Hacienda y las posteriores multas por diferentes delitos que han ido aflorando según se han ido levantado las alfombras. Además, Osasuna ha ingresado esta temporada 11 millones de euros en ventas (Berenguer, 5,5; León, 2,9; Kodro, 1,7, Jaime, 0,5; Areso, 0,4) mientras que solo ha gastado poco más de 3 millones. Eso también ha ayudado a la sostenibilidad de un club que hace no mucho veía el panorama económico mucho más negro que lo actual.
Así pues, fin de un 2017 malo, con la esperanza de que el 2018 traiga a Osasuna la estabilidad suficiente para que el club pueda planificar un proyecto en el total de sus diferentes aspectos.
3
El año lo comenzó Caparrós, pero no duró mucho. Exactamente ni una semana. El 5 de enero el utrerano fue destituido y se colocó en su lugar a Petar Vasiljevic, el director deportivo, que terminó la temporada sin conseguir variar el rumbo. En verano llegó Diego Martínez, procedente del Sevilla Atlético, quien entró como aire fresco tras la desastrosa campaña anterior. Tras varios meses, su trabajo sigue siendo intachable pero la falta de rotación, el empecinamiento en 14-15 jugadores y la falta de oportunidades a la cantera comienzan a asomar en su debe.
14
Durante el 2017 se han producido 14 fichajes, en la media de la era de Sabalza desde que llegó al cargo. Los rojillos estrenaron el año incorporando en enero a Sirigu, Loé y Vujadinovic. En verano, ya con Braulio en la dirección deportiva, parecía que la nómina de fichajes no pasarían de la media docena, pero finalmente llegaron: Sergio y Manu Herrera; Aridane y Lillo; Arzura, Torró, Coris y Mateo; Xisco, Quique y David Rodríguez. Un total de 11. Parece que el 2018 también comenzará con varias incorporaciones al plantel.
9
Jugadores acaban contrato la temporada que viene, por lo que son libres para negociar con cualquier equipo desde ya. Aún y todo, el club puede prolongar dos temporadas el contrato a Buñuel y Miguel Díaz, y otra más a Clerc, De las Cuevas y Fausto (aunque éste parece que saldrá en este mercado). Quienes tendrán que negociar su continuidad son los hermanos Flaño, Tano y Manu Herrera. Los cuatro están teniendo muy pocos minutos, incluso Miguel no ha debutado, por lo que su futuro en Osasuna parece complicado.