Tarragona/Pamplona - El reloj competitivo de Miguel Flaño (Noáin, 19/8/1984) se paró en seco el 10 de diciembre de 2016 y no se puso en marcha hasta ayer, 512 días después de una grave lesión de rodilla y, tras su recuperación, de un periodo de ostracismo del que ayer salió formando parte del once inicial de un Osasuna que se reencontró con la victoria tras cinco jornadas sin conocerla. “Al final me ha tocado jugar, tenía una ilusión tremenda por hacerlo y he intentado sentir el partido, vivirlo, disfrutarlo, en la tónica de ilusionarse con cada día, que es lo que me ha mantenido vivo durante todo este tiempo sin jugar. Estamos a falta de muy pocos partidos, nos estamos jugando todo el tema y estábamos en una situación muy límite, por lo que me voy contento por el trabajo del equipo y, sobre todo, por la victoria”, reflexionó el central navarro al término de un partido en el que disfrutó, con la temporada casi agotada, de sus primeros minutos oficiales (93, ya que disputó el duelo al completo) del curso.
Para encontrar el génesis del calvario personal de Miguel Flaño hay que remontarse hasta hace casi año y medio, concretamente a la última visita del Barcelona a El Sadar. Era la 12ª jornada de Liga en Primera División y el central navarro se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Con semejante avería, el capitán rojillo tuvo que ser sustituido al descanso y días después pasó por el quirófano. No recibió el alta médica hasta el pasado verano, pero, pese a estar ya recuperado, no entró en los planes del nuevo entrenador de Osasuna, un Diego Martínez que hasta ayer no había dado oportunidad alguna en duelo oficial a Miguel Flaño.
A principios de esta semana el defensa del conjunto navarro alzó la voz en la emisora Radio Euskadi para hablar de su situación personal, pero también de la de su equipo y de su club. Y días después, coincidiendo con la lesión de Unai García, se convirtió ayer en noticia por su inclusión en la alineación inicial de Osasuna en Tarragona, por disputar el partido al completo y por completar una actuación muy acorde con el buen tono coral mostrado por el equipo, que conquistó tres puntos que le mantiene en la pelea por clasificarse para el play off.
“Sabía desde el sábado que podía tener opciones de jugar y estaba preparado para ello. Tenía claro que quería sentir el partido, vivir el aquí y ahora”, relató en la zona mixta del Nou Estadi. “Ha sido bonito volver a vivir esas sensaciones prepartido: escuchar la música en el autobús, sentir ese cosquilleo antes de saltar al campo...”, añadió Miguel Flaño, que quiso agradecer “la ayuda de todo el equipo”, pero también “el apoyo que me ha dado mucha gente, como mi familia y mis amigos, durante todo este tiempo que he estado sin jugar”.
Aunque acaba contrato en junio y su continuidad en Osasuna está en el aire, el central navarro habló del futuro más inmediato del equipo: “Hay dos premisas muy claras en este club: pelear hasta el final y, ganemos, perdamos o empatemos, tener siempre la llama de la ilusión encendida. A ver si en estos cuatro partidos que quedan podemos hacerlo para conseguir el objetivo”. - J.S./J.L.