Había una frase de la famosa película Airbag que decía: “El concepto es el concepto, y esa es la cuestión”. Y en esas se encuentra Osasuna, asimilando el nuevo concepto que ha traído Arrasate al equipo rojillo y, a cada encuentro que pasa, da la sensación de que el equipo crece y evoluciona. Con sus carajas, sí, pero este Osasuna cada vez ilusiona más.

Si el objetivo de esta temporada era enganchar a la grada de nuevo con el equipo, el camino es más que correcto. La afición de Osasuna se fue de ayer muy contenta de lo que vio en el campo y del equipo, los valores, y el concepto que plasman los rojillos.

Con matices, claramente, pero la idea general no cambia salga Perea o Juan Villar en el once titular. Los rojillos buscan al rival cerca del área contraria, aprietan y recuperan infinidad de balones en campo ajeno.

En esa presión va cogiendo cuerpo un nombre: Brandon Thomas. El ayer ariete llegó a defender en varios casos hasta el lateral derecho rojillo para evitar una superioridad local. El balear es el típico jugador que contagia a compañeros y aficionados. Además, su esfuerzo cubre alguna laguna defensiva que tiene Juan Villar en la banda derecha. El extremo es el jugador que más peligro tiene en el área contraria. Ayer tuvo dos: amagó con la primera y no perdonó en la segunda.

El crecimiento del equipo se puede apreciar especialmente en tres jugadores: Barja, Oier y Unai. El extremo de Noáin ha recobrado la chispa y la confianza. Ayer lo intentó más que lo consiguió, pero él no se esconde y al final tuvo el premio del gol. El central de Esquíroz está mostrando un nivel aún superior al que había enseñado (y no era bajo) anteriormente. Además de su solidez defensiva, este año se está destapando con el balón en los pies. Y, por último, el capitán de Estella. Parecía que su carrera ya estaba abocada a ocupar el central, pero ha sabido reinventarse por enésima vez para hacerse enorme en el centro del campo.

Por último, como detalle, la importancia de Roberto Torres. En Zaragoza salió y asistió para el empate. Ayer, también al poco tiempo, clavó una de sus faltas a la que tenía acostumbrados a la parroquia rojilla.

Y así Osasuna va creciendo. Debe eliminar las desconexiones que tiene y que ayer volvió a tener un coste para el equipo.

La sensación es que los de Arrasate aún tienen recorrido pero que ya tienen claro el concepto a aplicar. Y eso, ya se sabe, “es la cuestión”.