Día mágico el que se vivió ayer en Pamplona. No solo por la llegada de los Reyes de Oriente, sino por el espectáculo que se vivió en El Sadar y que acabó en una victoria sobresaliente de un Osasuna excitante que se mete en puestos de play off pero que, sobre todo, da unas sensaciones excelentes para afrontar el 2019 con ilusión.

Ya desde principio de temporada Jagoba Arrasate consiguió que bajar al campo rojillo se haya convertido en un absoluto relato de gozo para todo aquel que se anima a hacerlo. Ya sea con 20 grados en septiembre o con un frío de pelar en el día de Reyes.

Por supuesto que los resultados ayudan. A nadie se le escapa que estar invictos en casa en Liga beneficia al ánimo del espectador rojillo. Pero a cualquiera de los habituales que bajan a El Sadar les importa más el nivel de alegría y adrenalina que genera este equipo día tras día. Más allá de la creencia, mostrada ayer cuando el equipo se puso 0-1 en contra y siguió empujando, los rojillos demostraron ayer un nivel técnico altísimo. Mérida, Rubén García, Torres son unos peloteros enormes, pero es que se les unen muchos compañeros, como un Oier excelso en el centro del campo. Amo y señor de los balones divididos, cada se muestra más suelto y confiado con balón.

Lo dijo el propio entrenador rival, Cervera, ningún equipo le había hecho tantas ocasiones y tan claras al Cádiz, que venía como un cohete. Y no es casualidad. Los rojillos montaron un show con y sin balón. Además, cada vez se unen más jugadores. Como un David García que se ha hecho con los mandos de la defensa y esta excelso tanto por arriba como a ras de suelo.

Arrasate da con la tecla hasta cuando pone a Iñigo Pérez de lateral izquierdo. Y, para quien no lo entendiese, que seguro que fueron unos cuantos, lo explica en rueda de prensa con total normalidad.

No se sabe en qué acabará la temporada de Osasuna. Lo más normal es que tenga algún bajón y nadie sabe dónde acabará, tal vez en junio celebrando una fiesta.

Pero, mientras tanto, qué tontería fustigarse pensar en lo que pasará dentro de unos meses cuando el presente y la realidad es tan divertida y ofrece un equipo que va como una moto. Casi como el que sale de El Sadar cuando va a ver un encuentro de los pupilos de Arrasate.