Pamplona - El equipo de trabajo de Jagoba Arrasate es una piña. Uno de sus hombres más cercanos del míster es el preparador físico Sergi Pérez (Tarragona, 1983). Está tan próximo al entrenador que transmite la misma energía e ilusión que el de Berriatua al hablar del equipo y de la temporada que está a punto de comenzar. Llegó la temporada pasada de la mano de Jagoba Arrasate y Bittor Alkiza para ilusionar a la parroquia rojilla. Y vaya si lo hicieron. Ahora, en pretemporada, es el momento en el que los focos se centran más en la parcela física, la suya. Él es el encargado de que los jugadores estén preparados para ejecutar el plan de Jagoba Arrasate sabe que esta temporada el equipo se va a encontrar con rivales más poderosos físicamente, pero confía en el trabajo de la plantilla para poder igualar ese desfase. Además, Sergi Pérez cuenta con una baza para ello que ya fue fundamental la temporada pasada: El Sadar.

¿Cómo han llegado los jugadores a la pretemporada?

-Bien. Mejor que el año pasado. Han llegado bien de peso, han realizado sus trabajos en verano y los jugadores que se fueron tocados han vuelto bien y alguno aún está inmerso en ese proceso de recuperación como sería el caso de Íñigo Pérez.

Hoy en día, el futbolista trabaja bastante más en verano de lo que lo hacía antaño.

-Les mandé un trabajito y ellos lo han hecho. Hemos estado en contacto durante el verano. Ya no es como antaño donde los jugadores no se cuidaban tanto cuando llegaba el verano. Ahora el jugador tiene más información, está más formado y es, entre comillas, mejor profesional que antes.

¿Qué fases tiene la preparación física en esta pretemporada?

-Lo típico. Queremos llegar en las mejores condiciones posibles al primer partido de liga, contra el Leganés, y con los máximos disponibles. Aprovechar este tiempo para inculcar nuestra idea de juego, que es lo más importante, y acompañar con una buena condición física que pueda mejorar el estilo de Jagoba Arrasate.

Por lo visto en los primeros entrenamientos, la intensidad no se negocia ni a comienzos de pretemporada, ¿no?

-No, eso no. Una ventaja con respecto al año pasado es que muchos de los jugadores ya conocen la idea. No hay que cambiar el chip como el año pasado, algo que tanto nos costó. Eso parece que lo tenemos aunque hay que transmitirlo a los compañeros nuevos. Esto nos permite dedicar tiempo a intentar dar un pequeño salto de calidad en algunos aspectos, tanto defensivos como ofensivos. Pero repito, los jugadores ya tienen la idea interiorizada y ahora podemos aprovechar para mejorar tanto en el planteamiento como en lo físico.

La temporada pasada uno de los datos que más resaltó fue la cantidad de goles que marcó Osasuna en los últimos minutos. Eso demuestra que el equipo llegaba fresco al final, algo que le llenará de orgullo.

-Eso no es solo por la preparación física. Teníamos un grupo no muy grande en el que todos tenían participación y era protagonista. Todo el mundo estaba implicado. Siempre digo lo mismo, pero los jugadores con menos minutos fueron los más importantes. Siempre que salía uno del banquillo, rendía. Si a eso le sumas a El Sadar, a la afición rojilla y que los jugadores se sentían muy cómodos con el estilo que propone Jagoba, sale que el equipo no solo no baja la intensidad en esos últimos minutos sino que hasta la sube y llega a marcar goles en ese tramo final de los partidos.

¿El ambiente de El Sadar hace que los jugadores corran más?

-He sufrido El Sadar en contra y sé lo que es venir a jugar aquí. Uno de los grandes logros de Jagoba es la unión entre la afición y el equipo. Recuperar ese aliento de El Sadar. La gente está ansiosa de volver a ver al equipo competir y eso el jugador lo nota. Son 90 minutos en los que la afición no para de alentar. A mí una cosa que me encanta es que la afición celebran hasta un córner. Es algo que te acaba dando mucho puntos a lo largo de la temporada y que muy pocos equipos tienen.

El salto a Primera división supone muchos cambios, por ejemplo económicos, ¿también hay diferencias físicas con respecto a Segunda?

-Hay diferencias en el aspecto físico. El año pasado fuimos el equipo que menos distancia recorría, pero el que más a alta intensidad. Hemos hecho una comparativa de esto último con los equipos de Primera y estamos en la zona media. No estamos abajo. Si podemos dar el salto con los jugadores que incorporemos, intentaremos competir con los mejores. Sabemos que a nivel presupuestario o físico no nos podemos comparar con los equipos de la zona alta, pero luego tenemos nuestras armas como son nuestro trabajo, nuestra humildad, nuestro público, nuestro estadio... que va a hacer que el jugador dé un plus e intente competir con los mejores.

Trabajan mucho el aspecto de la prevención de lesiones, algo que les está dando sus frutos, como se vio la temporada pasada.

-Formamos un buen equipo tanto el cuerpo técnico, el médico, fisios, nutricionista, utillero, los cocineros... hemos formado un buen grupo en el que cada uno sabe qué función tiene que tener. Tratamos de controlar el máximo de las circunstancias para que el jugador esté contento, hidratado, bien tratado en la camilla, haga un buen trabajo previo en el gimnasio. También se ha creado un departamento de análisis de Big Data. Pero luego hay factores incontrolables y que te pueden hacer mucho daño, especialmente a nivel personal, como son la rotura del cruzado de Unai García y recientemente la de Kike Barja que las hemos sufrido como si nos hubiésemos roto nosotros mismos. Pero a la vez he visto como el grupo ha manifestado un cariño brutal que les va a dar mucha energía para recuperarse y poder jugar en Primera división.

Para usted, como encargado de la preparación física de la primera plantilla, le supondrá una alegría ver cómo los jugadores de la plantilla que son más propensos a las lesiones realizan voluntariamente un trabajo extra tanto antes del entrenamiento como después.

-Cada uno sabe a qué tipo de lesiones es propenso y tienen unos pequeños trabajos que realizan antes de las sesiones, después de la misma y el entrenamiento invisible. Todo lo que se refiere a nutrición, descanso, tratamiento... el jugador cada vez invierte cada vez más en sí mismo, por ejemplo comprando aparatos de presoterapia. Todo eso hace que haya un engranaje en el que los jugadores rindan lo mejor posible e intentemos minimizar al máximo, toquemos madera, el número de lesiones que se producen durante la temporada.

En Primera están los parones de las selecciones, ¿cómo cambia su planificación de la preparación física?

-Es una ventaja para nosotros, nos va ayudar a oxigenar al jugador, tanto física como mentalmente, el tener periodos en los que el jugador no tenga que competir.

Estupiñán aún no ha comenzado a trabajar con el grupo pero sí Cardona y Chimy Ávila ¿Cómo ve a los nuevos fichajes? ¿Se han integrado bien?

-Sí, la integración ha sido máxima. A nivel personal se han integrado perfectamente en un vestuario magnífico que acoge a todo el mundo perfectamente. En lo deportivo estamos explicándoles poco a poco las ideas del míster. Son jugadores de perfil Osasuna y creo que hemos acertado totalmente en su incorporación y nos van a ayudar en esta vuelta a Primera división.

¿Pensaban hace un año, cuando llegaron a Osasuna, que iban a vivir esto?

-Uno siempre imagina eso cuando llega a un sitio: intentar triunfar. Hace quince años, cuando vine aquí a formarme porque Osasuna era un referente, mi sueño como universitario era llegar a Primera división. Si me dicen que ese sueño lo iba a cumplir en un club al que estuve viendo dos años entrenar y me llenaba de ilusión, no te hubiese creído. Para mí ha sido un sueño poder ascender a Primera con Osasuna. Este club y Jagoba Arrasate tarde o temprano tenían que juntarse y ha sido la comunión perfecta que ha dado el salto para subir a Primera división. Otro sueño sería celebrar el Centenario del club en Primera.

¿Qué siente usted, que además de compañero es amigo, al ver el cariño que le ha cogido el osasunismo a Jagoba Arrasate?

-No sé si catalogarlo como un orgullo que la gente nos haya acogido de esta manera o que Jagoba haya caído tan de pie. Creo que aún no somos conscientes de lo que hemos logrado y de que hemos hecho felices a tanta gente. Todavía nos paran por la calle para decirnos que hacía tiempo que no disfrutaban tanto. Eso es un privilegio, un orgullo. Tiene muchos adjetivos pero lo que es seguro es que para mí y mi familia ha sido algo realmente increíble. No hay día que mi niña no cante en casa alguna canción de las que suenan en El Sadar, entre ellas el famoso “Jagoba Arrasate lo, lo, lo, lo, lo”. A nivel personal en Sanfermines ha sido un poco complicado ya que no ha habido manera de tomarse una cerveza tranquilos (se ríe).

Además de su ascenso, su hermano Jesús llegó a la final de la Champions siendo el preparador físico del Tottenham inglés. Sin duda ha sido un gran año para su familia.

-Para mi familia ha sido un año espectacular. Mi hermano ha llegado a la final de Champions con el Tottenham y nosotros hemos ascendido a Primera. No hemos parado de recibir felicitaciones, no solo nosotros, también nuestros padres y hasta nuestros hermanos que no están relacionados con el fútbol. Ha sido un año precioso para toda la familia.