Pamplona - No están siendo semanas fáciles para que Jagoba Arrasate pueda conformar semana tras semana su parcela defensiva. Entre sanciones y lesiones, el técnico rojillo ha cambiado la zaga en los últimos nueve encuentros. Y la que viene puede volver a variar.

La defensa titular de Osasuna parecía clara en este comienzo de temporada. Con Nacho Vidal y Estupiñán en las alas y David García y el renacido Aridane en el centro de la zaga. Pero hace nueve jornadas comenzaron los problemas para confeccionar una defensa habitual.

En el encuentro contra el Granada el técnico de Berriatua no pudo contar con David García, que cayó lesionado en el encuentro contra el Levante por una entrada directa a su pie y le provocó una fractura sin desplazamiento en una falange del quinto dedo de su pie izquierdo. El central navarro fue el primero en caer, pero desgraciadamente no el último.

La plantilla de Osasuna da para tener sustitutos de garantías. Hasta el punto que el que entró por David fue Facundo Roncaglia. El argentino llegó a Pamplona con vitola de titular, pero el rendimiento del canterano y del majorero habían cerrado todas las puertas. Total, que el zaguero sudamericano solo pudo jugar en Granada ya que en ese partido sufrió una lesión muscular Grado I en el bíceps femoral de su pierna izquierda.

Así pues se perdió el encuentro contra el Valencia, su exequipo. En su lugar entró Raúl Navas, para dar más salida del balón al conjunto rojillo, algo que logró, pero que no le sirvió para seguir en la titularidad tras unas molestias en la rodilla que, aunque no le impidieron seguir, le mermaron en su rendimiento en el día a día.

Llegó el partido del Mallorca y Arrasate, además de volver a dar entrada en el central a David tras recuperarse de la lesión, volvió a incluir a Roncaglia en el once, pero en este caso en el lateral derecho para dar descanso a Nacho Vidal. El argentino ya había jugado en esa posición en su carrera y fue el elegido por delante de Lillo.

Para el derbi contra el Alavés, Arrasate pudo contar con los cuatro que más minutos han jugado. Es el último encuentro donde la línea habitual ha jugado entera.

En Getafe Arrasate probó con Roncaglia de lateral y Nacho Vidal jugando en la banda, pero en el medio del campo. El valenciano realizó un buen partido, pero cayó lesionado muscularmente y tuvo que ser retirado.

Así pues, contra el Athletic Arrasate tuvo que realizar un cambio atrás. Entró Lillo en el lateral derecho para que el argentino pasase al central a sustituir a Aridane, quien iba a estar varias semanas de baja tras caer lesionado en el amistoso contra la Real Sociedad. Este ha sido el último encuentro que ha disputado Lillo, quien no ha vuelto a entrar en los planes del entrenador.

Para el siguiente, Nacho Vidal volvió recuperado a su posición natural, pero mediado el segundo tiempo tuvo problemas de nuevo y tuvo que marcharse lesionado. En ese momento Arrasate apostó por Jon Moncayola para sustituirle. Sin Lillo en la convocatoria, la entrada del mediocentro parecía desplazar a Oier a la zona derecha, ya que es un sitio donde su polivalencia le había servido para jugar partidos durante su carrera. Pero no, Arrasate apostó por la potencia del joven canterano, pese a que no había disputado ni un minuto ahí y éste no le defraudó, incluso marcó un gol.

Así que, teniendo en cuenta que Roncaglia fue expulsado en Cornellà, Arrasate apostó de inicio por el de Garínoain. Además, Navas, ya mejor de sus problemas, entró en el once inicial también para ocupar la parcela central con David García.

Por último, la vuelta del argentino le devolvió el puesto en el lateral derecho titular, mientras Nacho sigue recuperándose. Los otros tres jugadores repitieron. Habrá que ver si la semana que viene, cuando volverá seguramente Aridane, la línea vuelve a cambiar o no.

Pero está claro que la zona trasera de Osasuna ha sufrido muchos problemas durante estas semanas. Y no solo la defensa, sino la portería. Bajo los palos se han contagiado de estos infortunios y en este periodo han tenido que jugar los tres por problemas físicos de sus compañeros. Eso sí, con un nivel de escándalo.