Durante años, la localidad de Navascués fue un punto de referencia en la preparación de Osasuna. Allí acudía el primer equipo en la pretemporada y en determinados periodos algún grupo de jugadores de la cantera que necesitaban echar cuerpo. Y en Navascués comían de maravilla. El lunes 28 de julio de 1975, la plantilla profesional iniciaba su concentración en el pueblo. El entrenador, Luis Ciáurriz, preparó un plan de trabajo para los 23 jugadores que desplazó que respondía a esta agenda diaria: 8.30 horas, diana y desayuno. 10.00 horas, sesión de carrera continua en el monte. 14.00 horas, comida y luego siesta. A continuación, charla técnica. 19.00 horas, segunda sesión de entrenamiento. Cena y a la cama.