- Aunque suene a tópico, fueron pequeños detalles los que impidieron a Osasuna llevarse un resultado positivo de Getafe. Detalles que en esta ocasión fueron milimétricos y que necesitaron de la intervención del VAR para ser validados. El videoarbitraje revisó una mano de Djené en la primera parte, acción en la que los rojillos reclamaron penalti, aunque las repeticiones televisivas demostraron que, aunque por un escaso margen, el brazo del central se encontraba fuera del área. En cambio, en la segunda, el VAR corrigió al linier para dar validez al único tanto del partido, obra de Jaime Mata y anulado en primera instancia por fuera de juego.

Aunque Jagoba Arrasate tiró de autocrítica en la conferencia de prensa posterior al partido para reconocer que Osasuna jugó mejor en la primera parte que en la segunda, resulta justo analizar dos acciones puntuales que a la postre resultaron decisivas para el devenir del choque. Porque, cuando estaba a punto de cumplirse la primera media hora de juego, los rojillos soñaron por unos instantes con disponer de un penalti a su favor. Un centro de Oier desde la banda izquierda impactó en el brazo de Djené, central del Getafe que se encontraba en ese momento casi sobre la línea que delimita el área. No pitó nada el árbitro canario Alejandro Hernández Hernández, pero si escuchó la llamada por el pinganillo del responsable del VAR, el manchego Javier Alberola Rojas. Tras unos minutos de incertidumbre, las sucesivas repeticiones confirmaron el impacto del balón en el brazo del futbolista togolés, pero también sirvieron para demostrar que, aunque por milímetros, este se encontraba fuera del área. No hubo suerte para Osasuna y el partido prosiguió.

La siguiente intervención del VAR se produjo ya en la segunda parte y también resultó decisiva, incluso mucho más que la primera. Todo comenzó con una cabalgada de Cucurella por la banda izquierda, ganándole la partida a Roncaglia en un balón al que el argentino pareció llegar con ventaja. Sin embargo, el extremo se llevó la pelota y su centro lo remató Maksimovic. Fue un mal disparo que acabó en los pies de Jaime Mata, que fusiló a Sergio Herrera sin oposición. El gol no subió inicialmente al marcador porque el juez de línea levantó su banderín por considerar que el atacante del Getafe se encontraba en fuera de juego. Sin embargo, en la sala de videoarbitraje comenzaron a revisar una acción en la que las repeticiones televisivas demostraron que un pie de Moncayola, retrasado al realizar una cobertura a Roncaglia, habilitaba al delantero azulón. Fue entonces cuando el árbitro dio validez al gol, aunque tres minutos después de que se produjera.