Osasuna es el equipo de Primera División que más tiempo lleva sin ganar y tal circunstancia, entre otras, imprime su fatal situación en la clasificación, en los últimos lugares del escalafón, sitio que escuece porque se ve mucho y emite señales para el aficionado de que se es lo peor. Los rojillos, sin embargo, habían adelantado mucho su trabajo para la permanencia con un inicio de campeonato excelente -diez puntos en seis jornadas-, pero se han quedado en los días felices de finales de octubre, cuando sucedió la última victoria liguera, ante el Athletic, en la fecha de la celebración del centenario, paradojas del fútbol.
Quedan muchos puntos por delante y Osasuna tiene en su mano darle la vuelta a la situación. La Liga además vive casi en formación de pelotón agrupado -tres puntos de distancia entre el último y la mitad de la tabla-, pero equipo y aficionado comienzan a manejar expresiones y giros casi olvidados. La permanencia está a dos puntos, se reflexiona en voz alta, y se certifica también que los puestos de mitad de la clasificación están solo un poquito más allá, a tiro de un triunfo. Después de la fiesta de la Copa, del empacho de goles (0-6), hay que ganar de nuevo en la Liga, ahí está la única clave para escalar de la zona de los horrores y hacer de la reacción algo más que un deseo.
El Villarreal, el rival de esta tarde, no es ni el mejor ni el peor visitante para que Osasuna reaccione, porque llegado a este punto, el de cambiar el paso de una vez, más vale preocuparse de lo propio que de lo que ofrece un contrincante muy exigente -sólo ha perdido un encuentro en todas las competiciones-. El equipo de Arrasate ya sabe que deberá apretar más en todo el campo, acertar más en el ataque y fallar menos en defensa, es decir, subir algunos peldaños más las prestaciones que ha ofrecido en los últimos tiempos y olvidar esa irregularidad que le ha llevado a recolectar buenas sensaciones a ratos, y cero puntos.
El partido de Copa, aunque fuese la goleada a un equipo de quinta, le ha dado a Osasuna otras sensaciones. Y a todo hay que agarrarse cuando se anda con el ánimo débil. Quizás mirando este partido, o simplemente aplicando jugadores nuevos para lograr otros resultados, Arrasate anunció ayer que algún cambio habrá en la alineación respecto a la jugó en Valladolid (3-2). Parece claro que el tándem Calleri-Budimir es el más cualificado en estos momentos, pero de ahí hacia atrás puede comenzar el reparto de oportunidades. Resulta evidente que con dos arietes Osasuna necesita alimentar en condiciones a sus referentes y también ha quedado claro que, más allá del gusto por el fútbol directo o la determinación para llegar al área rival, los rojillos necesitan más elaboración de juego. La alineación de Arrasate, como casi siempre, deja abierta la puerta para la sorpresa o las alternativas.
El Villarreal llega a El Sadar con bajas importantes -la del recordado Estupiñán entre ellas-, pero con una plantilla larga y con mucha calidad, las ausencias duelen menos. Y al único que le debe doler hoy algo es a Osasuna, y es su clasificación.
Vuelve Adrián. El delantero es la principal novedad en la convocatoria de Arrasate. En ella, de los chavales del filial que estuvieron en la Copa, sólo se mantiene Javi Martínez. Torró, Jony, Juan Pérez y Chimy Ávila son los lesionados.
La clasificación. Los rojillos comienzan la jornada en la última posición, con 11 puntos. El duodécimo clasificado, el Valencia, tiene 14.
Octubre, última victoria. Osasuna ha ido sumando jornadas sin ganar en la Liga y la última victoria fue ante el Athletic en El Sadar (1-0), el 24 de octubre.
"El objetivo es ganar a un Osasuna que está en la tabla en la zona baja, pero sabemos que deberemos estar a muy bien nivel", advirtió ayer el entrenador del Villarreal, Unai Emery.
1
Es lo que lleva el Villarreal en todas las competiciones, fue en el Camp Nou (4-0).