Osasuna tiene previsto si el tiempo no lo impide jugar esta noche en El Sadar uno de los encuentros más difíciles de la temporada porque ante la visita del Real Madrid, uno de los grandes del fútbol mundial, no queda otra que establecer desde el primer análisis la gran superioridad del rival. Con el papel de víctima asignado de antemano, el equipo rojillo está necesariamente obligado a sacudirse ese rol para insistir en su recuperación y soñar entonces con algún premio. Pasito a pasito, empate a empate en las tres últimas jornadas, Osasuna se siente algo mejor y nota que goza de más equilibrio, más solidez, que el domingo pasado ante un buen rival como la Real Sociedad se hicieron las cosas bien y que todo eso aumenta la confianza, que viene muy bien cuando se está en el pozo de la clasificación.

El Real Madrid sí que va requerir una actuación casi perfecta y eso, además, no asegura un resultado positivo porque así son los partidos contra los equipos grandes, que se desnivelan hacia su lado solo con un soplo, que suele ser el de la calidad, el de la cercanía permanente a las posiciones de gol, por la pura insistencia.

Arrasate recupera para hoy a Oier, que vuelve tras la sanción, que supone un rearme anímico también, pero mantiene un elemento más de baja para el maltrecho medio centro, donde Darko se ha convertido de nuevo en una baja de larga duración -para más de un mes-, mientras que Lucas Torró debe iniciar todavía la próxima semana su proceso de incorporación al grupo.

Los efectivos son una cosa y los planes del entrenador son otra y para hoy, como ante la Real Sociedad, probablemente tiene más importancia incidir en el juego del rival que imponer el propio -esto no supone una renuncia- y Osasuna sobre todo debe conceder poco, no está el grupo para galopar sin miedo, a pecho descubierto, sin nada que perder. A paso corto, pero paso al fin, a los rojillos todo lo que sea no perder les supone un lujo, una osadía para lo preestablecido, un trabajo, seguro, mayúsculo.

Arrasate no ha enseñado sus planes, pero es seguro que seguirán dos por lo menos la línea defensiva habitual -Aridane y David García-, que hay plaza en el eje para Moncayola y Oier estará con él, y que hombres como Rubén García y Calleri estarán entre los elegidos. El técnico tiene opciones para los laterales -Nacho Vidal, Juan Cruz y Roncaglia que puede jugar en los dos flancos-, Javi Martínez está respondiendo como para tener sus opciones en el centro del campo y del dibujo del equipo dependerá cómo se reparten los titulares junto a Calleri y Rubén García.

El Real Madrid viene sin lesionados de importancia -solo Carvajal y Rodrygo- y Zidane tiene su fantástica plantilla para conformar una alineación con las alternativas y posibilidades que quiera.

Sergio Ramos regresa a una convocatoria finalmente de 22 jugadores de la que se ha caído a última hora el serbio Luka Jovic por una sobrecarga en la pirena izquierda. El defensa se ha recuperado de la indisposición que le impidió disputar el primer partido del 2021.

Sin Carvajal en el lateral derecho, su ausenciea dejará hueco en el flanco para la entrada de Lucas Vázquez, lo que a su vez permitiría entrar a Hazard o a Vinicius en el tridente atacante junto a Marco Asensio y el indiscutible Karim Benzema. Calidad a raudales.