El delantero argentino de Osasuna Jonathan Calleri se siente "bien" tras completar sus cinco primeros meses en Pamplona en los que ha facturado cinco goles mostrando una gran imagen, algo que ha servido para que el equipo vaya "por buen camino" con el objetivo final de lograr la ansiada permanencia el año del centenario.El bonaerense se siente "encantado" desde que aterrizó en Osasuna, un club en el que encontró "una gran familia" que muestra "unidad y un gran amor hacia la entidad y por la camiseta, algo que contagia al resto de la plantilla para tirar todos del carro".

Calleri pone en valor la "vida" con la que cuenta Pamplona gracias en parte a sus universidades, algo que agradece cuando sale a la calle para tomar un café o dar un paseo con su novia.

"Al equipo lo veo bien, pero creo que nos merecemos más puntos de los que hemos conseguido. Hubo partidos en los que pudimos haber sumado los tres puntos o un empate, encuentros claros como los de Valladolid o Elche", anota con cierta resignación.

El delantero avisa de que el campeonato es "largo y competitivo y no se sabe lo que puede ocurrir, pero en este último mes estamos compitiendo mejor; hemos logrado jornadas muy interesantes, tanto de local como de visitante. Debemos seguir en esta línea".

"Si a la intensidad en el juego le sumamos el deseo de permanecer en Primera, pienso que podremos cumplir el objetivo. Está todo muy ajustado y hay que ir a por todas", apunta el exjugador del RCD Espanyol.

Tras completar una "mala" temporada con los pericos, Calleri llegó en septiembre al conjunto navarro: "se dudaba mucho cuando vine acá. Braulio y Jagoba lo tenían claro, y yo también pensaba que podía rendir. Me siento bien y vamos por buen camino".

Piensa que "partido a partido" se va adaptando más a su forma óptima de juego, a la vez que acepta que puede dar "mucho más". "Las asistencias y los goles son secundarios; el objetivo primordial es la salvación, que sólo se alcanzará con esfuerzo y trabajo diario. El cuerpo técnico me exige el 100% en el campo, y eso se acaba notando", declara convencido el 16 rojillo sobre la meta final.

Llegado el momento, se ofrecería sin dudarlo a jugar en cualquier posición del campo: "si el míster me dice que juegue de portero, lo haré encantado", comenta entre risas.

A la pregunta de si se define como un falso o puro 9, responde que, dependiendo del equipo al que se enfrenten, "el guion es diferente. En ocasiones toca jugar con un delantero que aguante la bola, y otras veces, con dos. Puedo actuar solo o acompañado, y siempre trato de adaptarme a los distintos sistemas de la mejor manera posible".

"El personal siempre se portó bien conmigo, y a base de esfuerzo estoy demostrando al equipo y a mí mismo que puedo ser importante para el club", afirma.

"A uno le gusta estar donde se siente cómodo. No suele ser frecuente que todo coincida al mismo tiempo: estar contento en el equipo, encajar bien en la ciudad o llevarte bien con tus compañeros. Es un combo difícil de encontrar en otros lugares y aquí me encuentro feliz", resalta.

"Ojalá pueda quedarme en Osasuna", manifiesta Calleri con sinceridad tras comenzar en Pamplona su sexta cesión consecutiva, algo que no le beneficia, sino que le "perjudica".

Calleri pertenece al Deportivo Maldonado, club uruguayo que posee sus derechos. Tras su adquisición procedente de Boca Juniors, y hasta su llegada a Pamplona, ha estado cedido desde 2016 en el Sao Paulo, el West Ham, Las Palmas, el Alavés y el Espanyol.

"Quiero quedarme en un lugar, tratar de conseguir un contrato largo para poder rendir y dar el máximo al club. Ojalá sea aquí", recalca.

Calleri espera poder formar con el Chimy Ávila en cuanto este se recupere de su lesión, "ojalá podamos jugar juntos". En su opinión, es un futbolista "hecho a medida del club y que ya en la temporada anterior había demostrado un nivel de equipo top; por eso se habló tanto de su traspaso".

"El Chimy puede darle mucho al grupo; es muy intenso. Va a todas las pelotas como si fueran las últimas, y tenerlo siempre suma. Parece que los argentinos poseemos un fuego interior que nos empuja a pelear", agrega con cariño al referirse a su compatriota, siempre "alegre", pase lo que le pase.

"Lo primordial de Osasuna es el grupo. Esa es su fortaleza", subraya el belicoso goleador.

El argentino no pierde la ilusión de volver a vestir la albiceleste, un "sueño" que le encantaría cumplir participando en un Mundial, siendo consciente de la feroz competencia con tanto jugador sobresaliente.

Rememora con mucho cariño el gol de rabona de 2015 ante Quilmes, en la Bombonera y con Diego Maradona presente en el estadio Xeneize: "fue un lindo gol, precisamente en el día en el que Tévez regresaba a casa; me pone muy contento recordarlo".

"Es un recurso que utilizo con frecuencia porque me va mejor que con la zurda. Dudo que en la vida vuelva a marcar otro gol como ése, pero si se da, se intentará", avisa a unos aficionados de Osasuna que deberán estar atentos a sus evoluciones sobre el verde.

De su estilo de juego, reconoce que, siguiendo instrucciones del míster, intenta ser "pesado"; todos sabemos que las defensas rivales odian enfrentarse a un futbolista que está permanentemente incordiando.

Opina sobre la polémica tarjeta amarilla que le mostró Estrada Fernández ante el Granada: "Me parece correcto que me la hayan quitado. En ese momento premiaron al que simulaba y no al que intentó competir lícitamente. Creo que Germán quiso cortar la jugada. No me gusta ese tipo de actitud; ambos sabemos que no le toqué la cara, y se lo dije".

Cree que "usado debidamente, el VAR es una buena herramienta. Es de prever que en un par de años esté más perfeccionado, porque hoy en día falla mucho", sostiene.

De joven, el jugador de 27 años "jamás" imaginó que llegaría a formar parte de la liga española, una de las mejores del mundo. Afortunadamente lo logró tras desarrollarse en Argentina, Brasil o Inglaterra.

Cuenta que desde pequeño se fijó en Riquelme, su ídolo, "por la forma de ver el juego. Fue un futbolista para disfrutarlo, como me ocurre ahora con Messi".

"Boca Juniors es visibilidad de cara al mundo; es historia pura". Evidentemente, vestir la camiseta en un club tan importante aumenta las posibilidades de hacerse notar y rendir, con la vista puesta en Europa", explica.

En su tiempo libre aprovecha para practicar pádel y dedicar un rato a los videojuegos, lo que compagina con su fiebre futbolera: "Vivo para esto y me implico al 100%; procuro ver muchos partidos para conocer mejor a las defensas rivales y saber por dónde les puedo hacer daño".

Cree que acertó al elegir Osasuna, y anota que el día a día con Arrasate es "muy llevadero; con él la reglas están claras y siempre sabemos lo que tenemos que hacer. Él también se siente muy cómodo".

"Cuando no se ganaba, se palpaban el apoyo sincero y la confianza que tenía la plantilla en él", comenta sobre la mala racha de resultados que atravesó Osasuna.

De su experiencia con diferentes hinchadas, destaca la potencia acústica de las aficiones argentinas, y confiesa que se quedó "gratamente sorprendido" por el caluroso ambiente de El Sadar, un estadio en el que los aficionados "juegan un papel fundamental en la trayectoria del club. Esperamos recuperarlos pronto".

Calleri se identifica con la mentalidad del Cholo Simeone, que ha hecho del Atlético de Madrid "un club enorme" cambiándole la filosofía desde su llegada en diciembre de 2011 para dar "un salto de calidad" a LaLiga Santander, campeonato que, según cree el delantero de Osasuna, "acabarán ganando".