- Si hace una semana fue Moncayola el encargado de acabar con la sequía goleadora de Osasuna en la Liga (su tanto en La Cerámica sirvió para abrir el marcador ante el Villarreal y dejar la racha rojilla en 437 minutos sin anotar), ayer fue otro canterano, Kike Barja, el autor del tanto que puso fin a 402 minutos del conjunto navarro sin marcar en El Sadar. El extremo de Noáin firmó, tras una gran acción colectiva de sus compañeros y una genial asistencia de Manu Sánchez, la primera diana del equipo de Arrasate.

Osasuna mató ayer dos pájaros de un tiro, porque no marcaba ni ganaba en Liga en su feudo desde el pasado 7 de febrero, fecha en la que doblegó al Eibar (2-1) con tantos de Calleri y Budimir. Algo más de dos meses después, los rojillos volvieron a ver portería en Pamplona, y también a ganar (2-0 al Elche), tras dos meses sin hacerlo después de caer sucesivamente ante Sevilla y Barcelona por idéntico resultado (0-2) y firmar luego sendos empates sin goles contra Valladolid y Getafe.

Al término del encuentro contra el Elche, Kike Barja señaló, en declaraciones al departamento de comunicación de Osasuna, que el de ayer fue "un día redondo". "Lo importante era ganar, porque era un partido vital al tener la oportunidad de dejar a un rival directo a una distancia considerable a pocas jornadas del final de la Liga, y lo hemos afrontado de una manera increíble. Hemos sido superiores casi desde el principio, hemos trabajado mucho, hemos demostrado ambición y creo que podemos estar orgullosos de Osasuna", analizó el futbolista navarro, que añadió que "ahora está claro que tenemos que seguir hasta que certifiquemos matemáticamente la permanencia, pero vamos a poder disfrutar y dar una alegría a la afición". Y es que Barja imaginó como hubiera sido jugar ayer con El Sadar lleno a rebosar: "Hubiera sido increíble".

"Hay que seguir hasta certificar la permanencia de forma matemática, pero podemos disfrutar"

Jugador de Osasuna