En un párrafo

n todo asunto de la Superliga hay algo llamativo: la cólera de los hinchas de los equipos ingleses que figuraban en el proyecto -los dos Manchester, Liverpool, Arsenal, Chelsea y Tottenham-. Nada que ver con la reacción de los seguidores de Real Madrid, Barcelona y Atlético, que apenas se han mostrado a favor o en contra, como si les diera igual o, más probable, como si no les disgustara mucho. Es evidente que en Inglaterra hay una cultura futbolística diferente, mucho más introspectiva que la del fútbol español, en el que la Liga de Campeones es siempre el objetivo principal y ni siquiera un doblete Liga-Copa salva del todo una temporada si no se brilla en la Champions. Los ingleses sacian casi del todo sus ansias deportivas con las competiciones domésticas, y que les vengan con esta idea de dejarlas en un segundo plano en beneficio de Europa no les gusta. Y no aprobaron un brexit para que los dueños de sus equipos les hagan esa canallada.