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La incógnita no despejada

En un párrafo

erminó el Giro de Italia y nos dejó, al margen de otras cuestiones, la tristeza de no haber podido despejar la incógnita Mikel Landa, por su incomparecencia forzosa en las grandes etapas por culpa de su caída. Si Caruso y Yates han flanqueado en el podio final a Egan Bernal -soberbio el colombiano dos semanas y media; con el gancho los tres últimos días- es lícito pensar que el ciclista alavés podría haber estado ahí, quien sabe si incluso poniendo a Bernal en más apuros de los escasos que le han creado Caruso y Yates. Pero el ciclismo es también supervivencia, y más cuando aparece el agua (en qué pocas etapas se ha visto el sol en este Giro), por lo que solo podemos hablar de ocasión perdida, de restañarse las heridas y de volver a la carga, que lo bueno de esto es que siempre hay carreras en el horizonte en las que buscar el protagonismo.