El regreso de la afición a El Sadar estará marcado por las altas temperaturas. Se prevé que el mercurio se eleve hasta los 38 grados a las 17.00 horas, cuando comience el encuentro entre Osasuna y Espanyol.

El conjunto rojillo disputará el partido más tempranero de la primera jornada liguera y lo hará bajo un calor sofocante. Por mucho que Navarra esté al norte, jugar un 14 de agosto a las 17.00 horas no parecía buena idea y los peores presagios se han confirmado.

En plena ola de calor, las temperaturas podrían alcanzar los 40 grados el sábado en Pamplona, con una estimación de 38 a la hora del partido. Además, el índice ultravioleta se sitúa en 9 puntos sobre 11, lo que supone un riesgo extremo.

La obligatoriedad de llevar mascarrilla durante el encuentro aumentará la sensación de calor de los aficionados que, en teoría, no pueden quitársela para comer, aunque parece evidente que sí se podrá prescindir de ella para hidratarse.

Otro inconveniente será la imposibilidad de cambiar de sitio en busca de sombra, puesto que las entradas tendrán una ubicación concreta para garantizar la distancia de seguridad. En el lado positivo, la nueva cubierta del estadio puede cubrir a un número mayor de aficionados en las gradas.

Lo que está claro es que la vuelta del público a El Sadar será bajo un calor asfixiante y habrá que tomar todas las medidas necesarias para paliarlo: hidratación, crema solar, gafas de sol, sombreros y ropa ligera para vibrar con un partido que será muy caliente.