Osasuna demostró en Mendizorrotza que el partido frente al Valencia de hace una semana se ha quedado en un borrón en el expediente de este inicio de temporada a toda velocidad. El equipo de Arrasate supo responder con seriedad y solvencia en el campo del Alavés y se llevó un triunfo cómodo y corto. Los rojillos amasaron la victoria en el primer tiempo, con dos apariciones puntuales y letales fruto de una eficacia echada de menos en otras ocasiones, e hicieron méritos en la segunda mitad como para haber ahondado en un marcador más profundo y oscuro para su rival.

Osasuna ofreció una imagen de equipo serio dentro de un encuentro correcto. El conjunto navarro ha expuesto partidos con juego superior y más delicado, pero las circunstancias de la contienda, con un resultado favorable en el primer tiempo y muchos minutos por delante para gestionar la renta, obligaron probablemente a menos exquisiteces y a ser más prácticos. Aún con menor excelencia, Osasuna se mostró superior y rotundo en la toma de decisiones, muy alejado de un Alavés que ofreció una pobre impresión, con solo un puñado de minutos para rescatar a modo de intentona de reacción.

Osasuna sumó una victoria fuera de El Sadar, la segunda del curso, y parece que por ahora opera mejor de visitante que como local. En cuanto los rojillos se reconozcan en el calor de su estadio con su público que a todo hay que acostumbrarse, el camino puede ser aún más dulce.

En Mendizorrotza, Osasuna vivió un partido curioso, conquistado en dos chispazos y luego guardado a buen recaudo. No habían pasado muchas cosas en el primer tiempo, casi nada, cuando el marcador reflejaba un 0-2 orondo y goloso para la media hora. El Alavés había entrado en el encuentro con más ímpetu y ganas y había organizado algunas arrancadas apañadas por el flanco de Luis Rioja el jugador más peligroso de los alaveses y también con la movilidad de Sylla. Fue un comienzo de ebullición local que no desordenó a Osasuna, que presionó muy alto, desde el área rival, yéndose el partido a una contienda sin ocasiones, muy igualada.

Ahí apareció entonces David García. El defensa rojillo voló como le gusta en el segundo palo y armó un testarazo imparable para el portero como guinda a un córner largado por Rubén García. Seguían sin pasar muchas cosas, cuando Toni Moya se cruzó en un lanzamiento de Darko para rechazar el disparo con la mano. Penalti y gol de Roberto Torres. Para media hora sin haber pasado casi nada, no estaba en absoluto mal para Osasuna.

Había algo de reconstrucción en Osasuna para el partido de Vitoria. Después de sucumbir con estrépito en casa en la jornada anterior, tocaba revisión, plasmación obligatoria del malestar tras el varapalo. Y aunque la revisión del equipo quedó en un solo cambio, la entrada de Roberto Torres por Róber Ibáñez, si hubo que restañar la moral, la operación salió perfecta. Osasuna fue un equipo con ánimo suficiente como para manejarse a la perfección en un escenario exigente de entrada y excelente después.

Su comparecencia en el segundo tiempo, de hecho, estuvo a punto de provocar un naufragio absoluto del Alavés. Roberto Torres y Moncayola rozaron el gol en sendos disparos desde el borde del área, en los cuatro primeros minutos, pero también sembraron el segundo tiempo de oportunidades para marcar Rubén García en un par de ocasiones y Nacho Vidal, en un encuentro fantástico del lateral, capaz de defender y atacar por la banda derecha con un poderío incontestable.

Los cambios mejoraron al Alavés pero no le dieron la suficiente pimienta como para hacer cosquillas a un Osasuna rocoso y práctico. De hecho, su primer disparo entre los tres palos fue a cinco minutos del final por mediación de Joselu. El mismo futbolista que en el tiempo de descuento obligó a Herrera a realizar una parada de mérito. Muy poco para inquietar a un Osasuna sólido, que sabe lo que se cuece fuera.

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Un cambio en el once titular respecto al último. El equipo supo jugar ante el Alavés y se quedó incluso con un resultado corto. Buena imagen.

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A pesar de que entró bien en el partido y se reanimó con los cambios, ofreció una imagen muy discreta.

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No fue un partido como para sacar tantas amonestaciones y alguna pudo merecer más. Acertó en el penalti señalado a favor de Osasuna. Regular.