La imagen de Osasuna los últimos partidos no había sido la mejor. Las sensaciones, lo que transmitía no era lo habitual de los últimos años. Ya no de resultados buenos o malos, sino de hacer las cosas de una manera o de otra.

Había tirado ya sea Jagoba o el equipo por una forma de jugar más conservadora, menos valiente. Poco habitual en él. Pero se habían rascado puntos, se había llegado al objetivo de los 21 puntos pero las formas no eran las que gustan por la calle Eladio Zilbeti. Había cierto desgaste con lo que se estaba viendo. Desgaste congruente, luego también están los que a la mínima ya pensaban que esto era un fin de ciclo. Por un mes haciendo otra cosa. Pelín exagerado.

Y entonces llegó el Barcelona. Desconocemos si el campo era grande, pequeño o adecuado a los deseos del entrenador blaugrana, pero lo cierto es que Osasuna hizo un muy buen partido, más parecido a lo habitual.

Arrasate planteó un equipo versátil. Tanto es así que lo que todos pensamos que era una defensa de cinco, acabó con una línea de cuatro y Manu más adelantado, en el centro del campo. Con un Juan Cruz en un crecimiento tan inesperado como disparado, Osasuna respondió a la velocidad del rayo al gol visitante.

David cabeceó magistralmente a la red un buen centro de Moncayola. A algunos que vienen pronto a jugar a El Sadar les hubiese gustado ver esa combinación con la de su equipo, pero va a ser que no.

Luego Osasuna planteó bien el partido hasta que en una jugada rara todo se descolocó. Adelantó que para mí no es penalti, pero también que me despierta dudas de que si hubiese sido al revés no lo hubiese pitado. Llamadme loco. El tema es que ese gol dejó al equipo demasiado caliente fácil 20 minutos. Se estaba más pendiente del árbitro que del juego en sí.

Pero, y aquí es donde se apreció un cambio de Osasuna, el equipo se fue a por el partido. Se lanzó a por un empate que no era diferente numéricamente al sacado en Valencia, por ejemplo, pero que dejaba unas sensaciones muy diferentes.

Y entonces el Chimy enganchó un tiro, Umtiti decidió ajustarlo más al palo y se hizo justicia. Un punto más, 22. Y sobre todo un reencuentro, el de Osasuna con su estilo.